La madrugada del martes 29 de agosto del 2023, la Policía Nacional informó la detención de una persona presuntamente involucrada en la comercialización de pornografía infantil. Entre las evidencias, las autoridades decomisaron 1 700 vídeos «con material de abuso sexual infantil».
Semanas atrás, el 8 de agosto, efectivos de la Unidad Nacional de Ciberdelitos capturaron a cuatro personas que, a través de Facebook, creaban una amistad con menores de edad y tras ganarse su confianza solicitaban fotografías íntimas de sus víctimas para luego, bajo amenazas e intimidación, pedir depósitos de dinero a cambio de no divulgar los archivos. Por este caso se identificaron cuatro víctimas de entre 12 y 13 años.
Cristina Ramos, jefa subrogante de la Unidad Nacional de Ciberdelitos, enfatiza en la importancia de que los adultos mantengan el control de las redes sociales y los sitios a los que acceden sus hijos a través de Internet.
«Los niños hasta los 6 años, no deberían tener acceso a Internet. A partir de esta edad y hasta las 12 años deben hacerlo bajo la supervisión de sus padres. De los 12 años en adelante debe haber una buena comunicación entre padres e hijos para que ellos puedan contar todo lo que les sucede», sostiene.
Pero, ¿qué implica tener el control sobre las actividades que realizan los menores? Ramos recomienda a los adultos:
Además recomienda a los padres de familia evitar la publicación de fotografías de sus hijos en Internet.
La modalidad que se utiliza para contactar a víctimas de pornografía es el grooming, especifica Ramos. A través de esta, «los adultos buscan el acercamiento con menores de edad, logrando incluso que las víctimas desarrollen un sentimiento hacia estas personas».
Generalmente lo hacen mediante la creación de perfiles falsos, dice la uniformada. Y recalca que el abuso no se refiere únicamente al contacto físico, sino también al hecho de solicitar fotos o contenido íntimo bajo amenazas.
Si se ha detectado que un menor de edad ha sido víctimas de pornografía infantil, lo primordial es denunciar, pero también no borrar el contenido que se haya generado con el agresor, dice Ramos.
«No borren los contactos, chats, mensajes», señala, ya que eso complica a la Policía Nacional en las investigaciones para dar con quienes están detrás del delito. Además, el contenido es una prueba a la hora de denunciar.
La funcionaria indica que desde diferentes unidades de la Policía Nacional se brinda apoyo psicológico a quienes han sido víctimas de pornografía infantil y otros delitos.
Con información de Teleamazonas
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