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¿Es posible disfrutar las vacaciones en pandemia?

Verónica Plúas
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
miércoles, julio 15, 2020
La idea de las vacaciones, sobre todo en este año escolar tan especial, es recuperar energía tanto física, emocional y psicológica, tomando en cuenta el periodo de alta demanda, como lo fue el ciclo escolar. Romper la rutina, aprender cosas nuevas y realizar actividades en familia, son solo algunas de las opciones
Tiempo de lectura: 8 minutos

Sin duda, para los estudiantes de la Sierra y la Amazonía, quienes ya terminaron el año lectivo, estás serán unas vacaciones diferentes y el objetivo es que, a pesar del confinamiento, puedan disfrutarlas al máximo, en un momento en el que hay que ingeniárselas como sea para lograr salir de casa. Hablando en sentido figurado.

La idea de las vacaciones, sobre todo en este año escolar tan especial, es recuperar energía tanto física, emocional y psicológica, tomando en cuenta el periodo de alta demanda, como lo fue el ciclo escolar. La emergencia sanitaria, se inició cuando los estudiantes se encontraban en un periodo regular de clases; y de la noche a la mañana se vieron frente a esta realidad, que hizo que las instituciones educativas implementaran el tele-estudio y esto significó para maestros y la familia de los estudiantes, adaptarse a una realidad que se tuvo que ajustar en el camino y que significó un aprendizaje para todos y definitivamente fue un proceso complejo. La diferencia con el régimen Costa, fue muy diferente, porque la pandemia llegó en el periodo de vacaciones. Y, para el inicio de clases, hubo un tiempo para prepararse frente a esta eventualidad, tanto para docentes, familias e inclusive los mismos niños y jóvenes, quienes hoy por hoy, se sienten más cómodos con este proceso, porque tiene ganancias, en el sentido, que la virtualidad, para ellos, no es del todo desconocida, están en sus ambientes, en la comodidad de su hogar, se levantan un poco más tarde, almuerzan más temprano, están sin la obligatoriedad del uso del uniforme, son ventajas, que como educadora he recogido del intercambio con estudiantes. Es a los padres de familia, quienes les ha costado un poco más, porque no todos son conocedores de las bondades de la virtualidad y obviamente la inversión económica que realizan, consideran que es fuerte, considerando que no se usan las instalaciones educativas. Por ello, frente a las vacaciones, lo importante es recuperar la energía, la conexión de la familia en general y ver qué se puede hacer de acuerdo a lo que permite el semáforo amarillo, en el cual se encuentran la mayoría de provincias.

Lo primero es que cada familia analice su realidad interna, que no va a ser igual en todas las familias, por ejemplo, pueden presentarse situaciones específicas, por ejemplo, si un niño es alérgico, asmático o si tiene el sistema inmunológico bajo, lo más importante es precautelar su salud antes que la recreación y la diversión.  También hay que respetar y validar los miedos y temores, que algunas familias tienen en relación a lo de la pandemia o a los cuidados que tienen internamente en cuanto a salir para realizar actividades externas, porque tal vez existan familiares o amistades que han enfermado y por tanto no quieren que sus hijos pasen por esa situación. Pero también debo rescatar y recalcar, que los niños, nos han dado grandes lecciones a los adultos y esto viene desde la parte neurológica. La plasticidad cerebral que existe en un niño es diferente a la de los adultos, porque tenemos más historias, somos muy estructurados, tenemos más miedos, que nos cuesta mucho más adaptarnos a nuevas situaciones, pero los niños y jóvenes, nos han demostrado cómo se reinventan y se adaptan frente a esas realidades, por ejemplo, en el uso de mascarilla, el lavado de manos, el uso frecuente de alcohol, el cuidado de topar o coger cosas que pueden estar infectadas, lo canalizan y manejan muy bien.

Romper la rutina

En este periodo vacacional, sí es necesario dejarlos descansar, que duerman más tarde, pero en un par de días, que los padres armen un horario que le permita a la familia y a los chicos, realizar diversas actividades en conjunto, como por ejemplo ciertas tareas domésticas, como regar las plantas, limpiar los desechos de las mascotas, lavar los platos, aspirar, recoger la ropa, entre otras. Es necesario hacerlos partícipes de todo el proceso familiar y de sus responsabilidades, lo peor que podemos hacer es inutilizar a un hijo y subestimar sus capacidades, diciendo que “son muy pequeños”, para una determinada actividad, porque a partir de los dos años los niños están dispuestos a que se los integre paulatinamente en las actividades del hogar, lo harán a su ritmo y estilo, pero observan e imitan a sus adultos y no hay mayor gusto para un niño, que hacer feliz y dejar satisfecho a sus progenitores. Es la edad adecuada, para involucrarlos en pequeñas responsabilidades, que luego se pueden ir variando o incrementando, según la edad.

