Denominada “variante VB”, abreviatura de “variante virulenta del subtipo B”, se ha demostrado que puede conducir a una mayor carga viral en la sangre en comparación con otros tipos de virus; ser más transmisible; y disminuir las células de defensa T-CD4 del cuerpo más rápidamente.
Los autores de la investigación, liderada por un equipo de la Universidad de Oxford en Inglaterra, estiman que la variante surgió en Holanda entre finales de los 80 y los 90, se propagó en los 2000 y empezó a perder fuerza a partir de 2010.
Pero esta es la primera vez que la variante ha sido descrita y mapeada en individuos: la infección por VB se confirmó en 109 personas analizadas en el estudio, la gran mayoría en los Países Bajos (los investigadores también detectaron un caso en Suiza y otro en Bélgica).
Uno de los autores, el investigador Chris Wymant, explicó por correo electrónico a BBC News Brasil que los resultados no deben preocupar a la población, porque la respuesta ideal para esta y otras variantes del VIH ya existe: pruebas y tratamiento.
El estudio contiene buenas noticias. En comparación con otros tipos de VIH, la variante VB demostró ser más virulenta, transmisible y agresiva en personas que aún no se habían sometido a tratamiento. Sin embargo, después del tratamiento, las personas con la variante VB comenzaron a mostrar indicadores de mortalidad y recuperación de células CD4 similares a aquellos con otros tipos de VIH.
“El descubrimiento de esta variante refuerza la importancia de las pautas que ya existen: que las personas en riesgo de contraer el VIH tengan acceso a pruebas periódicas, lo que permite un diagnóstico temprano, seguido de un tratamiento rápido”, escribió Wymant, investigador principal de la Universidad de Oxford y especialista en la evolución de virus.
El VIH es el virus que causa el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida).
ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida) estima que 37,7 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo en 2020, año en el que se produjeron 1,5 millones de nuevas infecciones.
Ese año, unas 680.000 personas murieron por problemas de salud relacionados con el SIDA (frente a 1,9 millones en 2004 y 1,3 millones en 2010).
En 2020, el 73% de las personas con VIH tenían acceso al tratamiento, que ahora se basa en medicamentos (a menudo, solo se toma una pastilla al día) y se considera muy eficaz.
El VIH tiene algunos subtipos, fuertemente relacionados con la localidad.
Por ejemplo, en África, los subtipos más comunes son A, C y D; en Europa, el subtipo B. Según un estudio publicado el año pasado, en Brasil, el subtipo B también es el más frecuente.
Wymant explica que dentro de los subtipos, hay ramificaciones en variantes.
“Encontrar una nueva variante es normal, pero encontrar una nueva variante con propiedades inusuales no lo es. Especialmente una con mayor virulencia”, dice el investigador.
“El peor de los casos sería la aparición de una variante que combine alta virulencia, alta transmisibilidad y resistencia al tratamiento. La variante que descubrimos tiene solo las dos primeras de estas características”.
En el momento del diagnóstico, antes del tratamiento, las personas con la variante VB tenían una carga viral de 3,5 a 5,5 veces mayor que la registrada en otros tipos de VIH; la tasa de disminución de las células CD4 fue el doble de rápida, lo que las puso en un riesgo mucho más rápido de desarrollar SIDA.
Los investigadores dicen que la variante posiblemente fue el resultado de mutaciones que ocurrieron con el tiempo y solo se reveló ahora por algunas razones, como el hecho de que la secuenciación genética de muestras de personas con VIH es relativamente reciente.
La investigación de la variante comenzó porque los científicos involucrados en el proyecto BEEHIVEBEEHIVE detectaron 17 individuos con una carga viral inusualmente alta.
BEEHIVE se creó en 2014 con el objetivo de monitorear la influencia de la genética en las infecciones por VIH, y hace eso mediante el seguimiento de la salud de los pacientes en países europeos y Uganda.
A medida que los investigadores analizaron genéticamente muestras de estos y más pacientes, detectaron una nueva variante.
“Consideramos que el virus (en forma de variante VB) surgió a pesar de un fuerte programa de tratamiento en los Países Bajos, y no debido al tratamiento. La otra cara de la moneda es que el excelente seguimiento en los Países Bajos ha hecho que se detecte una variante como esta”, apunta Wymant.
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