Para muchos la Navidad es la celebración más esperada del año, pero para otros esta fecha representa el exceso y los derroches ocasionando un impacto negativo en el ambiente. La celebración genera un aumento en las emisiones de carbono producidas por los viajes y el incremento del consumo de electricidad al igual que una cantidad de desperdicios por el uso de envoltorios de regalos, cubiertos y platos desechables y decoraciones llenas de luz y color.
Pero, ¿cómo podemos reducir el impacto ambiental y hacer de la navidad una celebración más sostenible? Aquí algunas ideas.
Ser sostenibles depende mucho de la voluntad de cada uno, porque somos nosotros quienes tenemos el poder y la decisión de comprar. También es entender que el impacto ambiental durante las fiestas no es solo provocado por el tema de residuos, también tiene relación con el tema financiero porque es el mes en el que las personas suelen gastar más y endeudarse, al comprar cosas que tal vez no se usarán. Asimismo es social, porque sale a flote la diferencia entre quienes tienen y no. El exceso de alimentos en unos casos ocasiona un desperdicio, mientras que en otras mesas hay carencias.
Para evitarlo, es importante contar con un plan para realizar únicamente las compras necesarias. Un error que se suele cometer es adquirir cosas económicas sin prever que no todas son de buena calidad y que terminaran convirtiéndose en poco tiempo en basura. Para comprar primero hay que pensar en lo que se va a adquirir, a quién le regalas y la utilidad que tiene. Esto pasa mucho con los regalos para niños.
A la hora de decorar el hogar y de escoger los regalos se debe optar por alternativas más sostenibles, en lo posible evitar el plástico en las decoraciones, una opción además es obsequiar productos de emprendedores locales.
¡Cuidado con los envoltorios! Hoy en día se ve el uso de mucho papel de regalo y la mayoría son laminados o con motivos dorados, plateados con escarcha, cintas adhesivas o lazos, estos no son reciclables. Una opción a este tema son las alternativas ecológicas, fundas de tela o biodegradables. El papel craf, lana, y otros materiales usados frecuentemente en manualidades, son de mucha utilidad para hacer un lindo y creativo envoltorio, dando tu toque personal a tus obsequios.
Otra gran opción es regalar momentos en lugar de cosas. El poder del consumidor justamente está en elegir que comprar, procuremos aquellos que no se transformen rápidamente en residuo, evitemos productos con envoltorios innecesarios. En diciembre, se incrementa en un 30% la producción de residuos, es necesario ser conscientes del impacto de nuestras compras navideñas.
En caso de jugar al amigo secreto, una tradición durante las festividades, se recomienda que cada uno de los participantes haga una lista de tres deseos y así es más fácil acertar en el regalo y obsequiar algo esperado por nuestro amigo secreto que sabemos va a utilizar.
La cena navideña en casa es una oportunidad para disfrutar de una buena comida, compartir una conversación agradable y sonreír. Sin embargo, el exceso de comida produce desperdicio de alimentos, es necesario prever un menú y el número de invitados para evitarlo, recuerden que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo un tercio de los alimentos se desperdicia.
Disfrutemos de esta cena, con la mejor armonía, una mesa lista, vajilla y utensilios no descartables. Sirvamos porciones adecuadas para que no haya sobrantes, si la cena es en casa de un familiar preveamos llevar un tupper.
También en lugar de ir al supermercado se puede ir al mercado y comprar directamente a los agricultores y productores. Hagamos que la Navidad para ellos sea mejor y que tengan la satisfacción de vender todo lo que ofrecen, pues son ellos quienes trabajan y cultivan nuestra tierra. De esta manera también se reducirán las emisiones por movilización de productos de un sector a otro. No es lo mismo los alimentos que vienen de una finca cercana a nuestra ciudad, que aquellos que recorren muchos kilómetros.
Otro aspecto fundamental es no utilizar musgo como objeto de decoración en el pesebre, esta planta tarda seis años en crecer, ayuda a alimentar la humedad de los bosques y es el hábitat de muchos organismos. Afortunadamente en ciudades como Loja está prohibido su uso, pero en otras no. El papel escarchado también se vuelve un desecho, busquemos otras alternativas como la utilización de tela en la decoración, porque incluso es mucho más versátil.
En el caso de la iluminación, muchos creen que mientras más luces se colocan más espíritu navideño existe y no es así. Los hogares lucen lindos, pero hay que preguntarse ¿cuánta luz se está consumiendo? Y ¿cuántas emisiones se generan por el consumo de energía?
Si su hogar está decorado con muchas luces lo más es recomendable es no encenderlas siempre. De esta manera reducimos el consumo de energía y el costo de la planilla.
Lo importante de la Navidad es ese reencuentro en familia que ilumina nuestro corazón y que se disfruta mucho más que una buena decoración. Es vivir una navidad integral con nuestro amor familiar y compromiso ambiental. Evitemos dejarnos llevar por las tendencias de consumo y propongámonos incorporar esta conciencia ambiental como parte de nuestro estilo de vida y responsabilidad ciudadana por el ambiente que nos rodea.
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