Solar Orbiter, la misión de la ESA para explorar el Sol, ha efectuado su primer acercamiento a nuestra estrella, hasta llegar a tan solo 77 millones de kilómetros de su superficie, lo que equivaldría a la mitad de la distancia que la separa de la Tierra.
Según el científico del proyecto Solar Orbiter de la ESA, Daniel Müller, las imágenes, que se tomarán a mediados de julio, serán las imágenes más cercanas del Sol jamás realizadas pues aunque la sonda solar Parker de la NASA, lanzada en 2018, se acerca más al Sol, no lleva telescopios capaces de ‘mirar’ directamente al Sol.
Durante la semana siguiente a este primer perihelio (el punto a lo largo de su órbita de máximo acercamiento al Sol), los científicos de la misión probarán los diez instrumentos de la nave, incluidos los seis telescopios que, por primera vez, capturarán imágenes cercanas del Sol de manera simultánea.
Müller explicó que ha habido primeros planos con una mayor resolución, como los capturados este año por el telescopio solar de cuatro metros Daniel K. Inouye de Hawai. Sin embargo, debido a la atmósfera que se interpone entre los telescopios terrestres y el Sol, estos solo pueden ver una pequeña parte del espectro solar en comparación con lo que se observa desde el espacio.
La sonda Solar Parker de la NASA, lanzada en 2018, vuela más cerca del Sol que la misión europea, pero no tiene telescopios capaces de mirar directamente a nuestra estrella.
El objetivo principal de estas primeras observaciones es comprobar si los telescopios de Solar Orbiter están listos para las futuras observaciones científicas, explicó la ESA en un comunicado.
Por primera vez, se podrán combinar las imágenes de los telescopios y ver cómo recogen datos complementarios de distintas partes del Sol, incluyendo la superficie, la atmósfera exterior o corona, y la heliosfera más amplia que lo rodea.
Los científicos también analizarán datos de los cuatro instrumentos in situ, que miden las propiedades del entorno alrededor de la nave, como el campo magnético y el viento solar -una corriente de partículas energéticas, principalmente protones y electrones-.
“Es la primera vez que nuestros cuatro instrumentos ‘in situ’ funcionan a tan poca distancia del Sol, por lo que nos ofrecerán una visión sin precedentes de la estructura y la composición del viento solar”, dijo Yannis Zouganelis, científico adjunto del proyecto.
Como la nave está ahora a 134 millones de kilómetros de la Tierra, las imágenes del perihelio tardarán aproximadamente una semana en descargarse a través de la antena del espacio profundo de 35 metros situada en Malargüe (Argentina).
Los científicos procesarán las imágenes antes de publicarlas a mediados de julio, mientras que los datos de los instrumentos “in situ” se lanzarán a lo largo de este año tras una cuidadosa calibración de los distintos sensores.
Solar Orbiter, lanzada el pasado 10 de febrero, concluye su fase de puesta en servicio, para dar paso a la de crucero, que se extenderá hasta noviembre de 2021.
Durante la fase científica principal, que empezará inmediatamente después, la nave llegará a tan solo 42 millones de kilómetros de la superficie del Sol, acercándose más que el planeta Mercurio.
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