‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’ Empiezo este artículo con el título de la novela corta de ciencia ficción del subgénero ciberpunk del autor Philip K. Dick publicada inicialmente en 1968; la misma que inspiró la película Blade Runner en 1982. En esta película se vive en un mundo distócico donde los animales y las plantas casi han desaparecido en su totalidad y donde tener una rana de mascota es un lujo que pocos se pueden dar, incluso existen seres humanos que no han visto nunca un perro real, sino más bien una suerte de androide muy avanzado, que simula ser uno real. Esto lo recuerdo al ver al robot AlphaDog creado por la empresa China Nanjing, un robot que promete explotar la tecnología 5G y avanzados algoritmos de inteligencia artificial, para tener una amplia posibilidad de aplicaciones en seguridad, compañía a humanos y actividades militares.
Robots interactuando con humanos no es una idea nueva, más bien resulta algo habitual en industrias de alto nivel de productividad donde los robots nos ayudan con tareas pesadas o de alta precisión; pero los nuevos robots tratando de imitar el comportamiento de animales y a la vez aprendiendo del entorno, definitivamente, son un paso adelante en el uso de la robótica. Esto lleva a nuevas preguntas sobre el alcance que debe tener el uso de la robótica en nuestra vida diaria; ¿Los robots pueden desplazarnos en puestos de trabajo?, ¿será seguro entregar tareas a robots con altos componentes de Inteligencia Artificial?, ¿hasta qué punto los robots nos deben ayudar?, ¿el uso de robots en la vida diaria ampliará la brecha entre clases sociales?
Surgen muchas dudas y pocas respuestas; por el momento podemos evidenciar que el uso de la robótica no, necesariamente, elimina puestos de trabajo, pero estamos hablando de robótica industrial sin mayor uso de la Inteligencia Artificial. Para ampliar esta idea daré un ejemplo: a un robot industrial no se le puede decir de manera verbal: “robot apila esas cajas en este lugar” mientras se señala una ubicación con el dedo, más bien un ingeniero industrial capacitado debe definir el proceso que hará el robot y programarlo para la tarea, deberá colocar las condiciones y tiempos de trabajo del robot y este la hará. Por otro lado, se espera el AlplhaDog pueda ir rápidamente desde donde se encuentre hacia un soldado que lo llame con un silbido o una orden verbal, todo esto mientras la Inteligencia Artificial en el robot, analizará la ruta más corta y segura para llegar, al mismo tiempo que analizará el terreno antes de pisarlo para evadir obstáculos. Si estas ideas las extrapolamos a actividades humanas como barrer, limpiar pisos o mesas tendremos un escenario diferente y que no se ha explorado antes.
Todo proceso de transformación implica una cantidad de recursos financieros que deben ser usados, pero entre menor sea esa cantidad mayor será la velocidad de transformación y adopción de nueva tecnología. El robot AlphaDog de la empresa China Nanjing es, particularmente, similar al robot creado por la empresa Estadounidense Boston Dynamics, incluso el prototipo de esta empresa también se llamaba AlphaDog, con la pequeña diferencia de ser presentado 10 años antes por lo que estamos claramente, ante un proceso de ingeniería inversa, que permite ahorrar mucho dinero en proceses de I+D+i y; además, llevó a que la empresa China anuncie un precio de lanzamiento de $2.400,00 aproximados por unidad frente a los $74.500,00 de la empresa de los EEUU cuyo nombre comercial es Spot.
Para finalizar, los robots de uso diario están a la vuelta de la esquina, por el momento parecen ser perros, luego serán gatos y finalmente humanos por lo que la pregunta ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? comienza a dejar de sonar como nombre de libro o película de ciencia ficción.
PD: Espero que nunca tengamos que debatir sobre las leyes de la robótica de Isaac Asimov.
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