Los adelantos tecnológicos han facilitado las transacciones internacionales comerciales y financieras. Que el mundo tenga acceso a Internet en casa es el resultado de años de evolución de esta forma de comunicación, que ha ido acelerándose y mejorando con el paso del tiempo. Por esta razón tras lo ocurrido en Tonga, la nación insular que quedó incomunicada tras la explosión de un volcán submarino es fundamental analizar por qué son tan vitales y vulnerables los cables submarinos que llevan Internet a todo el mundo.
¿Cuánto tiempo podríamos estar sin conectarnos a Internet actualmente? Si fuera una hora, les aseguró que es el apocalipsis. Ahora imaginen estar varios días sin conexión al ciberespacio. Esto sería un caos para todo el planeta, habría daños a niveles económicos, financieros, sociales; son catástrofes que pueden generar en unos días pérdidas millonarias. Por lo tanto, las telecomunicaciones deben tomarse con seriedad, ya que son uno de los pilares importantes de la sociedad moderna.
En este sentido, los cables submarinos son cruciales para el desarrollo de un país y de las regiones. Estos no solo están en los mares, sino que se instalan a través de los ríos y carreteras para llegar a zonas muy alejadas. Por ello, es prioridad de las naciones contar con una política que otorgue las facilidades a las empresas privadas, para que inviertan en ese tipo de infraestructura.
Del telégrafo a Internet
Para entender la historia hay que remontarnos al siglo XIX cuando surgió la telegrafía y se implantaron los primeros cables submarinos para la transmisión de señales telegráficas, como por ejemplo entre Francia e Inglaterra en 1852. El primer cable trasatlántico fue en 1856, cuando se realizó la transmisión de señales telegráficas. El primer cable telefónico transatlántico, fue el TAT 1, en 1956 y el primer cable submarino de fibra óptica se instaló en el año 1988 denominado TAT-8 por la empresa AT&T.
Actualmente, se estima que el 97% – 99% del tráfico de Internet va por esos cables y por eso su estructura es de gran importancia. También está el acceso satelital, en mucha menor proporción, porque solamente se utiliza para la transmisión del 3% del tráfico de Internet y en regiones muy alejadas del planeta. Hay más de 400 cables submarinos que recorren 1 300 millones de km alrededor del mundo y unas decenas de cables más en proyección.
TeleGeography, una consultora en telecomunicaciones estadounidense, creó el portal Submarine Cable Map, un mapa interactivo de todos los cables submarinos desplegados en el mundo con datos sobre las empresas propietarias como Google, Facebook, Amazon, Verizon o AT&T. En el mapa se observa una autopista clave que se encuentra en el océano Atlántico, conectando Europa y Norteamérica.
En el caso del Ecuador están instalados cuatro cables: el Panamericano, el Suramericano, el del Pacífico y Caribe y, recientemente, se conectó el cable Mistral, que proporciona conexión a toda Sudamérica. Este cable permite la transmisión de aproximadamente 132 terabits por segundo, y actualmente en construcción, el país tiene el cable para Galápagos denominado Galapagos Cable System, que nos conectará con nuestras islas para proveer de conexión a los habitantes de esta región. Para finales de 2022 se prevé la construcción de otro cable denominado Aurora que nos permitirá conectarnos con 120 terabits por segundo adicionales. Con esta tecnología habrá mayor capacidad de información para conexión a Internet y transmisión de datos.
Pero, ¿por qué son vulnerables y vitales?
Dado que el 97% del tráfico de Internet pasa por los cables submarinos de fibra óptica, ya que no existe mejor medio que este para transmitir información. Es por esta razón que se ha convertido en una herramienta geopolítica, en el caso de una guerra un enemigo podría atacar estos cables y dejar incomunicado a un país. Por lo tanto, potencias como Inglaterra y Estados Unidos vigilan sus cables submarinos mediante drones submarinos, y además han implementado los denominados cables oscuros, cuyos recorridos son secretos. Son cables que no están en funcionamiento y entrarían en servicio en caso de sabotaje.
Cuando los cables se instalan a miles de metros de profundidad es muy baja la probabilidad de que se corten, pero ya cercanos a las costas se han registrado casos de daños accidentales por anclas de embarcaciones o actividades pesqueras o incluso por la mordida de tiburones. Su vulnerabilidad también se refleja en los desastres naturales, de ahí que Tonga estuvo incomunicada durante varias semanas. Un terremoto de magnitud 7 en la costa de Taiwán también afectó tanto a la isla como a otros países asiáticos, con caídas severas de los servicios de Internet y las transacciones financieras.
Eso los hace vulnerables, pero ante eso se pueden aplicar algunas estrategias. Por ejemplo, no tener un solo cable para conectar al país; tener varios cables, incluso, no solo submarinos sino terrestres. En Ecuador podríamos salir a Colombia y a Perú de manera terrestre, y tener de reserva los cables oscuros, además se debe proveer de vigilancia a los mismos, que incluiría el uso de drones submarinos en caso de las comunicaciones militares.
En caso de ocurrir una afectación, la reparación puede tomar entre 48 horas a varias semanas, dependiendo del daño, esto es porque es una infraestructura muy difícil de reparar. Un país no puede tener un barco instalado especializado listo para salir, sino que debe contratar a una empresa para que llegue al lugar afectado. Por eso, es importante tener un plan de contingencia ante cualquier evento.
Lo sucedido en Tonga, es un ejemplo, dado que solamente cuentan con un cable y al cortarse ese, automáticamente pierden la conexión. Hoy tienen conexión satelital, pero no es de gran capacidad, si comparamos con un cable submarino, dado que el cable óptico equivale a 2000 o 3000 satélites. No existe similitud.
Ecuador es un país vulnerable de la región, ¿qué pasaría si llega a dañar un cable submarino?
En Ecuador se aplica la estrategia de la redundancia, ya que tenemos varios cables conectados, pero faltan más: es mejor tener otras opciones ante el corte de un cable para conectarnos al Internet. Para el caso de aplicaciones de seguridad nacional, la solución podría ser aliarnos con una potencia que nos ayude con la vigilancia de cables comunes en la región, porque les conviene tener los cables que los conectan con sus aliados totalmente funcionales.
En definitiva, las telecomunicaciones son un eje fundamental de desarrollo de las sociedades y se las deben tomar en serio otorgando los recursos necesarios y las facilidades para que tanto la empresa privada y el estado, nos permitan llegar con este tipo de tecnología a la población.
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