Aunque el Ministerio de Energía decretó la emergencia en el sector eléctrico de Ecuador el 18 de octubre de 2023, para acelerar la contratación de soluciones para cubrir el déficit de electricidad, los riesgos de apagones de luz van en aumento.
Al incremento de los costos de importación de energía de Colombia, registrados desde el 14 de octubre de 2023, se suma un nuevo problema.
Las reservas de agua del embalse de la central Mazar, en Azuay, han bajado significativamente por la escasez de lluvias en el sur del país, y están a niveles cercanos al mínimo requerido para la operación de las dos turbinas de la central.
Esto ocurre en medio de la sequía más fuerte que ha vivido el país en siete años, lo que ha provocado que la energía generada en las centrales hidroeléctricas cubra solo el 67% de la demanda, cuando lo habitual es que sea el 95%.
La época seca, que suele comenzar en octubre, este año se adelantó a septiembre, ocasionando un estiaje, en el contexto la inminente llegada del Fenómeno de El Niño a finales de año.
Según el reporte del Operador Nacional de Electricidad Cenace, el 19 de octubre de 2023, la cota (nivel de agua) en la presa de Mazar fue de 2.123 metros sobre el nivel del mar (msnm). Un nivel muy cercano al mínimo de 2.115 msnm.
El consultor energético Ricardo Buitrón explica que el embalse es un reservorio de agua que está diseñado para abastecer de agua a Mazar. Pero el reservorio no solo sirve para Mazar, pues también abastece de agua a las centrales Paute-Molino y Sopladora cuando las lluvias escasean.
De hecho, el 19 de octubre por la noche se reportaron apagones en Samborondón y Guayas (Daule).
Si se sigue consumiendo el agua del embalse la situación será crítica, explica el consultor del sector eléctrico, Gabriel Secaira. Él calcula que con el nivel actual del embalse apenas alcanzaría para el funcionamiento de la central durante unos 15 días. “En estiaje el nivel de agua en el embalse baja, pero no a los niveles actuales, que son muy graves. Seguramente vendrán los apagones”, añade Secaira. Y el nivel del caudal de agua también es preocupante, según este consultor. El reporte de Cenace muestra que el caudal o ingreso de agua a la central Mazar era de 33 metros cúbicos por segundo (m3/s) el 19 de octubre, cuando en época de lluvias suele recibir un caudal de 141,1 (m3/s).
El reservorio es clave para tres centrales
Mazar es parte de un complejo de hidroeléctricas que también incluye a las centrales Sopladora y Paute-Molino. Las tres hidroeléctricas tienen una potencia de 1.756 megavatios de potencia y representan el 39% de la demanda nacional.
De ahí que es clave que el embalse no se vacíe.
Secaira explica que si las termoeléctricas estuvieran operando en su máxima capacidad, podrían generar energía eléctrica para reducir el acelerado uso de las reservas de agua de Mazar.
Pero el parque termoeléctrico, que tiene una capacidad instalada de 1.745 kilovatios de potencia, está al 51% de su capacidad operativa, por falta de mantenimiento e inversiones.
¿Cuándo comenzarán los apagones?
El Ministerio de Energía reconoció que los niveles de agua en el embalse de Mazar están bajos, pero todavía no es algo “crítico”.
Además, la entidad informó que, debido a que hubo lluvias en la Amazonía el 18 de octubre de 2023, subió el caudal del río que abastece a Coca Codo Sinclair, la mayor hidroeléctrica de Ecuador. De ahí que mejoró su operación.
También se han reportado lluvias en la cordillera occidental, dijo el Ministerio, lo que ha permitido que aumente el agua en la presa Daule Peripa.
Por eso se va a intentar conservar el nivel de agua en el embalse de Mazar, para que no siga bajando, dijo el Ministerio.
Sin embargo, el Gobierno no se atreve a descartar un escenario de apagones en octubre, si la sequía sigue intensificándose y la demanda de electricidad no se reduce.
Sin embargo, el Ministerio de Energía insiste en que está haciendo todo lo posible para evitarlos.
Algo que ayudará a suplir el déficit de electricidad del país, que es de 400 megavatios, es que el 28 de octubre entrará en operación la planta Termoesmeraldas, que estaba en reparaciones, para aportar con 120 megavatios.
¿La declaratoria de emergencia ayudará?
La intensa sequía ha obligado a Ecuador a comprar más electricidad a Colombia desde septiembre de 2023 para evitar apagones.
Sin embargo, ese país ya implementó las primeras medidas restrictivas de exportación de electricidad, porque también enfrenta sequía por el Fenómeno de El Niño.
De ahí que desde el 14 de octubre el gobierno de Colombia solo autorizó a exportar termoelectricidad generada con combustibles líquidos, como el diésel, que es más costosa.
Esto hizo que los precios que Ecuador tiene que pagar por energía importada desde Colombia hayan aumentado desde el 16 de octubre de 2023.
Si durante septiembre la importación de energía costaba USD 20 millones semanales, ahora costaría unos USD 30 millones, dijo el Ministerio.
En este escenario, la principal medida que ha tomado el Gobierno es decretar la emergencia para el sector eléctrico, para acelerar los procesos de contratación de soluciones de emergencia por al menos unos 200 megavatios.
Está previsto que el 20 de octubre de 2023 el Ministerio de Energía revise las propuestas de empresas interesadas en proveer soluciones como arrendar barcos generadores de termoelectricidad, generada con fuel oil 6, que es más barato que el diésel.
Con información de Primicias
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