La crisis energética resultó peor de lo esperado y de lo que las propias autoridades anticiparon. Es lo que revelan las cifras del operador nacional de energía Cenace.
Los datos revelan que la restricción en la oferta de electricidad es tan alta que cualquier evento pone en riesgo el suministro de electricidad en Ecuador.
Ya lo dejó ver el apagón del 2 de octubre, ocurrido por un mantenimiento en las redes eléctricas que llevó a Colombia a cortar el suministro para Ecuador. El país vivió un apagón generalizado por dos horas por primera vez luego de 13 años sin cortes de luz.
Mientras tanto, la ola de calor que vive Guayaquil disparó el consumo de electricidad en 14% y produjo un nuevo apagón en, al menos, 11 provincias, el 4 de octubre. Esta vez, el corte de electricidad fue de una hora.
Pese a eso, el Gobierno ha insistido en que la oferta de electricidad es suficiente y que los cortes de luz son hechos puntuales.
Pero ¿qué dicen las cifras?
Hasta mayo de 2023, Ecuador tenía disponibles 7.074 megavatios de electricidad instalados, según información de Cenace.
El 73% de esa electricidad o 5.178 megavatios corresponden a hidroelectricidad. Otros 1.745 megavatios son de termoelectricidad y 150 megavatios de energía no convencional (solar, eólica o biomasa).
En época de lluvias, esta energía alcanza de sobra para cubrir la demanda interna de electricidad, que a octubre suma 4.573 megavatios. Es decir, usualmente, Ecuador tiene un excedente de electricidad de 2.501 megavatios.
Pero en la sequía ese escenario se deteriora y muestra las vulnerabilidades que hoy tiene e sistema interconectado.
Pero, entonces, ¿por qué hay apagones?
Si bien buena parte de la actual crisis energética se explica por el severo estiaje que ha disminuido las reservas de agua de las principales hidroeléctricas de Ecuador, el mayor problema es que el parque termoeléctrico no pudo responder ante esa situación.
Por un lado, la sequía redujo la capacidad de operación de las principales hidroeléctricas ubicadas en la cordillera oriental del país, como Coca Codo Sinclair y Paute.
Entre el 1 y 4 de octubre de 2023, las hidroeléctricas disponibles en el país trabajaron a solo el 48% de su capacidad.
Estas centrales aportaron con 2.512 megavatios, cuando su capacidad total es de 5.172 megavatios.
Aunque el aporte aumentó el 5 de octubre con la incorporación de 164 megavatios de la Unidad I de la hidroeléctrica Sopladora, tras concluir una reparación urgente, informó el holding estatal Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec).
Por otro lado, Ecuador no pudo contar con el 100% de la electricidad del complejo Toachi Pilatón, porque su construcción no ha concluido, pese a que el proyecto inició hace 13 años. Está compuesto por tres centrales: Sarapullo, Alluriquín y Mini Toachi.
Con 254 de potencia, Toachi Pilatón es clave porque puede generar energía eléctrica cuando las hidroeléctricas de la cuenca oriental enfrentan en estiaje.
Pero solo han entrado en operación los 49 megavatios de Sarapullo. Alluriquín y Mini Toachi recién estarán operativas en diciembre de 2024.
El parque termoeléctrico no estuvo a punto
Pero la falta de agua no es el único factor. Hace un año, el Ministerio de Energía ya advirtió que el estiaje de 2023 iba a ser más severo que en años pasados. Incluso, la sequía se adelantó, pues empezó en septiembre y no en octubre, que es cuando suele presentarse.
Además, aunque es usual que en el estiaje baje la producción de las hidroeléctricas, este año la sequía llegó con un parque termoeléctrico funcionando a medias.
En los cuatro primeros días de octubre de 2023 las termoeléctricas aportaron en promedio con 784 megavatios cuando hay 1.745 megavatios instalados. Es decir, hay 961 megavatios de termoelectricidad que están fuera de servicio, porque las plantas están en mantenimiento o porque son obsoletas.
Incluso el 4 de octubre, uno de los días en que se produjo un apagón, las termoeléctricas solo aportaron con 661 megavatios.
¿Cuánta electricidad falta?
Por todos esos problemas, entre el 1 y 4 de octubre la demanda máxima de electricidad fue de 4.608 megavatios, pero solo se pudo entregar 3.718 megavatios. Es decir, faltaron casi 890 megavatios o se tuvo un déficit de electricidad del 19%.
Por ahora, el que no haya nuevos racionamientos depende de que Colombia no corte el suministro de Ecuador, aunque ya sus empresas eléctricas han pedido revisar la venta de energía a los ecuatorianos para preservar sus propias reservas ante la llegada de la sequía.
Mientras, las autoridades ecuatorianas están confiadas en el plan para reparar las termoeléctricas, en el cual ya han invertido unos USD 300 millones en lo que va del año.
Además, ordenaron a las distribuidoras la compra de urgente de motores de generación de electricidad, las industrias privadas también podrán hacerlo.
Y, Celec anunció que terminó el mantenimiento de una de las unidades de Termogas Machala de 68 megavatios y otra de Santa Elena III de 11,3 megavatios.
A finales de octubre se incorporarán 125 megavatios de la termoeléctrica Termoesmeraldas I y hasta mayo de 2024 se recuperarán y terminarán los mantenimientos de otras termoeléctricas, como Santa Elena, Quevedo, Salitral, una unidad de Jivino y Termogas Machala operará al 100%.
Para Termogas Machala, que hoy está subutilizada por falta de gas natural, el Ministerio de Energía dispuso a Petroecuador la importación este combustible, que deberá concretarse hasta noviembre de 2023.
Celec también aceleró el mantenimiento de las redes eléctricas, que también requieren inversiones para garantizar estabilidad en el suministro.
Con información de Primicias
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