Partiendo de las ideas de Alicia Venegas (2002), en su libro Las artes plásticas en la educación infantil, las manualidades o como lo cita ella: la expresión gráfica y pictórica en la primera infancia, ayudan a una experiencia significativa de aprendizaje, en donde los niños no solo desarrollan su capacidad cognitiva, sino que aprenden a través de la manipulación de diferentes objetos favoreciendo así al desarrollo de la creatividad e imaginación.
La expresión artística se produce espontáneamente a lo largo de la vida del ser humano, lo cual favorece y aporta al desarrollo de las habilidades intelectuales como la atención, comprensión y el aprendizaje.
A su vez, sirve como medio para ayudar al niño y a la niña, a expresar y canalizar las emociones a través de las representaciones creativas que realicen. (Venegas, 2002)
Permitiendo al niño expresar ideas, pensamientos y sentimientos hacia el adulto; y, compartirlo con otros niños.
Las actividades manuales estimulan, al mismo tiempo, el desarrollo de la creatividad e imaginación por medio de la manipulación de diferentes materiales (pinturas, crayones, lápices de colores, etc.) y a la creación de diferentes representaciones grafo plásticas que permiten motivar al niño, a imaginar historias y crear su propia realidad.
Las manualidades o las representaciones grafo plásticas, son beneficiosas para los niños porque ayudan a las áreas de desarrollo motor fino y grueso, encargadas del proceso de la escritura. El manipular diferentes materiales permite perfeccionar el uso de la pinza táctil, lo cual, facilita el proceso de adquisición de la escritura y la instauración de una adecuada lateralidad. ( Rigal,2006)
Es aconsejable que el adulto no intervenga durante el proceso de creación del niño, ya que esto no favorecerá al aprendizaje significativo y perderá el interés y el gusto por crear cosas nuevas. Porque el adulto impondrá sus gustos y formas de apreciar la realidad.
Para Vanegas (2002), en los primeros años de vida (2 a 5 años) los niños y niñas no quieren expresar algo en sí, sino que crean diferentes representaciones y, por intermedio de ellas, le dicen al adulto como es la realidad para ellos, esta realidad parte de la imaginación y la capacidad de crear cosas a partir de sus conocimientos previos. Dejando así, el papel del adulto como el sujeto principal para motivar los procesos de aprendizaje y ayudando al desarrollo de la creatividad e imaginación.
El adulto tiene un papel fundamental en este proceso, ya que de él dependerá la imaginación y la creatividad que los niños utilicen al momento de realizar una representación artística.
Se sugiere que dentro de casa, el adulto apoye el proceso a través de la creación de espacios de juegos, donde se le permita al niño resolver problemas por sí solo, anticipar situaciones, manipular y conocer el uso de diferentes materiales grafo plásticos. Para que, finalmente, los niños puedan observar, planear, experimentar y ejecutar su idea a través de sus propios intereses y experiencias previas.
Finalmente, se puede utilizar una cantidad infinita de materiales tanto de reciclaje como materiales estructurados, que faciliten la creación de objetos o de escenas y que el niño sienta la libertad de expresar y representar su realidad e imaginación.
En este escenario el adulto es el motor de aprendizaje y debe crear el espacio y el tiempo para compartir con los más pequeños favoreciendo así al desarrollo integral del niño.
Bibliografía:
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