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El estremecedor relato del testigo del choque en Guayllabamba

domingo, mayo 28, 2023
Mauricio Toapanta, fisioterapeuta, fue una de las personas que presenció el siniestro ocurrido en el sector de Guayllabamba, en Quito, el sábado 27 de mayo de 2023. Él junto a otros profesionales de la salud que eran usuarios de los vehículos que circularon por la zona brindaron primeros auxilios y ayuda a los heridos
Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Mauricio Toapanta, testigo privilegiado del impactante choque múltiple en Guayllabamba que afectó a 23 vehículos y dejó como resultado 20 heridos y tres personas fallecidas compartió con varios medios su experiencia de terror y valentía. Lo que parecía un apacible paseo familiar se transformó en una pesadilla sin igual, y Mauricio con su formación médica, emergió como un héroe en medio del caos.

Desde la cercanía de tan solo 20 metros, Mauricio fue testigo presencial del trágico accidente, y su relato nos transporta a un escenario apocalíptico de vidrios destrozados, cuerpos heridos y la cruda realidad de la sangre esparcida. Sin titubear, Mauricio y un grupo de personas solidarias se lanzaron al rescate, improvisando una respuesta inmediata mientras las ambulancias luchaban por llegar.

Sin embargo, en medio del salvajismo del siniestro, Mauricio se encontró con un obstáculo aún más desesperante: la falta de empatía y reflexión de algunos conductores. Incluso después de llamar al servicio de emergencias, recibió una respuesta desconcertante. La operadora confesó que había recibido más de 200 llamadas, pero las ambulancias y los bomberos se veían bloqueados por conductores que no cedían el paso, poniendo en peligro la vida de las víctimas que esperaban ayuda desesperadamente.

Transcurrieron angustiosos 30 minutos, aunque para Mauricio parecieron una eternidad. Mientras luchaba por mantener vivos a los heridos en medio del caos, el tiempo se desvanecía en una espera interminable. Finalmente, las ambulancias llegaron y el trabajo en equipo permitió rescatar a los heridos entre vidrios rotos, gritos de angustia y una tensión desgarradora.

En medio de esta pesadilla, Mauricio tuvo un encuentro con el conductor del camión responsable del desastre. A pesar de la furia desatada por algunos, Mauricio se adelantó para auxiliar al conductor y evitar una linchamiento. Mientras lo atendía, el conductor, visiblemente afectado por el accidente, declaró que los frenos fallaron y que intentó advertir a los demás conductores. Sin embargo, la tragedia ya se había desatado.


A continuación, el testimonio completo de Mauricio Toapanta:

«El día de hoy ha sido toda una pesadilla pero compartiré con todos lo vivido desde adentro pues lo que sería un paseo familiar junto a mi esposa, suegros y cuñados se transformó en casi una tragedia y como dije, una pesadilla por lo vivido, lo que diré es con afán de buscar reflexión de la forma más resumida posible.

Hoy Dios nos dios vida pues estuvimos apenas a 20 metros de ser parte del accidente de Guayllabamba. Vimos todo y vivimos todo, de hecho los dos muertos iníciales, el señor y la niña murieron en la calle, a uno de ellos inclusive aplicamos CPR por varios minutos y no lo logramos murió en mis manos y bajo mi asistencia algo que sigo aún pensando si quizás llegaba unos segundos antes, pude hacer más.

Una vez que el accidente se dio parqueamos el auto y salí a ayudar como profesional de salud mi deber es defender la vida de todos. Era un escenario apocalíptico, vidrios, heridos, sangre por todos lados. Enseguida y gracias a la ayuda de muchas personas pudimos hacer un aislamiento de pacientes críticos y no críticos y ayudar con lo que había a la mano, en lo que llegaba el servicio de emergencias, no vale la pena ser gráficos y mucho menos decir lo que miraba, era apocalíptico, pero pudimos hacer algo y ayudar, Dios les bendiga a quienes me permitieron armar un plan inmediato y salir adelante con tan pocas “pérdidas” en semejante cosa mientras llegaban paramédicos y ambulancias, Jamás en mi vida vi un accidente así.

