Pablo Celi de la Torre renunció a sus funciones como contralor subrogante de la Contraloría General del Estado, este 5 de julio.
El documento fue ingresado al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) la tarde de este lunes, y su abogado Marcelo Ron lo confirmó.
“Pablo Celi renunció pensando en el país, en la institucionalidad, para que no se declare en acefalía la institución”, explicó.
El documento de la renuncia de Celi expresa que su decisión es de “forma irrevocable” y que la toma para “salvaguardar los procesos institucionales de la Contraloría, ante condiciones que exceden mi capacidad de actuación, impuestas desde fuerzas interesadas en tomar el control de esta institución, que han buscado con mi arbitraria e injusta detención paralizar el organismo de control, bloqueando sus procesos, afectando a su institucionalidad y empujando al organismo a una situación de inestabilidad crítica”.
Añade que el objetivo es “precautelar el funcionamiento de la Contraloría, dada la imposibilidad de acceso a información ni comunicación alguna para el desempeño de mi función de contralor”.
Celi está preso en la cárcel 4 de Quito desde abril pasado, investigado por la Fiscalía General por el delito de presunta delincuencia organizada, dentro del denominado caso Las Torres.
Actualmente está en funciones como contralor subrogante Carlos Riofrío, luego de la renuncia de Valentina Zárate.
Según Ron, Celi tuvo tres motivaciones para tomar la decisión: “la primera, presenta su renuncia al cargo pensando en el país, por un principio de responsabilidad; segundo, para demostrar que él no se está aferrando a ningún cargo; y, tercero, que lo que quiere es preservar la institucionalidad de la Contraloría General de los funcionarios de la misma, porque en este último tiempo han sido expuestos a dos allanamientos, a peticiones para que rindan versiones y varias otras diligencias”.
“Pablo Celi quiere de alguna forma liberar de ese peso para que la Contraloría siga ejerciendo su función sin distracciones y además para poder ir al juicio político sin ninguna presión de ser contralor, sino como persona natural”, explicó Ron.
Para el jurista, de “ninguna forma puede pensarse que la renuncia al cargo de contralor subrogante es el reconocimiento de haber cometido algún error o un ilícito en la función pública que desempeñó.
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