El diminuto territorio de Gaza está horadado por un auténtico laberinto de túneles secretos que el grupo militante lleva décadas excavando y que sirve de refugio y red de comunicaciones para sus combatientes, de almacén para su arsenal, de conducto para introducir mercancías de contrabando en la Franja e incluso para infiltrarse en territorio de Israel sin ser detectado.
La red de galerías, que Israel denomina “el metro de Gaza” por su extensión y densidad, se ha convertido en una pieza clave en la estrategia militar de Hamás y en una potencial pesadilla para las tropas israelíes en una ofensiva terrestre como la que se prevé tras el ataque en suelo israelí del pasado 7 de octubre.
Los túneles “han sido cruciales para Hamás, una parte muy importante para su supervivencia, que le ha permitido tener una actividad económica y capacidad militar”, explica a BBC Mundo Yossi Mekelberg, analista del Programa de Oriente Medio y Norte de África de Chatham House.
“Piensen en la franja de Gaza como una capa de civiles y otra capa para Hamás. Estamos intentando llegar a esa segunda capa que Hamás ha construido”, aseguró recientemente un portavoz de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF, por sus siglas en inglés) en una intervención en video.
Unas 1.800 personas, en su gran mayoría civiles, han muerto hasta el momento en Gaza en los bombardeos israelíes. La operación, que Israel considera una “guerra”, fueron lanzados en represalia por el ataque que Hamás llevó a cabo el pasado fin de semana contra varias poblaciones en el sur de Israel, que dejó al menos 1.300 muertos, también civiles en su mayoría. Hamás también ha capturado a unos 150 rehenes que ha trasladado a Gaza.
Cuándo se construyeron los túneles
Los túneles aparecieron por primera vez a principios de la década del 2000 en la frontera entre Gaza y Egipto. Se dedicaban principalmente al contrabando, permitiendo a los palestinos introducir en la Franja todo tipo de bienes y saltarse así el control israelí.
Gaza, un territorio de 41km de largo por 10km de ancho, es un enclave palestino que limita al norte y al este con Israel, que controla férreamente sus accesos, al sur con Egipto, que también mantiene la frontera cerrada salvo contadas excepciones, y al oeste con el mar Mediterráneo, donde Israel ejerce un bloqueo naval infranqueable.
Cuando Israel retiró a sus tropas y colonos de Gaza en 2005 y, especialmente, después de que Hamás se hiciera con el control de la Franja en 2007, la construcción de túneles se disparó.
Israel y Egipto reforzaron los controles sobre Gaza por razones de seguridad y los túneles, muchos en manos privadas y algunos tan grandes como para permitir pasar vehículos, se convirtieron en un aliviadero para los gazatíes y un negocio para sus propietarios.
Por los túneles entran productos de primera necesidad, cemento, animales, semillas, medicamentos o pañales, pero también armas.
“Se podría decir que la red de túneles ha sido un salvavidas para Hamás durante muchos años, sobre todo desde el bloqueo en 2007. Sin los túneles habría sido extremadamente difícil, si no imposible, que Hamás sobreviviera y gestionara las condiciones de vida en Gaza de más de 2 millones de personas”, explica a BBC Mundo Khaled el Haroub, profesor especializado en estudios de Medio Oriente en la Universidad del Noroeste en Qatar y autor de varios libros sobre Hamás.
Según algunas estadísticas, explica El Haroub, hasta 2013-2014, cuando el gobierno egipcio decidió destruirlos, se contaban cerca de un millar de túneles, y eran “un secreto a voces”.
“Egipto, Israel, EE.UU.… todo el mundo los conocía porque eran, de alguna forma, parte de un acuerdo tácito. Si había bloqueo en Gaza por todas las formas posibles -aire, mar y tierra-, tenía que haber algún tipo de salida vital para los gazatíes, y esa fuente era los túneles, que estaban vigilados de cerca por Egipto”, afirma el analista palestino.
Los túneles, asegura el Haroub, también han sido una fuente de financiación para Hamás, que creó una oficina gubernamental para cobrar un impuesto sobre todos los bienes que entraban de contrabando.
La geología de la franja ha facilitado, asimismo, la construcción de las galerías.
“El terreno y la geografía tienen un gran impacto en la construcción de túneles, y Gaza es principalmente un terreno arenoso, por lo que es bastante fácil excavar. Además, cuentan con la mano de obra y el tiempo. Han tenido todo el tiempo del mundo”, asegura a BBC Mundo Eitan Shamir, director del Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos, adscrito a la universidad Bar Ilan de Israel.
