El fenómeno meteorológico El Niño, con consecuencias para todo el planeta, ha comenzado y debería «reforzarse gradualmente» durante los próximos meses. Así lo informó este jueves 8 de junio del 2023 la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
«Dependiendo de su fuerza, El Niño puede causar una variedad de impactos, como aumentar el riesgo de fuertes lluvias y sequías en algunos lugares del mundo», afirmó la climatóloga de la NOAA Michelle L’Heureux. Además, agregó que también podría provocar temperaturas récord.
Qué es el fenómeno El Niño
El Niño es un fenómeno climático natural marcado por temperaturas de la superficie del mar más cálidas que el promedio en el Océano Pacífico central y oriental cerca del ecuador. Esto ocurre en promedio cada 2 a 7 años. Los impactos de El Niño en el clima se extienden mucho más allá del Océano Pacífico.
«Dependiendo de su fuerza, El Niño puede causar una variedad de impactos, como aumentar el riesgo de fuertes lluvias y sequías en ciertos lugares del mundo», dijo Michelle L’Heureux, científica climática del Centro de Predicción del Clima.
También señaló que «el cambio climático puede exacerbar o mitigar ciertos impactos relacionados con El Niño. Por ejemplo, El Niño podría generar nuevos récords de temperatura, particularmente en áreas que ya experimentan temperaturas superiores al promedio durante El Niño».
Influencia en huracanes
La persistencia anticipada de El Niño también contribuyó a las Perspectivas de huracanes en el Atlántico y el Pacífico oriental para 2023 emitidas por la NOAA el mes pasado. Las condiciones de El Niño generalmente ayudan a la actividad de huracanes en el Atlántico, mientras que la supresión de la presencia de El Niño generalmente favorece una fuerte actividad de huracanes en las cuencas del Pacífico central y oriental.
Las perspectivas estacionales de temperatura y precipitación del Centro de Predicción del Clima seguirán teniendo en cuenta las condiciones actuales y pronosticadas de El Niño. Estos pronósticos estacionales se actualizan mensualmente, con la próxima actualización el 15 de junio. El pronóstico de la temporada de huracanes en el Atlántico se actualizará a principios de agosto.
Los científicos han estado pronosticando el desarrollo de El Niño durante los últimos meses y emitieron la primera alerta de la presencia de El Niño el 13 de abril de este año.
¿Ecuador está preparado?
En la costa ecuatoriana, el invierno ha dejado – en lo que va del año– casi 100.000 personas afectadas, de acuerdo con las estadísticas que hace diariamente la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR).
En el país, 191 de los 221 cantones han sido golpeados por casi 2.203 eventos peligrosos causados por la intensidad de las lluvias. Además, cerca de 76 kilómetros de vías registran daños.
Josué Alvarado, máster en gestión de riesgos, señala que han pasado 25 años desde que El Niño dejó grandes pérdidas humanas y de bienes en el país.
Alvarado cita existe un informe presentado por Corporación Andina de Fomento (CAF), en el año 2000, y que existe documentación que muestra que el fenómeno dejó altos trastornos en los patrones climáticos. “Si bien el clima no es estático, ya se puede trabajar en proyecciones, tomando en cuenta los efectos pasados”, dice.
Ya hace más de dos décadas –según Alvarado– los meteorólogos pudieron prever detalles de la aparición de este fenómeno. “Trabajar en las proyecciones y planes emergentes, permite que con tiempo, por ejemplo, los agricultores y pescadores estén listos para sus efectos”.
En 1997, en Ecuador, el fenómeno de El Niño dejó 286 víctimas mortales, 162 heridos, 36 desaparecidos, y más de 29.000 personas evacuadas, según recoge un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En 2016 fue la última vez que se formó El Niño, desde entonces, ha existido un aumento de temperaturas globales, por eso, las instituciones que hacen seguimiento de estos fenómenos, a escala mundial, consideran que este 2023 volverá y que será potente.
Lo que contribuye a que esto pase es el gran calentamiento de los océanos, lo que en conjunto podría llevar “la temperatura global a niveles nunca antes vistos entre 2023 y 2024”, señala Alvarado. (AVV)
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