Incendios, vehículos quemados, disturbios y enfrentamientos con la policía. La ira y la indignación vuelven a recorrer los barrios de la periferia de París, en este caso por la muerte de un joven de 17 años por tiros de un agente cuando intentaba darse a la fuga en un control en Nanterre. En la madrugada del martes al miércoles ha habido altercados en más de una decena de localidades de la llamada banlieue. En total 30 detenidos, 24 policías heridos y 40 coches incendiados. Las autoridades piden calma, pero esto hace temer una nueva oleada de disturbios en estas zonas populares, donde prende la mecha antes cada vez que hay una muerte en enfrentamientos con las fuerzas del orden.
La víctima es Naël, un joven de 17 años, con antecedentes policiales y que conducía sin carné. Los hechos ocurrieron en la mañana del martes en Nanterre, en la región parisina, y fueron grabados por un testigo que estaba a poca distancia. El vídeo muestra cómo su coche es detenido por una pareja de policías. Uno de los agentes apunta al menor con su arma junto a la ventanilla del conductor mientras el otro habla con el joven. Aparentemente éste arranca sin obedecerles. El disparo se produce en el momento en que el coche acelera.
El agente, de 38 años, ya está detenido y se ha abierto una investigación por homicidio voluntario cometido por una persona depositaria de la autoridad pública.
“Todos hemos vistos esas imágenes extremadamente chocantes“, ha admitido el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que ha llamado a la calma y ha confirmado que el agente está bajo custodia policial. El ministro ha anulado los desplazamientos que tenía previstos hoy.
El presidente, Emmanuel Macron, varios miembros del Gobierno y en general toda la clase política han mostrado su profundo rechazo a este acto. Macron, de visita en Marsella, ha dicho que “nada justifica la muerte de un joven” y ha pedido calma “para que se haga justicia”.
“En este contexto, hace falta afecto y respeto para el joven Naël y su familia”, ha dicho el presidente desde Marsella. La primera ministra Elisabeth Borne, ha dicho: “Deseo que nuestra exigencia absoluta de la verdad permita que el apaciguamiento prevalezca sobre la ira”, ha señalado tras reunirse con el alcalde de Nanterre, Patrick Jarry. Este ha pedido que “cese la espiral de violencia”.
“Hay una fuerte emoción pues un hombre de 17 años ha encontrado la muerte de manera brutal”, ha reaccionado también el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, en la rueda de prensa tras el consejo de ministros. Véran ha pedido calma, ha recordado que hay una investigación abierta y ha rechazado que se haga un “uso político” de este acto.
En la madrugada del miércoles se han movilizado 1.200 policías para tratar de contener los disturbios, sobre todo en Nanterre pero también en otros barrios del cinturón parisino y en ciudades como Burdeos o Marsella. En Mantes la Jolie se ha incendiado parte del edificio anexo al ayuntamiento. También hubo altercados en otra decena de localidades.
El prefecto de la Policía de París, Laurent Nuñez, ha confirmado que se mantendrá el dispositivo todo el tiempo que sea necesario para evitar incidentes. Para esta noche hay movilizados 2.000 agentes.
La muerte ha reabierto la polémica sobre la violencia policial en Francia. Los problemas en la llamada banlieue son frecuentes, igual que la quema de coches y contenedores y los enfrentamientos con los agentes. Aunque estos están habituados a lidiar con manifestaciones masivas, son incapaces de poner orden en estas localidades convertidas en guetos, a menudo abandonadas, sin casi servicios y donde hay una fuerte concentración de franceses de origen inmigrante. Un caldo de cultivo del descontento para poblaciones que se sienten desarraigadas. Es el París fuera de control.
En 2005, la muerte de dos jóvenes en Seine Saint-Denis provocó una ola de disturbios en toda esta periferia parisina que se extendió rápidamente y obligó a declarar el estado de emergencia. Duró varias semanas, con fuertes enfrentamientos entre la policía y los jóvenes, coches quemados, incendios, centenares de heridos y unos 2.000 detenidos. Hubo que declarar el toque de queda en varias ciudades.
A la muerte del joven Naël ha reaccionado hasta la estrella del fútbol Kylian Mbappé, que en Twitter ha escrito lo siguiente: “Me duele Francia. Una situación inaceptable. Estoy con la familia y los allegados de Naël, este angelito que se ha ido demasiado pronto”.
Texto original publicado en El Mundo
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