De acuerdo con la ONU, la pandemia de Covid-19 ha provocado un involuntario auge del teletrabajo para millones de personas. El teletrabajo es trasladar el trabajo de la oficina a la casa y en el caso de la tele-estudio, del aula de clases a cualquier rincón del hogar utilizando medios electrónicos.
El espectacular crecimiento de esta tendencia hace que los expertos se pregunten si tenemos ante nosotros una revolución que podría repercutir en el futuro inmediato de los trabajadores, o, al menos, en el de aquellas personas cuyo trabajo no requiere estar ligado a una ubicación física concreta. Muchas personas han optado utilizar lugares y mobiliario no adecuados ya que no existía esta preparación para este evento y en su lugar, se utiliza la mesa del living, la de la terraza e incluso la de la cocina. Condiciones a las que se suman el estrés que genera la pandemia, el encierro y otras situaciones hogareñas. Todo esto, ha provocado más cansancio y molestias posturales.
Con esta nueva realidad se han realizado todos estos cambios, pero sin la silla con reposabrazos y respaldo correcto, sin el escritorio ergonómico y él apoya pies adecuado, la presencia de molestias físicas era cuestión de tiempo en presentarse.
Trabajar con dolor y con prensión en confinamiento no son las situaciones ideales. Muchas personas incluso están en cama utilizando sus notebooks o smartphones en lugar del computador de escritorio de la oficina. Estas posturas inadecuadas y por tiempos prolongados exponen a nuestro cuerpo, particularmente a la columna y extremidades superiores, a sufrir lesiones por sobrecarga.
La incertidumbre también puede afectar el teletrabajo y puede generar crisis de ansiedad y estrés, primero al no contar con todas las herramientas que dispone en su oficina y a ello se suman los problemas adicionales que han generado la pandemia como el alto costo de la vida, la reducción de salarios, pagos de sueldos atrasados y hasta la posibilidad de perder el trabajo. Estos elementos que se van sumando producen momentos de tensión, estrés y fatiga mental, que en poco tiempo se va somatizando en problemas de tipo muscular, gastritis, insomnio, cefaleas, etc.
En el confinamiento han aumentado los dolores de cuello (cervicalgias), con o sin dolor irradiado hacia los brazos (cervicobraquialgia); los dolores lumbares y lumbo-ciáticos (dolor en la parte baja de la espalda con irradiación hacia las piernas); y las tendinitis en muñecas, codos y hombros. En algunas empresas han prestado el computador y las sillas a sus trabajadores para que puedan trabajar mejor en sus casas.
Otro aspecto importante en el teletrabajo es el estilo de vida, hay que tomar en cuenta que el trabajador estará en la casa rodeado de la familia y será una situación extraña, lo cual puede alterar un poco el ambiente familiar.
Tener pausas cada dos horas para cambiar de posición. Basta solo con levantarse del lugar de trabajo y caminar por unos 5 minutos. También se pueden incorporar pausas activas con ejercicios de elongación de columna cervical y extremidades superiores. Hay que realizar ejercicios suaves de pies o una breve caminata. La clave es moverse y relajarse.
Un tema que se debe tomar en cuenta es la salud preventiva, la alimentación debe ser sana y con un horario establecido. Lo recomendable son cinco comidas saludables al día, tomar agua la suficiente (8 a 9 vasos de agua)
La capacidad de respuesta frente a la tarea es vital, porque permiten que las personas asuman el problema del encierro y miren las cosas con objetividad y tranquilidad. En algunas personas funciona el yoga, en otras el ejercicio o la actividad física moderada.
Las personas que se sienten cómodas con su trabajo y le pueden dedicar un poco más de tiempo a esa actividad lo pueden hacer, pero lo ideal es no excederse de las 8 horas establecidas en la jornada laboral presencial. Lo importante es la responsabilidad, porque un trabajador no puede prender el computador y dedicarse a otras cosas. Lo importante es medir los resultados.
Otro malestar que puede causar el teletrabajo y el tele-estudios es la fatiga visual. Al estar rodeados de ordenadores, smartphones, tablets, etc., se sobre-expone a los ojos a un entorno “multipantalla”. Todo ello propicia la aparición de “nuevos” problemas de visión, como el Síndrome Visual Informático (SVI) y permanecer delante de una pantalla más de tres horas al día aumenta el riesgo de padecerlo y se manifiesta como fatiga ocular, sensibilidad a la luz, lagrimeo, sequedad en los ojos, enrojecimiento.
La correcta postura para el trabajo
Referencias:
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