Antes de exigir a tus hijos que dejen de lado su teléfono inteligente, toma un momento para considerar lo que estás pidiendo.
Cuando se trata de divisiones generacionales, es difícil encontrar una mayor que el uso de la tecnología, especialmente de las redes sociales. Cómo hablar con los adolescentes sobre el empleo de la tecnología (y su reducción) es una de las preguntas más comunes que recibo de los padres en mi clínica de psiquiatría de niños y adolescentes.
A los adultos les preocupa que la utilización excesiva de la tecnología esté afectando a la salud mental de sus hijos. Para los adolescentes, es más complicado. Ya sean las redes sociales, los juegos o los foros de chat en línea, el mundo digital se ha integrado fundamentalmente en su vida cotidiana.
Ante este conflicto, suelo preguntar a los padres y cuidadores no solo cuánto usan sus hijos la tecnología, sino cómo la usan y cómo ese uso está afectando a su estado mental. Una vez que conocemos las respuestas a esas preguntas, colaboramos para encontrar soluciones.
En lugar de intentar luchar contra el uso y entrar en un tira y afloja, las familias pueden centrarse en cómo utilizan las redes sociales. Sabiendo que el uso de los medios sociales tiene un impacto negativo en la salud mental, las familias pueden cambiar juntas a una estrategia de medios sociales que apoye la salud social y emocional de los adolescentes.
Es importante que los padres y cuidadores dediquen algún tiempo a reflexionar cuidadosamente en colaboración con los adolescentes. (Padres, no traten de hacer esto solos.) Aquí está mi estrategia de cuatro pasos para ayudar a navegar este nuevo espacio juntos y hacer cambios productivos y saludables:
Habla de la calidad del contenido que tus hijos consumen en Internet. ¿Son contenidos generalmente positivos, como las citas inspiradoras o las fotos de bebés bonitos? ¿O es contenido generalmente negativo, como las noticias con carga política o los memes que se burlan de ciertos grupos? No todos los contenidos son iguales, y si no se evalúa de forma intencionada y crítica en qué categoría se encuentra el contenido, es más difícil saber cuál consumir más o menos.
El patrón de uso de tus adolescentes es igualmente importante. ¿Suelen estar en las redes sociales cuando se sienten felices, deprimidos, aburridos o enfadados? ¿Navegan por las redes sociales para distraerse de los sentimientos incómodos o para evitar hacer los deberes que se les acumulan? ¿Qué ocurre cuando están lejos de su dispositivo?
Si pides a los adolescentes que reflexionen sobre la relación entre la vida real y el momento en que toman su teléfono para abrir Instagram o TikTok, podrías identificar un problema subyacente que necesita más atención, como la ansiedad. O podrías ayudarles a identificar mejores formas de afrontar los sentimientos incómodos, como llamar a un amigo o escuchar música.
Ahora es el momento de pedir a tus hijos adolescentes que sean sinceros contigo sobre el impacto de las redes sociales en su salud mental.
Pregúntales cómo se sienten después de navegar por las redes sociales. ¿Notan una diferencia en cómo se sienten cuando ven un tipo de contenido, como los videos de cachorros o las publicaciones positivas sobre el cuerpo, frente a otro, como las fotos muy editadas y poco realistas de personas influyentes o el contenido de alguien con un estado de ánimo negativo?
A menudo, los adolescentes admiten que la idea de separarse de las redes sociales les produce una gran ansiedad al principio. Pero cuando se separan de su dispositivo, acaban sintiéndose mejor. No es tan sorprendente, ya que alejarse de las redes sociales puede ayudarte a estar presente en el momento de una manera que es útil para tu estado de ánimo y tu salud mental en general.
Cuantos más vínculos puedan establecer los adolescentes por sí mismos entre el uso que hacen de las redes sociales y la forma en que ese patrón de uso les sirve o les hace sentir, más probable será que quieran hacer cambios por sí mismos, si es en sus propios términos.
Pregúntales si quieren cambiar el uso que hacen de las redes sociales en este momento y, si es así, cómo. Quizás hayan identificado que quieren pasar menos tiempo en las redes sociales. Tal vez se han dado cuenta de que se sienten mal consigo mismos después de comparar sus vidas con las de los demás, y desean que el contenido les haga sentirse mejor sobre sí mismos en lugar de peor. Sean cuales sean los cambios, es un buen momento para catalogarlos intencionadamente y establecer objetivos concretos.
Puede ser especialmente útil centrarse en lo que conseguiría con los cambios. ¿Quiere recuperar tiempo para realizar más actividades fuera de la red? ¿Busca mejorar su estado de ánimo o su autoestima? ¿Busca una conexión y unas experiencias más auténticas?
Es fundamental que el adolescente se fije sus propios objetivos. Es la forma en la que se implicará en el proceso y probablemente seguirá los cambios.
Ahora es el momento de concretar. ¿Qué es lo que tiene que ocurrir para que tus hijos alcancen los objetivos que se han propuesto? ¿Necesitan hacer pausas en la pantalla o restringir el uso del teléfono? ¿Necesitan poner el teléfono en una cesta durante la cena, o dejarlo fuera de la habitación a la hora de dormir?
O tal vez estén contentos con el tiempo que pasan en línea, pero quieren centrarse en lo que consumen. ¿Qué cuentas que les hacen sentir mal necesitan dejar de seguir o bloquear, y qué tipos de cuentas buscarán seguir? ¿Cómo abordarán la limpieza de primavera de su feed? ¿Sustituirán cinco cuentas negativas por cinco positivas al día, o tienen otro método que les gustaría probar?
Algunos adolescentes han señalado que desactivar los comentarios, hacer que sus cuentas sean privadas o mantener su uso de las redes sociales dentro de ciertos límites, como determinadas horas del día, son trucos útiles para recuperar algo de tranquilidad.
Con una generación de nativos digitales sentada al otro lado de la mesa frente a generaciones que crecieron únicamente jugando al aire libre con los vecinos de al lado, puede parecer que ambas partes vienen de planetas diferentes cuando se trata de temas como la tecnología y las redes sociales.
En lugar de intentar luchar contra el punto de vista de los adolescentes, aceptar que el uso de la tecnología forma parte de su modo de vida y centrarse en la calidad por encima de la cantidad permitirá mantener conversaciones más productivas. Ese es el espacio en el que puede producirse un cambio real y saludable.
Contenido original de CNN
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