FaceApp, es una de las aplicaciones del momento y cada día gana miles y miles de seguidores en todo el mundo. Su particularidad y popularidad consiste en que permite ver el envejecimiento de un rostro. La herramienta tiene múltiples funcionalidades para el retoque de imágenes. Aunque es básica respecto al resto de apps del sector, se hizo especialmente famosa hace un año por la funcionalidad que nos envejecía. Actualmente han desarrollado otra que se ha hecho viral: el cambio de género de las imágenes faciales. Por ello se encuentra entre las apps más descargadas en las plataformas de Apple y Google Play.
Esta aplicación fue lanzada durante el 2017 por Wireles Lab, cuya sede está en San Petersburgo, Rusia. Actualmente está disponible en iOS y Android, su descripción en la tienda de Google Play Store dice: “¡Consigue selfies con calidad de portada de revista con un par de toques! Funciona con FaceApp AI, la tecnología más avanzada de edición neural de retratos”, pero desde su lanzamiento ha estado metida en un par de controversias por sus servicios. El primero ocurrió en 2017, cuando dos filtros fueron retirados ante las críticas por resaltar estereotipos físicos raciales. El segundo en el 2019 cuando algunas celebridades, influencers, futbolistas, etc. hicieron famoso su filtro de edad, mediante el cual el usuario puede tomar una selfie y ver como sería su rostro con el paso de los años o incluso rejuvenecer.
Pero, ¿es necesario entrar en debate porque una aplicación te muestra como sería un rostro con el paso de los años? La respuesta es sencilla: sí, por los datos que recopila. Aunque los términos y condiciones de servicio de FaceApp no son muy diferentes a los de otras aplicaciones como Facebook, Gmail, Instragram, etc, la aplicación señala que puede recopilar “contenido del usuario (por ejemplo, fotos y otros materiales) que publica a través del servicio”. También realiza un “monitoreo” de la actividad del usuario, incluidas “las páginas web que visita” y su ubicación, y recopila “metadatos” sobre cómo interactúa el usuario con el servicio.
“No alquilaremos ni venderemos su información a terceros fuera de FaceApp”, señala su aviso de privacidad. Pero un aspecto que los analistas han resaltado es que la aplicación indica que puede llevar la información a una jurisdicción diferente a la del país donde esté el usuario; es decir a Rusia. Al aceptar estos términos y condiciones estamos de cierta manera permitiendo que nuestros datos no estén regulados por la legislación ecuatoriana. Por qué los esfuerzos de Rusia y China para poner fronteras a la Internet suponen el fin de la red tal y como la conocemos “Tenga en cuenta que podemos transferir información, incluidos datos personales, a un país y jurisdicción que no tenga las mismas leyes de protección de datos que en su jurisdicción”, advierte el documento de FaceApp.
Nuestra legislación nos ampara. El numeral 12 del artículo 66 de la Constitución de la República, establece: “Se reconoce y garantizará a las personas: (…) 19. El derecho a la protección de datos de carácter personal, que incluye el acceso y la decisión sobre información y datos de este carácter, así como su correspondiente protección. La recolección, archivo, procesamiento, distribución o difusión de estos datos o información requerirán la autorización del titular o el mandato de la ley”; a esto debemos agregar que el Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, Creatividad E Innovación COESCCi, en Disposiciones Generales, VIGÉMISA SÉPTIMA.- “(…) El tratamiento de datos personales que incluya acciones tales como la recopilación, sistematización y almacenamiento de datos personales, requerirá la autorización previa e informada del titular. No se requerirá de la autorización del titular cuando el tratamiento sea desarrollado por una institución pública y tenga una finalidad estadística o científica; de protección a la salud o seguridad; o sea realizado como parte de una política pública de garantía de derechos constitucionalmente reconocidos”. Esto nos ayuda a inferir que de aceptar el acuerdo de términos y condiciones estamos a su vez aceptando, que nuestros datos puedan ser usados bajo legislaciones de países distintos al nuestro y de los cuales no tenemos más información que la obtenida por la Internet.
¿Con todos estos problemas porque ha incrementado su uso entre los usuarios de teléfonos inteligentes? Sin considerar el aporte de los influencers, artistas de cine, futbolistas y otros que han ayudado a promover el uso de FaceApp, tenemos algo muy importante: su aparente efectividad.
Esta aplicación busca envejecer el rostro de una persona, dicha acción tiene que entender muchos mecanismos involucrados con el tema de cómo los años afectan el rostro. La ciencia médica, por ejemplo, analiza el tema en lo que se refiere a la piel y los efectos de la edad en la misma. La radiación ultravioleta y los cambios en la piel se manifiestan en manchas o imperfecciones, entre otras cosas. Hay cambios en las estructuras que soportan los músculos y se observa que se pierde elasticidad en la piel, así como factores que involucran el proceso del envejecimiento en rostro y curiosamente, se sabe que hay diferentes efectos relativos a los estilos de vida. Sin embargo, a pesar de esto, hay un patrón fundamental, así como una secuencia sobre cómo se envejece, la cual es describible y predecible, y que es la que utiliza FaceApp, dando un resultado esperado aceptable y que llama la atención de usuarios entre 18 y 40 años, los cuales son muy activos en redes sociales.
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