Llamé al 911 me identifiqué, inclusive dando mi código de salud, y acá viene lo grave no por los servicios que no llegaban rápido, por la gente falta de empatía e irreflexiva; el 911 me dijo: hay 200 llamadas reportando pero las ambulancias y bomberos no pueden pasar. Escribo literal lo que la operadora me dijo: “Por favor pidan a los autos que se hagan a las orillas y den paso, no permiten pasar a las ambulancias, y que no salgan a velocidad detrás de los paramédicos para avanzar”.

¿Se puede creer esto? ¿Es enserio? Abajo luchábamos por mantener vivos y estables a tanto herido crítico que había, junto a varios colegas de salud hicimos lo que pudimos de tal modo que sea fácil el traslado y arriba los autos parqueados corriendo a grabar lo qué pasó y a grabar la sangre y la desgracia, acaso no piensan, no tienen alma?

Pasaron al menos 30 minutos, de lo que me dice mi esposa, en lo que llegaban por lo dicho, yo no tenía noción de tiempo porque de todos lados llamaban gritaban, clamaban por ayuda y atención yo solo corría con lo que tenía a mano para ayudar a dar primeros auxilios. Dos fallecieron conmigo no pudimos hacer más que fajarnos y luchar por quienes estaban vivos; hicimos lo que pudimos, quizás pude hacer más, me duele el alma se los digo.

Una vez que llegaron las ambulancias hicimos el nido de emergencia y ayudamos a los paramédicos a trasladar tanta gente a ambulancias, fueron muy eficientes profesionales y ciudadanos que ayudaron, se logró sacar a todos entre vidrios rotos, sangre y gritos…

Capítulo aparte es el chofer del tráiler causante. Yo Mauricio Toapanta personalmente le ayude a salir del cabezal. La gente en lugar de ayudar a todos lo quería linchar, me puse frente a él y se los impedí también estaba golpeado y en shock; jamás quiso escapar. Le pregunté cómo se llamaba me lo dijo y tenía un traumatismo fuerte en su pierna, apenas lo atendí verifiqué su estado, él llamo a pedir ayuda, reportó lo sucedido y estaba afectado, solo me dijo cito textual: “no fue mi culpa, se rompieron los frenos, quise parar con el freno de emergencia y se fue el camión, solo pité para que los carros se hagan a un lado y ya no pude controlar”. Él se quedó ahí esperando…

Otro irreflexivo tomó madera del camión para hacer una rampa y salir con su Toyota Fortuner de ahí, sin ayudar a nadie viendo como todos los que ahí estábamos ya no dábamos más

Y bueno lo que nunca falta los “periodistas” de celular que en lugar de ayudarnos se paseaban con los celulares grabando los muertos, los hierros retorcidos y la sangre tomando fotos de la forma más impávida de la vida. ¿Será que fue bueno eso? No lo sé allá ellos.

Solamente termino con esto, hoy mi esposa y yo nos salvamos porque mi Dios nos quiso dar vida y me puso esto en el camino para poder ayudar, gracias Dios les pague a todos quienes me ayudaron, Dios les pague a los paramédicos que llegaron y nos ayudaron y que permitieron que nuestro plan de emergencia junto a ellos sea eficiente y a todos quienes con agua, pañuelos, gorras, chompas y demás ayudaron para poder estabilizar a mucha gente. Habría querido hacer más, me duele mucho que la gente cuando ve una ambulancia no se haga a un lado y demore la llegada inmediata y así evitar tanto como lo que hoy sucedió, quizás hoy no nos tocó y quizás jamás suceda pero cuando suene una sirena por Dios den paso esperen que pase y no salgan detrás para ganar distancia, no es la ley del más vivo, es la ley del más humano.

Que Dios tenga en su gloria a quienes hoy fallecieron, bendiciones a todos”.

 

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