Una de cada 17 personas en el mundo ha usado una droga en 2021. Significa un 23% más que en la década anterior. Dentro de ese uso, 22 millones consumieron cocaína, según el último reporte anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
Frente al problema, científicos de Brasil han anunciado que están desarrollando una vacuna como un tratamiento innovador contra la adicción a la cocaína y a su potente derivado, el crack. La llamaron “Calixcoca”.
Infobae dialogó con tres expertos en toxicología y neurociencias que analizaron qué implica este desarrollo que aún está en etapa de pruebas. Podría prevenir las recaídas, pero no debe considerarse como una panacea o solución mágica, porque las causas de la adicción son múltiples, señalaron.
La cocaína es una droga estimulante muy adictiva que se obtiene de las hojas de la planta de coca originaria de Sudamérica. Su consumo tiene efectos negativos en el organismo humano, según el Instituto Nacional de Drogas de Abuso de los Estados Unidos.
Al consumir cocaína, se aumentan los niveles del neurotransmisor dopamina en los circuitos cerebrales relacionados con el control del movimiento y la recompensa.
Normalmente, la dopamina se recicla y vuelve a la neurona que la liberó, cortando la señal entre las células nerviosas. En cambio, cuando se consume cocaína, se impide que la dopamina se recicle. Esto hace que se acumulen grandes cantidades en el espacio entre dos células nerviosas o neuronas. Así se detiene la comunicación normal entre esas células.
Esta inundación de dopamina en el circuito de recompensa del cerebro refuerza fuertemente los comportamientos de consumo. Al consumir con frecuencia, el circuito de recompensa puede adaptarse, y se vuelve menos sensible a la droga. Como resultado, las personas consumen dosis más fuertes y más frecuentes en un intento de sentir el mismo efecto y de aliviarse del síndrome de abstinencia.
La doctora Guadalupe Ponciano Rodríguez, especialista en adicciones de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México (UNAM), explicó en una charla reciente que el consumo de la droga produce cambios estructurales y funcionales en el cerebro.
“Es como si la dopamina abriera una cerradura, que es el receptor. Se genera una sensación gratificante. El número de receptores se reduce. Entonces, cuando una persona que es adicta a las drogas deja de consumirlas, uno de los problemas es que tiene poca dopamina. Se puede ver que el cerebro cambia totalmente”, dijo en una conferencia en la UNAM.
En la actualidad, para tratar a las personas con adicción se emplea la terapia cognitivo-conductual, la gestión con incentivos motivacionales, que consisten en ofrecer recompensas a los pacientes que se mantienen sin consumir sustancias, y las comunidades terapéuticas, según el organismo de los Estados Unidos.
Qué es la vacuna Calixcoca
Se investiga otras opciones y en Brasil han dado los primeros pasos para desarrollar una vacuna contra la cocaína. Se trata de una búsqueda que han intentado otros investigadores en el mundo. En 1992 se publicó un reporte sobre otra potencial vacuna.
En el caso de “Calixcoca”, se considera que es una vacuna de prueba, que ha dado resultados prometedores solo en ensayos con animales. Los investigadores que forman parte de la Universidad Federal de Minas Gerais informaron que desencadena una respuesta inmunitaria que impide que la cocaína y el crack lleguen al cerebro. De esta manera, esperan que ayude a los consumidores a romper el ciclo de la adicción. Porque dejarían de consumir la droga.
Aunque todavía está en desarrollado, la vacuna fue votada por médicos de 17 países, se impuso a otros 11 finalistas y obtuvo un reconocimiento de 500.000 euros. Es el Premio Euro Health Innovation, que está organizado por la multinacional farmacéutica Eurofarma.
La Decana de la institución donde se desarrolla la vacuna, Sandra Regina Goulart Almeida, consideró que el premio “representa una gran victoria para la comunidad de investigadores de la Universidad y para la ciencia brasileña. Calixcoca trae esperanza al presentarse como un importante tratamiento alternativo a los medicamentos. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, y este premio nos anima a seguir trabajando para que la vacuna cumpla todas sus fases de desarrollo”, afirmó.
