Ecuador sufre una de las peores temporadas de lluvias en los últimos 15 años, lo que ha generado una serie de desastres naturales en todo el país. Uno de los más trágicos ocurrió en la andina localidad de Alausí, donde un gigantesco deslave sepultó decenas de viviendas el pasado 26 de marzo. Un mes después, el más reciente balance de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) reporta al menos 49 muertos, 39 desaparecidos, 43 heridos y 581 afectados.
El deslizamiento ocurrió después de que parte de la montaña se vino abajo y cubrió al menos 24 hectáreas, en las que había 209 viviendas. Alrededor de dos millones de metros cúbicos cubrieron las casas. En la zona del desastre, equipos de rescate continúan buscando los cuerpos de decenas de desaparecidos.
El gobierno declaró en marzo el estado de emergencia en 13 de las 24 provincias del país debido a las fuertes lluvias que han afectado a Ecuador desde enero. La zona donde se produjo el derrumbe en Alausí ya había sido declarada en alerta amarilla debido a las intensas precipitaciones, y las autoridades habían advertido sobre el hundimiento de una vía aledaña. El pasado 10 de abril, el poblado vecino de Huigra fue declarado en alerta naranja frente a un eventual deslave.
El país ya ha registrado un total de 33 muertos, 68.058 afectados y 14.697 viviendas con daños por efecto de las lluvias e inundaciones, sin contar los fallecidos en el deslave de Alausí. Los equipos de rescate continúan trabajando en la zona para intentar encontrar a las personas desaparecidas y asistir a los afectados por esta tragedia.
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