Elecciones 2021

domingo, enero 10, 2021

Hay un punto de inflexión con lo ocurrido en los diez años del correísmo, porque no hay una persona que marque los tiempos con el control de todos los poderes del Estado...

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La noche del sábado 9 y domingo 10 de enero, el Grupo El Comercio organizó un encuentro con los 16 candidatos a la Presidencia del Ecuador, del que a última hora se excusaron dos aspirantes. Sus razones para no participar no están en discusión. Donald Trump suspendió sus debates con Joe Biden, después de su primera y última aparición.

En el entretiempo, sin embargo, uno de los dos candidatos que evitó aparecer con sus otros oponentes decidió aparecer en escena como pauta publicitaria aprobada por el Consejo Nacional Electoral, donde interviene una persona con sentencia ejecutoriada por un caso de corrupción. El Consejo Electoral también tendrá sus razones para haber aprobado esas cuñas.

¿Una persona sentenciada por un caso de corrupción puede aparecer en un spot publicitario llamando a votar por un candidato? ¿Puede ser un candidato tácito a la Presidencia de un país?

Son temas menores, sin duda en toda la complejidad que vive el Ecuador si las autoridades correspondientes no hacen nada al respecto, pero fue el primer encuentro conjunto televisado de candidatos a la Presidencia en un mismo escenario, para que puedan presentar sus propuestas de cara a las elecciones del próximo 7 de febrero.

Los temas analizados fueron la corrupción, la pandemia, la salud, la economía, el empleo, la inseguridad… Y hubo propuestas desconocidas como el apoyo a la pena de muerte, al porte de armas, etcétera, aunque hubo muchos quedados por fuera, por el formato establecido debido a la cantidad de candidatos.

La democracia necesita participación y ese fue el gran aporte del Grupo El Comercio al juntar en un mismo escenario a catorce de los dieciséis candidatos. Tal vez todavía no ayude a mucha gente a discernir su voto; sí ayudó a comprender quién está a favor de la democracia y las libertades; ayudó a conocer sus ideas, sus planes de trabajo y sus personalidades…

Hay un punto de inflexión con lo ocurrido en los diez años del correísmo, porque no hay una persona que marque los tiempos con el control de todos los poderes del Estado.