Mientras Juan Pablo Muñoz Pérez y Gregory Lewbart estudiaban la fauna de Galápagos, se encontraron con un cangrejo ermitaño excepcionalmente pequeño, con solo tres centímetros de longitud, pero algo inusual: en lugar de una concha de caracol para proteger su abdomen, usaba la tapa de una botella de plástico. Esta observación sorprendió a los investigadores, pero también fue un recordatorio del impacto negativo de los plásticos en la vida silvestre en el archipiélago.
Muñoz Pérez ha estado estudiando la presencia de plásticos en Galápagos durante más de 12 años, y en marzo de 2023 compartió sus hallazgos más recientes en una publicación científica. Según la investigación, 52 especies de animales en Galápagos han ingerido o quedado atrapadas en plásticos, incluyendo 20 especies endémicas que solo se encuentran en las islas y 15 que están en grave riesgo de sufrir daños. Esto indica que la contaminación por plásticos es una amenaza importante para la biodiversidad en las islas.
Una funda o una botella plástica que se bota a la basura en Ecuador continental, puede llegar hasta el organismo de las tortugas de Galápagos. Estos artículos, que se acumulan en el mar, son transportados por las corrientes marinas hasta las islas. Al llegar, se cruzan en el camino de estos reptiles y es probable que se coman o se enreden con los desechos.
El estudio demuestra que la tortuga verde marina (Chelonia mydas) es la más susceptible a enredarse con los plásticos. La lista de las más vulnerables a ingerir estos artículos son las tortugas de Santa Cruz (Chelonoidis porteri). Además de estas dos especies, se ha registrado que otros seis reptiles han interactuado con la basura plástica en las islas.
La situación de las tortugas justamente es lo que motivó a Muñoz Pérez a enfocar sus estudios en los efectos de la contaminación en el archipiélago. Este investigador del Galápagos Science Center de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), empezó a investigar esta temática cuando vio la cantidad de botellas plásticas que rodeaban las áreas de anidación y alimentación de estos reptiles.
“Es algo que me impresionó. De ahí seguí indagando y tratando de entender por qué pasa esto”, dice el especialista, que se mudó desde Quito a San Cristóbal hace 23 años. El trabajo que publicó en este 2023 es la primera parte de su investigación de doctorado.
En las fotos que comparte, se ve a las tortugas nadando con bolsas plásticas que cuelgan de su cuello, mientras que otras las tienen en su boca y se resisten a soltarlas. En algunas imágenes, en cambio, se observa el plástico que se removió del organismo de estos animales.
Otras especies afectadas
Gregory Lewbart, investigador del College of Veterinary Medicine de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Estados Unidos y uno de los coautores del artículo, se ha visto impactado por la presencia de plásticos en la vida de las aves en las islas Galápagos. Ha presenciado escenas como la de un grupo de pájaros jugando con plásticos o construyendo nidos con este material.
En su última visita a las islas en el año pasado, Lewbart fue a Punta Cevallos para evaluar la salud de los piqueros de Nazca. Lo que más le impactó de esa visita fue la cantidad de botellas plásticas que encontró tiradas en la playa y alrededor de la zona de anidación de las aves.
Después de realizar el monitoreo de las aves, los cinco investigadores recogieron todos los desechos que encontraron en la zona. En solo 30 minutos recolectaron más de 100 botellas, lo que llevó a Lewbart a pensar que este grupo de animales es uno de los más afectados por la presencia de plásticos.
El estudio realizado revela que al menos 13 especies de aves en las Galápagos han ingerido o se han enredado con plástico, siendo el pinzón terrestre mediano (Geospiza fortis) y el cormorán de las Galápagos (Phalacrocorax harrisi) algunas de las especies más vulnerable.
Una de las características más destacables de este trabajo es su enfoque en la ciencia ciudadana. La investigación contó con la colaboración de un amplio grupo de personas, entre ellas turistas, habitantes de Galápagos, pescadores, científicos, guías naturalistas y guardaparques, cuyas observaciones y aportes fueron cruciales para la realización del estudio.
Para recopilar la información sobre los animales afectados por plásticos, se habilitó una plataforma en Internet en colaboración con el Parque Nacional Galápagos. Los participantes debían reportar detalles como la especie avistada, la fecha y el lugar de la interacción, así como una foto o video del evento. También se aceptaban reportes por correo electrónico y redes sociales. Todos los datos recibidos fueron sometidos a un proceso de verificación riguroso.
A través de este mecanismo, se recibieron 197 reportes que sirvieron para identificar las especies de aves afectadas por plásticos en las Galápagos. Según indica Muñoz Pérez, se utilizaron “los ojos que hay en Galápagos todos los años”, refiriéndose a la participación de turistas en la recopilación de datos. Se estima que cada año visitan las islas alrededor de 300 mil personas.
Un trabajo de todos
Ecuador forma parte de la iniciativa Global Plastic Action Partnership (GPAP) del Foro Económico Mundial (WEF) y ha anunciado la creación de una Plataforma de Acción por los Plásticos. Sin embargo, a pesar de contar con la Ley Orgánica para la Racionalización, Reutilización y Reciclaje de Plásticos de un solo uso, esta normativa no se aplica efectivamente en la práctica.
Aunque Galápagos fue la primera provincia de Ecuador en prohibir el plástico de un solo uso, este sigue llegando desde otras partes. Investigaciones han identificado a Perú, China y el continente ecuatoriano como las principales fuentes de contaminación por plástico en la región.
En el caso de China, se ha evidenciado que su responsabilidad no se limita al transporte desde Asia. Un reportaje titulado ‘Basura china contamina las islas Galápagos’ ha revelado la presencia de flotas asiáticas que se posicionan cada año en las cercanías del archipiélago, con falta de control sobre la gestión de residuos en las embarcaciones.
Para abordar este problema, Muñoz Pérez y otros expertos señalan la necesidad de aumentar la supervisión de botes artesanales e industriales, así como involucrar a todos en la solución. El artículo enfatiza la importancia de una economía circular que incluya las “6R”: rechazar, reducir, reusar, reutilizar, “realmente reciclar” y remediar.
Además, el estudio identifica a las tres principales industrias responsables de la producción de los plásticos que llegan a las islas, destacando que la responsabilidad no recae exclusivamente en los consumidores, sino también en los productores.
Para los científicos, la presencia de plástico en Galápagos es un indicador del problema global. La siguiente fase del proyecto se enfocará en evaluar el impacto de este material en la salud de los animales y las personas.
El trabajo de investigación fue publicado por https://youtopiaecuador.com/.
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