Las investigaciones emprendidas por la Universidad San Francisco de Quito en colaboración con hospitales públicos y otros laboratorios y universidades evidencian la introducción de tres cepas del coronavirus al Ecuador, todas provenientes de Europa, de países como Bélgica, España e Italia.
En el mes de marzo, el Instituto de Microbiología de la Universidad San Francisco de Quito anunció la secuencia genética de la cepa del virus Covid-19 que se movía en Ecuador y que pertenecía a un turista holandés de 57 años.
En las últimas horas, el Instituto ha dado a conocer que el análisis de nuevas muestras enviadas desde el Hospital General del Sur de Quito del IESS, ha evidenciado cepas diferentes del SARSCoV2, lo que hace presumir que se dieron múltiples introducciones del virus al país, además de las mutaciones mutaciones.
El estudio incluyó a un paciente contagiado en Guayaquil y a otros dos con contagio comunitario en la ciudad de Quito, estos últimos miembros de la misma familia con cuadros muy graves de la enfermedad. Los resultados han mostrado que existieron por lo menos tres introducciones de cepas al país (y probablemente existen muchas más cuando continuemos secuenciando más muestras) y el origen en todas es desde Europa.
La cepa del paciente contagiado en Guayaquil ha sido reportada en Bélgica e Italia, y han sido encontradas variantes en Brasil y Colombia (probablemente de personas que llegaron desde Europa). De los pacientes con contagio comunitario en Quito (al igual del de su familiar) su cepa ha sido reportada con variantes similares en Europa, de igual manera incluyendo España e Italia, y en Sudamérica en países como Argentina, Brasil y Chile.
La secuencia genética de las cepas nos da una idea del lugar en dónde se contagió la persona portadora del virus, además de proporcionar información de su posible círculo de contagio. También ayuda a identificar a las cepas que están circulando a nivel local y por último ayuda a saber qué variantes del virus se debería tener en cuenta cuando se desarrolle una vacuna efectiva en nuestro país.
La iniciativa de este estudio nació en la USFQ con la colaboración del Instituto de Microbiología, el Centro de Bioinformática, la Escuela de Medicina de la USFQ y el Laboratorio de Biotecnología Vegetal de la misma Universidad; la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Eugenio Espejo, del Hospital General del Sur de Quito del IESS y el Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford.
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