3 tipos de túneles
Pero, además de los túneles de contrabando con Egipto, Hamás empezó a construir otro tipo de galerías para atacar a Israel.
Los túneles ofensivos, como se conocen, atraviesan de forma subterránea el perímetro de Gaza y se adentran en territorio israelí. Se han utilizado para atacar al ejército y a poblaciones de Israel.
En 2006, un comando de Hamás consiguió penetrar en Israel por uno de estos dos túneles para atacar un puesto militar, en el que mataron a dos soldados y secuestraron a un tercero, Gilad Shalit, que estuvo cinco años retenido en Gaza.
En otro caso en 2013, después de que los residentes de un kibutz alertaran de sonidos extraños, el ejército israelí descubrió un túnel de 1,6 kilómetros y 18 metros de profundidad que partía de la Franja hasta un terreno cercano a la población.
Un año después, Israel llevó a cabo una incursión en Gaza con el objetivo de detectar estos túneles y destruirlos. Según las IDF, 30 galerías fueron destruidas en esta operación.
Israel también desarrolló tecnología de sensores para intentar detectar la excavación de los túneles, y en 2021 finalizó la construcción de una barrera subterránea de hormigón, que penetra varios metros en el terreno para impedir que los túneles atraviesen la frontera.
Este tipo de túneles han tenido un profundo impacto psicológico en la población del sur de Israel que, como señala Shamir, estaba preparada para lidiar con el lanzamiento de cohetes desde la Franja “pero no para la amenaza de que, de repente, dentro de Israel, saliera gente con motocicletas para atacar pueblos, como han hecho esta vez”.
El pasado sábado 7 de octubre Hamás usó estos túneles ofensivos para atacar Israel, pero lo hizo de una forma novedosa.
Construyeron túneles que se acercaron a la verja, pero que no la atravesaron. “Estos túneles les permitieron acercar sus fuerzas a la valla, para luego salir rápidamente a la superficie, volar por los aires la cerca y avanzar”, detalla Eitan Shamir.
Este tipo de túneles ofensivos “suelen ser rudimentarios, es decir, apenas tienen algún tipo de fortificación. Son excavados para un solo uso: invadir el territorio israelí”, explica a BBC News Daphné Richemond-Barak, experta en guerra subterránea y profesora en la Universidad Reichman de Israel.
Muy distintos son el tercer tipo de túneles que Hamás ha construido dentro de la Franja, en los que se esconden sus líderes y que cumplen una función defensiva.
“Los túneles dentro de Gaza son diferentes porque Hamás los utiliza de forma regular. Son probablemente más cómodos, para pasar largos periodos de tiempo”, según la experta.
Estas galerías, que están excavadas a profundidades de hasta 30 metros y están reforzadas por muros y techos de hormigón, están equipadas con electricidad y raíles para mover mercancías, cuentan con centros de mando y control, y son utilizadas como canales de comunicación subterráneos para evitar ser detectados por Israel.
Los analistas consultados coinciden en que es bastante probable que Hamás esconda a los rehenes israelíes en estos túneles.
Según el portavoz del ejército israelí, los túneles que Hamás ha construido en los últimos 20 años se extienden desde la ciudad de Gaza hasta las poblaciones de Jan Yunis o Rafah, al sur de la Franja. Según Israel, Hamás camufla sus entradas en zonas residenciales, escuelas o mezquitas.
Esto produce, según Khaled el Haroun, sentimientos encontrados entre parte de la población de Gaza: “Por una parte, la gente está muy orgullosa de lo que la resistencia ha logrado hacer a pesar del bloqueo, de la inteligencia israelí, estadounidense, egipcia y a veces incluso jordana, y de la Autoridad Nacional Palestina. Pero también hay miedo a lo que está pasando debajo de sus casas”.
Israel considera, sin embargo, que Hamás utiliza a los civiles como escudos humanos: “No son búnkeres a los que los civiles gazatíes puedan acceder cuando Israel golpea”, aseguró esta semana un portavoz de las IDF.
Por el momento, la aviación israelí está utilizando las conocidas como bombas anti-búnker, que penetran varios metros en el suelo antes de explotar, para intentar destruir el máximo número de túneles posibles.
Pero, si finalmente Israel inicia una ofensiva terrestre sobre Gaza, los túneles, advierten los expertos, pueden convertirse en una ratonera para las tropas israelíes.
“Gaza es una trampa a la que ningún militar quiere entrar”, asegura el director del centro Begin-Sadat. Su altísima densidad de población hace casi imposible no provocar víctimas colaterales, “a lo que se suma esta red de túneles, muy difíciles de encontrar y que se convierten en una trampa”, afirma Shamir.
Con información de BBC Mundo
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