Los momentos de distracción también son necesarios. Por ejemplo, jugar con los videojuegos, con las cartas, los juguetes o con algún vecino del edificio o de la ciudadela siempre manteniendo las normas de higiene, para evitar problemas de salud.

La Sierra y la Amazonía tienen un valor agregado que la Costa no lo tiene y son sus paisajes, montañas, parques, lugares con naturaleza maravillosa, ríos y cascadas que podrían visitar. Después de esta etapa de reclutamiento que hemos tenido niños y adultos es una gran oportunidad para dirigir esta mirada a la naturaleza, al cuidado del medio ambiente, a atesorar esos momentos y vivencias que teníamos y que, frente a lo vivido, ahora lo valoramos mucho más.   En lo experimentado, hemos aprendido que lo material se acaba, pero ahora extrañamos amigos, familias, las expresiones de afecto, el ir a un lugar y tomarnos algo con alguien especial, que planificar algo, no tiene sentido cuando todo es tan relativo. A veces tenemos la idea, que decirle al niño o joven esto, es anticiparles un futuro oscuro y llenarlos de pesimismo, al contrario, es más bien para aprender a mirar el hoy y el ahora de otra forma. Valorar los instantes y momentos felices y que no sabíamos de ellos, hasta que nos hicieron falta.  También es necesario compartir con los hijos, la realidad que cada familia está viviendo, por ejemplo, lo económica, laboral o inclusive lo que socialmente se está viviendo y frente a eso llevarlos a ser un poco más solidarios, empáticos y humildes.

Esta pandemia nos ha enseñado a ser un poco más fuertes a reinventarnos y a buscar alternativas. Si bien es cierto que por la situación económica o por cuestiones familiares y laborales no se puede brindar todo, si hay que buscar alterativas dentro de casa y de la comunidad.

Aprender algo nuevo

Otras actividades que se pueden realizar en casa es la preparación de alimentos como ensaladas o tal vez postres o más ser más creativos y probar recetas nuevas. Quizás algunos niños, tienen dificultades para comer ciertos tipos de alimentos, que hoy en día nos dicen de la efectividad, para elevar el sistema inmunológico, aprovechemos el momento, para pedirles, que nos ayuden a encontrar información sobre cómo tener un huerto en el hogar y tal vez allí si los hacemos parte del mismo, podrán tener otra perspectiva de dichos alimentos. Es una muy buena forma, para que ciertos vegetales, hortalizas o frutas comiencen a ser miradas de otras formas. De esa manera, los niños tienen la oportunidad de aprender un oficio o una tarea que les pueda interesar. Siempre es recomendable, partir de sus gustos, por ejemplo, si veo que los niños tienen dotes artísticos, musicales, deportivos, se puede buscar un tutorial, los famosos webinars o los cursos que se ofrecen por las diversas plataformas, porque hay experiencias grandiosas y gratuitas, en relación a dichas actividades. Las academias vacacionales, han buscado la forma de reinventarse para poder llegar a la familia, al hogar, ya que el niño, no puede salir de casa. También van encontrar tutoriales deportivos, de robótica, de ajedrez, Yoga, meditación, ejercicios, bailar, también ayudan mucho a relajarse tanto a niños como a adultos.

Se deberían buscar dentro del barrio, espacios más controlados en los que sea posible patinar, correr o andar en bicicleta, jugar fútbol, básquet… en definitiva donde sea posible realizar actividades deportivas, que son muy necesarias sobre todo porque los niños y adolescentes necesitan descargar esa energía que ha estado concentrada tantos meses frente a una computadora, enviando tareas, guardando información, tomando fotografías, etc. Siempre adoptando las medidas de bioseguridad.

Reflexionar sobre la realidad

Las dificultades que tenemos en este momento deben ser disminuidas en el contexto familiar, con la presencia de mamá, de papá o de los abuelos y esto va a permitir que, si bien no se puede tener todo lo que uno añora en las vacaciones, hay que dar gracias por lo que sí se tiene. Pensar en las familias que han perdido a algunos de los suyos; en las familias que menos tienen, en los chicos de la Costa que, con tremendo calor, tuvieron que permanecer confinados por meses, para evitar contagiarse con el virus. En las familias de otros continentes, de cómo lograron sobrevivir toda esta situación. Ese tipo de reflexiones, los ayuda a manejar sus propias energías de forma positiva, tendrán otra visión de la vida y del mundo. Que todo lo vivido sirva para hacer una familia unida y un país diferente.

Utilizar este periodo de descanso, de forma productiva, es necesario e imprescindible, pero también es preparar el terreno, para el reinicio de clases, porque según las noticias, se nos indica, que volverán el régimen Sierra y Oriente al sistema virtual en septiembre, hasta por lo menos diciembre. Este es el momento de aprender nuevos sistemas y el manejo de otras plataformas, cómo por ejemplo manejar el zoom, Microsoft teams, cómo manejar programas nuevos y aplicaciones diferentes, para que los niños se vayan familiarizando con las mismas. Es el momento de los padres de familia, de confiar en los chicos, de invertir en cursos que les va ayudar en la autonomía e independencia de sus tareas. Hay que confiar en ellos, que pueden y deben trabajar con responsabilidad y compromiso en su aprendizaje.

