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Con la renuncia de Sonnenholzner es mejor hablar de coincidencias, en lugar de alianzas

Alfredo Negrete Talenti
Universidad Ecotec
domingo, julio 12, 2020
Hablando del futuro, lo que causa mucha preocupación para el próximo gobierno cualquiera que sea, si no es presidido por un líder fuerte y autoritario, si no es dirigido por un grupo de partidos de primera línea, que sea fuerte, no podrá gobernar y se caerá enseguida, ya pasó la época de los candidatos sorpresa, la situación del Ecuador es muy grave
Tiempo de lectura: 3 minutos

Políticamente, y con el antecedente que fue la renuncia de la candidatura a la presidencia de Jaime Nebot, aquello que se sospechaba se concretó: la renuncia del vicepresidente Otto Sonnenholzner; por eso, el caso tiene todo, menos sorpresa.

Lo que viene después, con respecto a una alineación es solo especulación, pero lo más probable es que sea candidato por el Partido Social Cristiano (PSC). Apelo a la experiencia y a las buenas relaciones que tienen Jaime Nebot y Otto Sonnenholzner y a las relaciones que han tenido los socialcristianos con este gobierno, que son muy particulares, y deduzco que se estaría formando una alianza que, a mi modo de ver, sería con Sonnenholzner, pero no como se ha publicitado: Otto y Sevilla.

Roque Sevilla es una persona de primerísima calidad en el país y debió haber sido Presidente, pero creo que es obligatorio que para las próximas elecciones también participe una mujer, por ello la fórmula ya se estaría cuajando para que sea Otto Sonnenholzner y tal vez Cristina Reyes. Henry Kronfle es un candidato permanente más opcionado por parte de los socialcristianos pero iría a la presidencia del Parlamento.

El problema es que no ha habido una polarización real, sino una animadversión personal entre Guillermo Lasso y Nebot, sin generar una competencia entre CREO y el socialcristianismo. Potencialmente el Guayas es Guayaquil y si lo socialcristianos no tenían un binomio y una lista fuerte, un candidato que podría suplir estas falencias sería Sonnenholzner. La única claridad que existe al momento en el Ecuador es que Jaime Nebot, no corre más en la política nacional como candidato presidencial y que el vicepresidente renuncia por una carrera electoral. Lasso está en el lugar de siempre; lo demás, respecto a los candidatos del correísmo, por ejemplo, son solo especulaciones.

Por otro lado, la terna para Vicepresidente, que envíe el Presidente Lenin Moreno a la Asamblea, no tiene ninguna importancia. Internacionalmente, los otros países ni siquiera van a considerar el cargo de Vicepresidente; por ejemplo, Chile nunca ha tenido un Vicepresidente y en caso de subrogación, se lo hace al Ministro del Interior y no pasa absolutamente nada. En este momento si se hablaría de alianzas en el país sería del socialcristianismo con el Gobierno, pero es preferible no arriesgarse a hablar de alianzas sino de coincidencias.

Deberían dejar que la ministra María Paula Romo siga ejerciendo su cargo en el Ministerio de Gobierno y, además, encargada de la Vicepresidencia de la República, salvo que la programen como Vicepresidente titular encabezando la terna por una razón muy sencilla, en la Vicepresidencia seguiría de titular del mando político del Gobierno. Así se mueven las fichas del país. El Vicepresidente, en la práctica, es menos que un ministro. Si el Presidente no le asigna ninguna tarea el Vicepresidente puede pasar cobrando un sueldo sin hacer nada y, si tienen buenas relaciones, le encargará alguna tarea específica. En este caso, hubo una oportunidad extraordinaria que no estuvo en ninguna agenda y fue la emergencia sanitaria, por causa de la pandemia.

En la primera etapa de esta coyuntura el Vicepresidente tuvo un buen desempeño. Luego el propio Gobierno lo desconectó, hasta que, finalmente, después de haber llegado a un acuerdo, puso la renuncia, pero para que salga a competir electoralmente. De esa manera gana Nebot, porque Otto Sonnenholzner es un mejor candidato que los otros posibles que han sido mencionados por los socialcristianos. Y en segundo lugar, el Gobierno va a ganar porque tiene una persona que de alguna manera es un refugio y puede cubrirle las espaldas.

Hablando del futuro, lo que causa mucha preocupación para el próximo gobierno cualquiera que sea, si no es presidido por un líder fuerte y autoritario, si no es dirigido por un grupo de partidos de primera línea, que sea fuerte, no podrá gobernar y se caerá enseguida, ya pasó la época de los candidatos sorpresa; la situación del Ecuador es muy grave. El país necesita un caudillo autoritario, dictatorial o una alianza que sostenga desde la Asamblea Nacional con el que, quien quiera ser Presidente, llegue a un acuerdo por uno o dos años, para que pueda gobernar, de lo contrario se cae.

Estas posibles alianzas deberían partir del socialcristianismo, si se actuara con racionalidad sería con quienes queden de CREO, pero eso no sucederá, por eso todo queda en el aire. Habrá que esperar a los legisladores para ver si hay una tercera fuerza, que todavía no la vemos, que haga un pacto parlamentario y asegure la gobernabilidad de la Presidencia de la República.

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