La especulación sobre las encuestas del resultado de este 3 de noviembre en Estados Unidos están a flor de piel. Según la cadena CNN, Joe Biden tiene un 52% frente al 42% de Donald Trump. Otra encuesta de NBC, The Wall Street Journal y Telemundo sitúa la preferencia de voto de los latinos en un 62% para Biden frente al 29% de Trump. La preferencia de voto en estados claves como Arizona, Wisconsin, Florida y Pensilvania sigue dando mayor puntuación al exvicepresidente de Barack Obama .
En Florida, un estado clave para el republicano, Biden habría sacado tres puntos más que Trump y en Arizona el candidato presidencial demócrata tendría puntos más que el presidente. Según la media de sondeos del portal de RealClearPolitics, el actual presidente logró situarse a 6,9 puntos del candidato demócrata, siendo la primera vez desde el pasado 30 de septiembre en que la distancia entre ambos se reduce a menos de siete puntos.
Estados Unidos tiene un régimen presidencialista que celebra elecciones para elegir al jefe del Estado y del Gobierno cada cuatro años, invariablemente el primer martes de noviembre. Esa tradición no ha variado pese a la pandemia, un tema por el que más ha sido atacado Trump.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos son por sufragio indirecto. Los votantes estadounidenses no escogen directamente a su candidato, sino que votan por un compromisario o electores dentro de cada estado. Son los votos electorales y gana aquel que obtiene una mayoría absoluta de votos electorales, que puede no necesariamente corresponder con el voto popular. Es decir, así como puede ganar Trump, puede ganar Biden.
Lo cierto es que cualquiera sea el ganador, la política exterior estadounidense variará poco. Por lo que está demás que Nicolás Maduro o el mismo Evo Morales haya dicho que se alegrará por un derrota de Trump. El actual presidente estadounidense no los sacó del poder, fue el pueblo boliviano.
La Enmienda XXI de la Constitución de Estados Unidos de 1951 dice claramente que ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de Presidente más de dos veces. Y ahora está en discusión hasta esa posibilidad. Nadie podría imaginarse a Barack Obama intentado ser candidato otra vez para organizar una Constituyente y cambiar todo el sistema vigente para mantenerse eternamente en el poder.
Estados Unidos tiene una democracia sólida, cuyas decisiones no pasa por el ánimo del huésped de Washington, de ahí que el muro a lo largo de la frontera con México; la amenaza de intervención militar en Venezuela; las advertencias a China y hasta el mismo cierre de TikTok en territorio estadunidense, quedaron en eso, en amenazas para mostrar un discurso nacionalista.
Así que es muy probable que haya pocos cambios en la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina, con Trump o Biden en la Casa Blanca. Y desde el 4 de noviembre gane quién gane poco variará la política económica, social o comercial de Estados Unidos. Es pura lógica.
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