Este es el tiempo perfecto, para que la familia, aprenda a conectarse con sus hijos, a interpretar miradas, gestos y validar esas emociones, que, así como los adultos también las tenemos. Esta es la nueva realidad, tenemos que aprender a vivir con ella, pero no por perder el optimismo y la fe, de un mejor mañana, un mejor mañana que sólo será una construcción conjunta. Para ello, no se necesitan grandes acciones, debemos empezar por casa, por lo sencillo, por lo simple, como tal vez, levantarlos con palabras de optimismo, de fe, fuerza, compartir un almuerzo una cena o preparar el desayuno juntos y repartirse las actividades que ayude que el hogar funcione de la mejor forma, que entre todos se busque mecanismos de ahorro, para disminuir cuentas, que se fortalezcan los vínculos familiares, donde todos por un momento, nos alejamos de los dispositivos, apagamos la televisión, pero prendemos y nos conectamos a el dialogo, el encuentro, a la palabra. Lo importante es bajar la tensión, verbalizar las emociones y sentimientos, respetar y apoyar, no importa el tiempo que tengamos que vivirlo, pero si estamos en familia y juntos buscando alternativas para salir adelante, esto va a ser manejable, ese tiene que ser el discurso de la familia y también el discurso de la comunidad en la cual se desenvuelven.

Si no hay las posibilidades para salir, podemos organizar un picnic, sesiones de fotos, una pijamada, una función de cine en familia, con palomitas de maíz y un tiquete será una actividad que encantará y que dejará huellas significativas. También podemos hacer un partido de cartas, organizar un partido en el video juego, participar de un tik tok familiar.

Los padres, siempre habían pedido tener “tiempo”, para los hijos, para el hogar, bueno este es el tiempo, vivámoslo en las mejores condiciones, seguramente este periodo será recordado de la mejor manera, si todos los involucrados tienen la mayor disposición. Es la oportunidad para ser mejores personas. Que, de esta gran dificultad, veamos una gran oportunidad para vivirlo en armonía, gratitud, unidad y amor. Lo básico es precautelar la salud y dar conexiones de calidad y de cantidad. Con conciencia y respeto, podremos ir viviendo esta nueva realidad, atesorando la vida que es lo más importante

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6 Comments

  1. Anónimo julio 16, 2020

    Retomo entre todo el escrito que es muy bueno, este punto, me encantò “donde todos por un momento, nos alejamos de los dispositivos, apagamos la televisión, pero prendemos y nos conectamos a el dialogo, el encuentro, a la palabra”
    Nos hace falta conversar mas, exponer temas, esos que no nos atrevemos a comentarlos, que los conversamos con los amigos pero no con la familia.
    Esas actividades de sembrar me parecen increibles, hacer sus pequeños huertos 👏🏼. Leer libros y comentarlos.
    Nos hace falta leer tanto Veronica!
    Te felicito, has tocado todas las sugerencias y recomendaciones mas importantes. Es la oportunidad de 🌹comentarl valores 🤗. Excelente👏🏼👏🏼

    Responder
    1. Anónimo julio 16, 2020

      Muchas gracias!!, en la época del botón y del emoticon, hemos perdida la tan apreciada “palabra”. Este es el momento para rescatarla. Además se volvería el regulador de las emociones que en este momento tan crucial estamos teniendo

  2. Anónimo julio 15, 2020

    Me encantó, nada mejor que un trabajo en equipo, y que dicha tener a nuestro primer equipo en el campo, nuestra familia. Aprender es divertido, y mejor si lo hago con las personas que veo día a día!

    Responder
    1. Anónimo julio 16, 2020

      Así es!! Sólo junto en familia, se podrá salir adelante. En marzo y abril, acá en Guayaquil, me repetí como un mantra, como una oración: ” Un día vivido, es un día ganado, es un día de victoria”. Lo comparto, para nuestros hermanos de la Región Sierra y Oriente. Que todos volvamos la mirada, al mejor equipo, al mejor faro, La familia. Muchas gracias por sus apreciaciones

  3. Anónimo julio 15, 2020

    Excelente artículo con una visión integral digna de profesionales de su talla.

    Responder
    1. Anónimo julio 16, 2020

      Muy gentil!. Un artículo compartido con el corazón, para que la familia reflexione y se retome lo que en cada espacio le sea útil y beneficioso, para un crecimiento óptimo, sano y sobre todo amoroso. Que la próxima pandemia, sea el amor, que consolida y fortalece.

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