La IA en la guerra: ¿Ficción o realidad?

martes, marzo 29, 2022

De cara al futuro, las tecnologías impulsadas por la Inteligencia Artificial, como los enjambres con drones, entrarán en uso militar, permitiendo que muchos operen juntos como un conjunto letal

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Cuando hablamos de Inteligencia Artificial automáticamente nuestro cerebro recuerda las películas que Hollywood nos ha entregado en las últimas décadas, pero cuando además hablamos de guerra todo se torna perturbador y escenas de Terminator o Matrix se vuelven vívidas; pero ¿estamos cerca de algo así?, la respuesta es ¡definitivamente no!, aunque la Inteligencia Artificial llegó para quedarse y está ingresando en todos los aspectos de nuestra vida entre ellos nuestra capacidad de crear conflictos bélicos.

Las guerras han evolucionado junto a nosotros, pasamos de pelar con piedras y pedazos de madera a tener armas de destrucción masiva capaces destruir ciudades pequeñas en segundos, esta última la Bomba de Neutrones desplegada cerca de los años 70 del siglo anterior por EEUU es parte de su arsenal de misiles intercontinentales o ICBM (siglas del inglés Inter-Continental Ballistic Missile), siendo un misil de largo alcance, más de 5500 kilómetros,​ que usa una trayectoria balística, que implica un importante ascenso y descenso, incluyendo trayectorias suborbitales y parcialmente orbitales; lo que, necesariamente, implica tener una trayectoria analizable y predecible; es aquí donde los sistemas de protección antimisiles gestionados por Inteligencia Artificial como el Domo de Hierro entran en acción. Este fue diseñado por la compañía Rafael Advanced Defense System LTD para proteger a Israel de misiles balísticos, misiles cruceros, y cohetes.

Su desarrollo inició en el año 2006, tras el conflicto entre Israel y Hezbollah. Después de 5 años de desarrollo e investigación militar, el Domo de Hierro entró en operación el 7 de abril de 2011, cuando logró interceptar con éxito un cohete lanzado desde Gaza contra la ciudad de Beerseba. Está conformado por tres elementos principales: un radar de detección y seguimiento, un sistema de control de armas y gestión de batalla y una unidad de disparo de misiles. De manera general, el sistema utiliza misiles interceptores para detonar el artefacto de ataque entrante en el aire. Este proceso comienza con la activación del sistema de detección, el cual, mediante inteligencia artificial, rastrea a los cohetes enemigos desde el momento en que son lanzados; Inmediatamente los algoritmos trabajan para identificar al misil, así como su velocidad y trayectoria. Una vez localizado e identificado el objetivo, se pone en marcha el sistema de disparo, el cual lanza rápidamente los misiles que interceptarán en el aire a su objetivo, produciendo un mínimo daño en el suelo.

Otro ejemplo del uso de la Inteligencia Artificial es el uso de bombas de “merodeo”, estas una vez que detectan un objetivo, vuelan hacia él, destruyéndose al impactar con una carga de explosivos que llevan a bordo; de ahí el apodo de ‘drones kamikaze’. Ulrike Franke, experta en guerra con drones del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores explica en una entrevista a DW que durante el 2020 en la guerra entre Azerbaiyán y Armenia, quienes luchaban por la disputada región de Nagorno-Karabaj que Azerbaiyán tenía una enorme ventaja en municiones de “merodeo”, con más de 200 unidades de cuatro sofisticados diseños israelíes, esto le dio ventaja táctica y dichas bombas: “También se habían utilizado de alguna manera antes, pero allí demostraron realmente su utilidad. Se demostró lo difícil que es luchar contra estos sistemas”, explica la experta.

Y este sería solo el principio. De cara al futuro, las tecnologías impulsadas por la IA, como los enjambres con drones, entrarán en uso militar, permitiendo que muchos drones operen juntos como un conjunto letal. “Por ejemplo, se podría sacar un sistema de defensa aérea”, afirma Martijn Rasser, del Center for a New American Security, un grupo de expertos con sede en Washington; mientras que la mayoría de países de América Latina está varias décadas atrás en este tipo de desarrollo tecnológico-bélico no se realizan acciones para disminuir el tamaño de la brecha, por lo que más pronto que tarde seremos nosotros los que tengamos capacidad de defender nuestra soberanía con piedras y pedazos de madera de ataques de drones pilotados por Inteligencia Artificial.