Las torrenciales lluvias en Australia significaron un alivio a la situación de emergencia causada por los incendios en el sureste del país, aunque las tormentas provocaron graves inundaciones en Melbourne y en otras zonas, destaca el corresponsal del diario El Mundo. Unos 80 focos de los incendios siguen abiertos en Nueva Gales del Sur y Victoria en una tragedia que ha dejado al menos 28 víctimas mortales y ha afectado a una superficie de más de 10 millones de hectáreas.
Las alertas por el fuego y el humo, que obligó a cancelar parcialmente el arranque del Open de Australia de tenis, dejaron paso a las severas inundaciones. En St. Albans, las lluvias torrenciales registraron un récord de de 54 milímetros por metro cuadrado en apenas media hora, con vientos racheados de 110 kilómetros por hora.
“Si lo que estamos viendo ahora son los primeros cambios achacables al cambio climático ¿qué pasará cuando el aumento global de las temperaturas llegue a 2 o 4 grados?”, dijo a El Mundo el profesor Brendan Wintle, de la Universidad de Melbourne.
El 2019 fue de hecho el segundo año más caluroso jamás registrado (superado tan solo por el 2016, debido al fenómeno climatológico conocido como El Niño). La temperatura global fue de 1,1 grados por encima de la era preindustrial, aunque en Australia la subida fue superior a los 1,5 grados.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) pronostica que en el 2020 se agudizarán los episodios de clima extremo como los registrados en Australia, donde el año pasado hubo temperaturas como los 49,9 grados alcanzados en Nullarbor el pasado diciembre. Las olas de calor y los incendios han dejado esta semana paso las lluvias torrenciales que durarán en principio hasta el viernes, con una media estimada de 10 milímetros por metro cuadrado en Nueva Gales del Sur y Victoria.
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