Así lo asegura ahora la psiquiatra nutricional Uma Naidoo, profesora en la Escuela de Medicina de Harvard, que ha explicado que lo que comemos también puede afectar a nuestra capacidad de concentración.
La también autora del libro ‘This Is Your Brain on Food’ ha revelado que las bacterias intestinales pueden desencadenar procesos metabólicos e inflamación cerebral que afectan a la concentración y a la memoria, un proceso que puede provocar incluso demencia.Por ello, la investigadora de Harvard ha recomendado reducir la ingesta de algunos alimentos que pueden intensificar los problemas cerebrales.
Pero ¿cuáles son estos alimentos que pueden afectar seriamente a la capacidad de concentración y memoria de las personas? Estas son las comidas que debes evitar si quieres mantener tu salud cerebral.
Sin duda, entre los alimentos más perjudiciales, se encuentran los azúcares añadidos. Una dieta alta en azúcar puede producir un exceso de glucosa en nuestro cuerpo, lo que puede afectar seriamente al funcionamiento de nuestro cerebro.
Muchos estudios han relacionado este aumento de la glucosa con una menor plasticidad del hipocampo, el sector del cerebro que controla la memoria. Por ello, es recomendable no consumir una ración de azúcar por encima de los 25 gramos para mujeres y 36 gramos para hombres que recomienda la Asociación Estadounidense del Corazón.
Los alimentos fritos son otra de las comidas menos beneficiosas para nuestro cerebro. El pollo rebozado, las patatas fritas o las croquetas son algunos de los alimentos que hay que reducir para mantener a punto nuestra salud cerebral, pues su consumo puede dañar los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro.
Este problema puede llegar a perjudicar al aprendizaje y memoria, pudiendo causar una depresión. Por ello, Naidoo ha recomendado un cambio de hábitos para aquellas personas que consumen fritos regularmente, cambiándolos a un hábito mensual o, en su defecto, semanal.
Los alimentos ricos en carbohidratos, especialmente aquellos elaborados con harina refinada, también son contraproducentes para nuestra salud. Es el caso del pan, la pasta o algunos productos procesados como galletas o dulces.
Así, Naidoo recomienda apostar por harinas integrales y productos altos en fibra y con un índice glucémico bajo (verduras, frutas, garbanzos o lentejas, entre otros), que puedan ayudar más a la concentración y a mantener nuestra salud.
Como es bien conocido, el alcohol puede ser perjudicial para el cerebro. De hecho, según un estudio del ‘British Medical Journal’, las personas que consumen más de 14 copas por semana tienen un mayor riesgo de sufrir una demencia. Además, las bacterias intestinales que provoca la ingesta de bebidas alcohólicas pueden provocar inflamación cerebral, afectando así a la memoria.
Uno de los alimentos más perjudiciales para nuestro cerebro y menos conocidos son aquellos que presentan nitratos en su composición. Es el caso de algunas carnes curadas, que utilizan este compuesto como conservante, y que pueden ser las causantes de trastornos bipolares en las personas que los consumen.
Como sustitutivo de estos alimentos, se pueden emplear harinas de trigo sarraceno, cuyos antioxidantes pueden contrarrestar los efectos adveros que produce la ingesta de estas carnes. Artículo de la ABC.
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