Miles de negocios comenzaron a abrir sus puertas de a poco en Quito, con miedo a la desesperanza, casi sin clientela. La gente cambio las filas en los supermercados por las de las ferreterías. Como si en todo el tiempo de la cuarentena algo se hubiera dañado en su hogar o necesitara un foco para encender la luz, mientras la pandemia de la corrupción sorprende día a día. Los acusados de la década pasada pretenden convertirse en acusadores. Sin ninguna vergüenza hasta reclaman la libertad de Jorge Glas, sentenciado por actos de corrupción, porque la obtuvo Rasquiña, ante el silencio de las autoridades judiciales.
Los trancones en algunos sectores vuelven otra vez. Los parqueaderos de los supermercados activaron sus parquímetros, la obligación de aplastar un botón para retirar el tiquete que marque la hora de entrada y salida, hasta que puedan activar sus puntos de cobro. Sin gel desinfectante, ni alcohol.
Las peluquerías volvieron a abrir sus puertas, al igual que las lavanderías, muchas con planes de mudanza porque ningún propietario de los locales acepta renegociar los alquileres. Resiliencia es que le llaman. Y en ese mundo todos tratamos de reinventarnos, hasta nuestra vida cotidiana, por miedo a la incertidumbre y a la falta de certezas. Como si esa falta de certezas fuera una novedad.
Los protestas por la muerte de George Floyd no paran por el pésimo manejo de la crisis de Donald Trump; el show business acorralado en su propia trampa de retar a una sociedad indignada contra el racismo, contra la intolerancia, contra la prepotencia. Amenazó con disparar y miles se pusieron en las calles para que lo haga. Tal vez perdió su reelección. Tal vez Taylor Swift cumpla la promesa de echarlo en noviembre ya que Madonna no pudo evitar que llegara a la Casa Blanca con sus grandes conciertos en Nueva York a favor de Hillary Clinton. La fake news pudieron más.
Es el día a día que marca la pandemia, que ha volcado al mundo de un solo golpe a la virtualidad. Al mundo de Zoom que arrebató un nicho muy grande a Google, Facebook y sus WhatsApps e Instramags. Es el día a día analizado por los académicos que tienen el conocimiento y la capacidad de ver el detalle en el bosque, desde DIALOGUEMOS.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Aumento del salario: Cara o cruz
Con el décimo y otros bonos decembrinos, primero pague las deudas
Debates
Chancay: ventajas y desafíos
Oratorio de Noël, la obra coral se presenta en la Universidad Andina Simón Bolívar