Ucrania ha dado otro pequeño paso en su objetivo de empujar a las fuerzas ocupantes hacia el mar de Azov al hacerse con el control de Staromaiorske, en el suroeste del óblast de Donetsk, al tiempo que sigue intentando diezmar las defensas rusas para crear las condiciones de un ataque mecanizado a mayor escala.
“La liberación de Staromaiorske” fue anunciada en su discurso de anoche por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Según el coronel en la reserva ucraniano Serguí Grabski, haber recuperado el municipio mejora la posición táctica de Ucrania y le permite acercarse a la segunda línea de defensa rusa en la zona sureste del frente, que está protegida por fortificaciones terrestres y es, a priori, la más difícil de superar para las tropas de Kiev.
“Es demasiado pronto para celebrarlo como un gran éxito del ejército ucraniano”, dijo a Efe Grabski, “pero muestra de manera clara que las fuerzas ucranianas consiguen avanzar en unas condiciones muy duras”.
El militar retirado considera que Ucrania debe continuar destruyendo armamento ruso antes de lanzar una ofensiva de mayor envergadura en la zona sur del frente, y destaca la importancia de dejar a Rusia sin potencia de fuego en artillería.
El parte de hoy del Estado Mayor de Kiev muestra que las fuerzas ucranianas destruyeron otros 5 sistemas de artillería rusos durante la jornada del jueves.
Según el registro que lleva el Ministerio de Finanzas ucraniano sobre el valor económico de las pérdidas rusas, junio y lo que va de julio son los dos meses en que más cañones de artillería ha perdido Rusia desde el inicio de la guerra.
Mientras en el frente del este, Ucrania sigue llevando la iniciativa en los flancos de Bajmut, y Rusia continúa atacando en el eje Kupiansk-Limán, situado más al norte sin conseguir expulsar a los ucranianos de sus posiciones, según los últimos partes militares de Kiev, .
Según fuentes militares ucranianas, el ejército ruso habría concentrado allí 100.000 hombres y cerca de un millar de tanques que tendrían como objetivo distraer a Ucrania de sus esfuerzos por recuperar territorios en el sur.
En Moscú, la actualidad ha estado hoy dominada por la segunda y última jornada de la cumbre ruso-africana, en la que el presidente Vladímir Putin dijo haber firmado contratos de cooperación militar con más de 40 países de África, donde la seguridad de cada vez más países depende de Rusia.
Al margen de la cumbre, el Consejo de la Federación Rusa aprobó hoy una enmienda legal que establece la edad de servicio militar obligatorio entre los 18 y los 30 años.
La modificación eleva el límite máximo de edad de 27 a 30 años, y parece indicar que Rusia se prepara para la extensión en el tiempo de la guerra.
También este viernes, el Ministerio de Defensa ruso dijo haber “frustrado un intento del régimen de Kiev de perpetrar un ataque terrorista” con un dron en la región de Moscú. Al parecer, el aparato fue destruido por las defensas antiaéreas rusas y no provocó víctimas, según el Ministerio.
Se trata del segundo ataque con drones contra la capital rusa en una semana, después de que las defensas rusas interceptaran el lunes dos aparatos no tripulados ucranianos que cayeron cerca de una universidad militar y de varios edificios del Ministerio de Defensa.
En los últimos meses se han intensificado este tipo de ataque contra Moscú, coincidiendo con la voluntad declarada de las autoridades de Kiev de llevar la guerra -que al principio se desarrollaba íntegramente en territorio ucraniano- cerca de los círculos de poder y decisión rusos. EFE
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