El director James Gunn dispara un tributo en el fin de la saga ‘Guardianes de la Galaxia’. Su homenaje es a la amistad, a la fraternidad que tienen los miembros de estos héroes galácticos.
Y, aunque la cinta pertenece al Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), esta navega en su propia órbita justamente para concentrarse en las relaciones que tienen Peter Quill y compañía. Sin embargo, también existen razones un poco más reales para esta narrativa cinematográfica.
Esas razones, que son más bien del mundo ‘hollywoodense’, se sienten en la propia narrativa de la película y hasta cierto punto se agradecen. La principal: James Gunn se fue de los territorios de Marvel y Disney y ahora mismo está colonizando la competencia. El director lidera la reinvención del universo de DC Cómics, es decir Gunn -si se cae en las especulaciones- ya no tenía tanto acceso a los planes de Marvel para desarrollar sus etapas.
¿Cuáles son las consecuencias? ‘Los Guardianes de la Galaxia Vol. 3’ no tiene un apego directo a la fase 5 del UCM. Para empezar, no hay referencias explícitas a la saga de los multiversos ni a su gran villano: Kang. Ni siquiera en las dos escenas postcréditos que suelen ser una ventana a lo que vendrá.
Desde un principio se sabía que esta nueva entrega de la saga sería la despedida de los aventureros galácticos. Algunos de los actores dijeron que no seguirían en el UCM y hasta corrían rumores sobre el destino de sus personajes. Esto hace que la película se vea desde el inicio con un sentimiento de nostalgia prematura; de saber que posiblemente nunca más se verá a Peter, Rocket, Drax, Groot, Mantis, Nebula, Gamora juntos.
Se puede decir que Rocket es el centro del universo de esta historia. Alrededor de él gira todo, se mueve incluso la relación entre Peter y Gamora que se acabó por culpa de Thanos en ‘Infinity War’ y que rompió el corazón del líder de los guardianes. Rocket es herido de muerte por El Alto Evolucionador y los guardianes tratarán de salvarlo de la muerte durante toda la película. En ese proceso se revelan las amistades que orbitan alrededor de Rocket; las relaciones divertidamente incompresibles de los personajes y que hacen que el arco narrativo juegue entre el humor y el drama.
Esa es la fortaleza de la película, la forma de explotar la amistad que tienen los integrantes de esta pandilla que empezó como un grupo de antihéroes en el volumen 1, en 2014 y que en la segunda entrega extendió el equipo. Peter Quill quiere salvar a su mejor amigo Rocket, como era de esperarse; Mantis y Drax tienen y demuestran un cariño torpe el uno por el otro. Nebula (hija de Thanos y mitad mecánica) tiene cariño por sus amigos; Groot, ya adulto, cuida con sus ramas a todos y hasta los protege. Esta es la premisa con la que jugó Gunn, quien también escribió el guion de la última entrega.
La desconexión con la fase cinco del UCM hace, además, que se permita ir al pasado, a los recuerdos de Rocket mientras está en coma para construir la historia de su origen como un ser evolucionado y de alta inteligencia. Y ahí también se evidencia el deseo de mostrar a sus primeras amistades, aquellas que tejió durante su cautiverio.
El Alto Evolucionador busca crear sociedades perfectas con seres perfectos y para ello experimenta con especies que encuentra en el universo. En algún lugar (que sí se revela finalmente en la película) atrapa a un cachorro para experimentar.
Tras las manipulaciones, el antagonista de esta historia descubre que su pequeña creación vale más de lo que aparenta. En las jaulas, Rocket hace sus primeros amigos: Lylla, Teefs y Floor; también seres bajo experimentos pero que sienten que algún día llegarán a un paraíso prometido. Con esa alegría deciden despojarse de sus denominaciones numéricas y ponerse nombres que los identifican. Por ejemplo, Rocket (cohete en inglés) selecciona su apodo por su deseo de volar en una nave y llevar a sus amigos en ella.
El juego entre el pasado y el presente permite que se haga referencia a lo ocurrido en las anteriores fases del UCM, especialmente lo que sucedió con Thanos, Gamora y Nebula e incluso el vínculo fraterno entre Mantis y Star-Lord. Es decir, la cinta es un satélite libre del nuevo universo de Marvel y se disfruta como tal. Gunn se acoge al humor, que fue la característica de la primera entrega y que ayudó a que se incorporen estos elementos en el resto de cintas ‘marvelinas’ y se use (y abuse) de la música con un ‘playlist’ que bien se puede dedicar a una buena amistad.
Texto publicado en El Comercio
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