La Asamblea y las cárceles

Con 84 votos, el Pleno de la Asamblea exigió del Presidente de la República la destitución inmediata del ministro de Gobierno y las autoridades inmersas en el sistema penitenciario, por acusarlos de responsables de los hechos ocurridos en cuatro cárceles del país el pasado 23 de febrero.

Es la única respuesta que ha tenido frente a la crisis carcelaria, creada por la misma Asamblea al aprobar un Código Integral Penal sin las condiciones necesarias para su aplicación. Un Código asumido como la mejor respuesta a la crisis del sistema de rehabilitación. Una crisis que no se soluciona con más cárceles.

El tema de la rehabilitación social no es nuevo en Ecuador, ni se solucionó con llamar personas privadas a la libertad a los presos con sentencia por haber cometido un delito. Las cárceles, más que un lugar de rehabilitación, siempre han sido parte de un sistema que atenta contra los derechos humanos de las personas, de ahí las críticas a la cárcel cuatro creada para dar privilegios a determinados internos.

Los motines tampoco son nuevos en el sistema penitenciario, pero las masacres como las ocurridas en la última semana dejan mucho que decir del sistema creado en el Gobierno anterior, donde la administración de justicia estaba en manos del Ejecutivo con un Consejo de la Judicatura dedicado a amenazar a jueces y fiscales con cada fallo que no era de su agrado.

La Asamblea ahora se dedica a pedir renuncias, sin aceptar parte de su culpa en el sistema de rehabilitación creado. Que otros sean los culpables es sencillo, pero cuáles son las soluciones que propone. ¿Quiénes son las personas idóneas para dirigir el sistema de rehabilitación?

El cambio de autoridades difícilmente va a crear un nuevo sistema de rehabilitación en las cárceles donde grupos dedicados al microtráfico de drogas, armas y demás se disputan el control. La Asamblea debería mirarse al espejo y preguntarse qué ha hecho sobre todas las denuncias que giran a su alrededor para detener la impunidad.

Un sistema de justicia donde todos quienes amenazan, golpean y matan se creen impunes nunca podrá ser un verdadero sistema de rehabilitación.