Las Islas Galápagos son famosas por su biodiversidad y han sido objeto de estudio científico desde la época de Charles Darwin en la década de 1830. Esta extraordinaria biodiversidad se debe a que se ubican en la convergencia de tres corrientes marinas que generan condiciones ecológicas únicas dentro y fuera del archipiélago.
Desde el año 2014, la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y la Universidad Carolina del Norte en Chapel Hill (UNC) por medio del Galapagos Science Center (GSC), lanzan conjuntamente un proyecto con el objetivo de navegar alrededor del archipiélago; y así obtener información actualizada sobre el estado poblacional y de salud de varias especies emblemáticas como: los lobos marinos, lobos finos, iguanas y tortugas marinas, además de evidenciar los efectos de la variabilidad climática dentro de la Reserva Marina de Galápagos (RMG).
Durante los años 2020 y 2021, si bien el trabajo interinstitucional fue pausado a causa de la pandemia por COVID 19, la DPNG continuó con el monitoreo, generando información valiosa para el manejo y la conservación de las islas. El trabajo cooperativo entre instituciones e investigadores permitió que a finales del 2022 se realice una nueva expedición de investigación y monitoreo científico, en la que se aplicaron las mismas metodologías que años anteriores, pero esta vez bajo condiciones climáticas relacionadas con La Niña. “Este evento climático opuesto a El Niño, es decir, el mar se enfría debido a una mayor cantidad de afloramientos y se especula que existe mayor productividad marina, aumentando la disponibilidad de alimento y brindando condiciones más favorables para varias especies. Con el agua fría, hay más nutrientes, por lo tanto, se espera ver una mayor productividad primaria, lo que a su vez lleva a un cambio en las especies de fitoplancton, de pequeñas a más grandes”, agrega Adrián Marchetti, investigador del GSC y profesor de UNC.
Estos cruceros de investigación y monitoreo científico se han realizado anualmente desde el 2014 hasta el 2019, obteniéndose importantes resultados sobre las adaptaciones que adquieren estas especies durante y después de períodos de calentamiento como El Niño. Este evento climático se caracteriza por generar un calentamiento en el océano que disminuye la productividad marina de la región, generando condiciones que conllevan a una menor disponibilidad de alimento para los consumidores marino/costeros. “El evento del Niño hace que se genere un estrés alimentario en varias de las especies emblemáticas de la RMG, exponiéndolas a la mortalidad o cambios en su comportamiento ecológico”, según lo afirma Diego Páez-Rosas, investigador del GSC y profesor de la USFQ.
En noviembre del 2022, un equipo de 12 investigadores de la USFQ, UNC y DPNG, junto con 8 tripulantes de la embarcación Sierra Negra, recorrieron durante 16 días un total de 14 islas y 30 sitios específicos, distribuidos alrededor de la RMG.
La investigación se orientó hacia los siguientes objetivos: a) medir los numerosos parámetros oceanográficos como temperatura, salinidad, concentración de nutrientes, productividad primaria y composición de la comunidad de plancton, que podrían ser impactadas por las condiciones de La Niña.; b) monitorear las especies emblemáticas de Galápagos, incluyendo lobos marinos, lobos finos, iguanas y tortugas marinas; c) evaluar el impacto del plástico y el microplástico en el ambiente marino. Esta información será utilizada por los investigadores y el equipo de la DPNG para comprender el estado de salud de varias de estas especies consideradas como centinelas o bioindicadoras del ecosistema, con el fin de evaluar los efectos del cambio climático en los ecosistemas de Galápagos y potencialmente ayudar con la toma de decisiones sobre cómo preservar la reserva.
Cumplir con estos objetivos suele ser complicado, por lo que los científicos emplearon metodologías y técnicas innovadoras, como monitoreos poblacionales con ayuda de drones. “Debido a que el acceso a las colonias reproductivas de estas especies es muy difícil y a veces imposible, la idea de cubrir estas áreas con sobrevuelos, es una oportunidad para generar más información”, comenta Jennifer Suárez Moncada, técnico – guardaparque de la DPNG.
Al momento, los científicos están analizando los datos obtenidos en sus laboratorios para crear información científica que será entregada a la DPNG y presentada al mundo en forma de artículos científicos que se espera sean publicados durante el 2023. Entre los resultados preliminares se pueden resaltar: a) El monitoreo oceanográfico determinó que el agua se encontró más fría que en años anteriores, con un rango de temperatura varios grados por debajo del promedio para esa época del año. b) Los resultados del censo poblacional de lobos marinos y lobos finos mostraron un mayor número de crías en las Islas San Cristóbal y Floreana, y en las Islas Fernandina e Isabela, respectivamente. c) El censo de iguanas marinas registró un total aproximado de 36,000 individuos, de los cuales se monitoreó el estado de salud de 70 ejemplares con resultados positivos.
Detalles Generales:
El crucero de investigación y monitoreo científico del año 2022 fue un esfuerzo conjunto de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), la Universidad Carolina del Norte en Chapel Hill (UNC); y contó con el financiamiento del Galapagos Science Center (GSC) y el Galapagos Conservancy (GC).
Responsables del Proyecto de Monitoreo de Pinnípedos de Galápagos: Dr. Diego Páez-Rosas y Dra. Marjorie Riofrío-Lazo, profesores de la USFQ, e investigadores del GSC.
Responsables del Proyecto de Monitoreo Oceanográfico: Dr. Adrián Marchetti y Dr. Harvey Seim, profesores de UNC, e investigadores del GSC.
Responsables del Proyecto de Monitoreo de Iguanas y Tortugas Marinas: Biol. Jennifer Suárez y Dra. Andrea Loyola, guardaparques de la DPNG.
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