Según el psiquiatra Frederico Garcia, coordinador del equipo, la vacuna actúa provocando que el sistema inmunitario de los pacientes produzca anticuerpos que se unen a las moléculas de cocaína en el torrente sanguíneo. Hace que esas moléculas sean demasiado grandes para pasar al sistema mesolímbico del cerebro, o “centro de recompensa”, donde la droga estimula normalmente altos niveles de dopamina inductora del placer.
Antes, se habían realizado estudios similares en Estados Unidos. Pero se estancaron cuando los ensayos clínicos no demostraron resultados suficientes, entre otras razones, comentó García. Hasta ahora, Calixcoca ha demostrado su eficacia en ensayos con animales: produjo niveles significativos de anticuerpos contra la cocaína y pocos efectos secundarios.
Los investigadores descubrieron que también protegía a los fetos de rata contra la cocaína, lo que sugiere que podría utilizarse en humanos para proteger a los fetos de las personas que cursan un embarazo.
La vacuna se fabrica con compuestos químicos diseñados en el laboratorio, en lugar de ingredientes biológicos, lo que significa que su producción sería menos costosa que la de muchas vacunas y no tendría que almacenarse a bajas temperaturas. Pero no será una “panacea” que pueda administrarse a cualquiera, resaltó García.
Qué opinan los expertos sobre la vacuna
Consultado por Infobae el doctor en medicina Carlos Damín, especialista en toxicología, jefe de Toxicología del Hospital Fernández, profesor de toxicología de la Universidad de Buenos Aires y director de Fundartox, explicó sobre el desarrollo de la vacuna: “Hubo ya otros intentos. Si se lograra una vacuna, sería una muy buena herramienta especialmente para pacientes que ya están finalizando un tratamiento y podrían prevenir recaídas”.
Pero el experto aclaró que “no sería una panacea: la motivación para que una persona consuma una sustancia tiene múltiples causas: sociales, psicológicas, económicas y culturales. Por lo cual, una sola vacuna no podría corregir todas esas variables. Solo lograría neutralizar la cuestión química. Pero la persona debe tomar la decisión de dejar de consumir. Porque aun si la vacuna fuera efectiva, si la persona no toma la decisión de dejar, podría pasar a consumir otras sustancias. Por eso, la vacuna podría ser una herramienta para las personas que ya están en recuperación porque tomaron la decisión de dejar de consumir”.
En tanto, Flavia Vidal, jefa de toxicología del Hospital Italiano de Buenos Aires y miembro de la subcomisión de toxicología clínica de la Asociación Toxicológica Argentina, consideró que “cuando una persona deja de consumir cocaína, siente el deseo de volver a introducir la sustancia en su cuerpo. Si la vacuna lo desalienta a consumir cocaína, igualmente la persona podría correrse a consumir otra sustancia. Hay pacientes que consumen diferentes drogas simultáneamente”, afirmó Vidal.
De acuerdo con la especialista, “si la evaluación en ensayos clínicos resulta positiva, la vacuna podría llegar a ser útil como tratamiento de apoyo. Pero no como tratamiento principal. Sería una ayuda para evitar una recaída en el consumo de cocaína”.
Marcelo Rubinstein, investigador del Conicet en neurociencias de las adicciones, no se mostró optimista con respecto a la vacuna que desarrollan en Brasil. “Un buen desarrollo farmacológico no sirve para contrarrestar el problema integral del adicto. La vacuna podría evitar que la cocaína llegue al cerebro. Sin embargo, la persona podrá continuar con la adicción a otra sustancia. Por lo tanto, hoy las soluciones para las adicciones no son fáciles. Se debería intervenir sobre el comportamiento y el estado de ánimo. Apunta más al problema de fondo de la adicción”.
Cuáles son los efectos de la cocaína
Los efectos a corto plazo del consumo de cocaína incluyen: energía y felicidad extremas, alerta mental, hipersensibilidad a la luz, el sonido y el tacto, irritabilidad, y paranoia (desconfianza extrema e injustificada de los demás).
Otros efectos del consumo de cocaína incluyen la restricción de los vasos sanguíneos, la dilatación de las pupilas, náuseas, aumento de la temperatura corporal y la presión arterial, aceleración o irregularidad del ritmo cardíaco, temblores y espasmos musculares, e inquietud o desasosiego, entre otros.
Con información de Infobae
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