Científicamente, está comprobado que la risa auténtica tiene múltiples beneficios: elimina el estrés, las tensiones, la ansiedad, la depresión y alivia dolores. Además, aporta una cuota muy necesaria de aceptación, comprensión y alegría.
En el cuerpo
Además de hacernos pasar momentos inolvidables, el sentido del humor brinda grandes aportes para una vida más sana:
– Dinamiza el cuerpo. Con cada carcajada, se ponen en movimiento alrededor de 400 músculos, incluidos algunos del estómago, que sólo pueden ejercitarse con la risa.
-Alivia tensiones. Se estira la columna vertebral, en especial, las cervicales. Se estimula el bazo y se eliminan toxinas. Además, con el movimiento de la risa, el diafragma origina un masaje interno que favorece la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos.
-Purifica. La carcajada produce una vibración en la cabeza que hace despejar la nariz y el oído; también, las lágrimas lubrican y limpian los ojos.
-Oxigena. Mejora la respiración y aumenta la oxigenación, porque ingresa
el doble de aire en los pulmones. Para ser exactos, los pulmones logran mover 12 litros de aire, en vez de los 6 habituales.
-Calma el dolor. La risa estimula la producción de endorfinas y encefalinas en el cerebro y, con esto, disminuye la intensidad de los fenómenos dolorosos.
El poder de una carcajada
Los beneficios de la risoterapia están a la vista; ahora bien, la pregunta es cómo reírse en medio de la tempestad de actividades cotidianas. Queda claro que no resulta nada sencillo. Pero como todo en la vida, se aprende. Además, en este caso, no se trata de incorporar algo nuevo, sino de recordar, ya que un niño sano se ríe al menos trescientas veces en el día.
Te proponemos una guía útil:
-Sal de tus pensamientos: por estar metidos en nuestras ideas, hay muchas situaciones de la vida diaria que perdemos de vista. Por eso, es necesario tratar de escapar de esta situación y aprender a disfrutar cada momento. Descubriremos que la vida está llena de acontecimientos graciosos.
-Ríete de ti: ¡Tienes material de sobra! ¡Todos lo tenemos! Nos conocemos muy bien, y no hay nada más saludable que aceptarnos como somos. Es un ejercicio que puedes intentar diariamente.
-Juega con tus hijos, sobrinos o nietos: compartir tiempo de manera relajada con los chicos es la mejor “risoterapia” del mundo. Ellos pueden ser grandes maestros en el arte de divertirse con las pequeñas cosas de todos los días.
Date libertad: anímate a sacar ese “niño” que hay en ti, que necesita hacer chistes, payasadas o tomarse un tiempo libre.
-Júntate con amigos: bucea en tu pasado y reencuéntrate con compañeros de la escuela primaria o secundaria, quizás vecinos o hasta tus hermanos, para que te lleven a esos momentos de alegría y diversión interminables.
-Conoce técnicas nuevas: existen escuelas de risa que pueden enseñarte a “reír” de la mejor forma posible, sin esperar algo gracioso para hacerlo, y quizás puedas llegar a descubrir aspectos que antes desconocías. Aunque, como en todo, la mejor escuela es la vida.
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