En el Auditorio del Museo Municipal de Guayaquil se presentó el libro Ópera en cápsulas, del Ing. Nicolás Romero Sangster, el 14 de agosto de 2019. Posteriormente, se realizó un segundo lanzamiento en la Feria del Libro de Guayaquil, el 27 de septiembre. La publicación de la obra es una recopilación de artículos sobre la historia, los compositores y cantantes de ópera.
Gracias al apoyo de la Dirección de Publicaciones de la Universidad Casa Grande (UCG) y la Dirección de Promoción Cívica y Cultura del Municipio de Guayaquil, el libro de Nicolás Romero logró ser publicado.
Durante ambos eventos, los representantes de ambas instituciones brindaron detalles sobre el contenido del proyecto, y sus fases de producción editorial. Así mismo, se contó con la presencia de la Arq. Grecia Cando, en representación de la alcaldesa de Guayaquil.
Editar este libro implicó un enorme y grato desafío. El libro Ópera en Cápsulas es una recopilación de textos reveladores y anecdóticos de la vida de grandes compositores y sus obras emblemáticas. Mozart, Donizetti, Rossini, Verdi, Wagner, Strauss, Puccini, entre otros, aparecen como personas comunes con virtudes y defectos de la amplia gama de aquellos que nos hacen humanos. Tal como los presenta Nicolás, diluye sus vanidades y miserias para trasladarnos a una dimensión imposible de transcribir en palabras: su música.
El texto escrito por Nicolás conserva un estilo muy propio, que cautiva y hace posible su acceso a todo tipo de público. Sin perder rigor en cuanto a fuentes de investigación, y en aras de no quitarle espontaneidad, las citas no están ajustadas al formato académico estandarizado. Su escritura genera el deseo de saber más y escuchar con especial atención las óperas.
Darnos un tiempo para embelesarnos con la exquisitez de una ópera o un aria en particular, e inclusive, acompañar sus notas con nuestra propia voz, son algunos de los permisos que nos proporciona esta exquisita obra. Muchas gracias a Nicolás por este gran aporte cultural.
El autor Nicolás Romero se reunió con Marcia Gilbert hace dos años y medio para ver la posibilidad de publicar esta obra. Nicolás deseaba realizar una recopilación de sus artículos publicados en diario Expreso y presentarlo en un formato libro.
Al recibir los textos e imágenes correspondientes, la Dirección de Publicaciones de la UCG, de la mano de Juan de Althaus y Gilda Macías, presentaron al autor una propuesta editorial con un ordenamiento del material, compuesto por una introducción y capítulos basados en temas relevantes de la ópera, a criterios históricos y según la particularidad musical de cada país. El autor y la Dirección de Publicaciones estuvo en constante intercambio, para darle un cuerpo consistente al libro.
La planificación se ejecutó en el lapso de un año y tres meses, incluyendo el diseño gráfico, del que se encargó Pamela Villavicencio, docente de la UCG. Posteriormente, el diseño final fue entregado al Arq. Melvin Hoyos, director de Cultura y Promoción Cívica de la M. I Municipalidad de Guayaquil, para su impresión.
El editor debe saber interpretar el material a publicarse, ordenarlo y revisarlo adecuadamente. El tema del arte de la ópera pone de relieve la voz humana virtuosa y sublimada del cantante que provee una satisfacción específica, tanto para el que canta como para el que escucha. La sonoridad de la voz trata de acallar vacío del silencio, lo que posibilita se pueden crear las distintas artes que se encuentran relacionadas con el canto. La ópera combina la música, el canto, la literatura y el teatro de una manera sublime.
Mirar el impresionante escenario sostiene nuestra atención sobre esta magnífica combinación de música, letra y canto, que, en los momentos álgidos de un aria, mediante el resonar majestuoso de todos los instrumentos de la orquesta y la ejecución del tenor con la máxima potencia de la impotente sonoridad de su voz, o los ecos angelicales de una soprano, hace que un público quede silenciado y extasiado en medio de una sala impregnada por el sonido musical en todos sus resquicios. El libro de Nicolás nos invita a introducirnos a esta maravillosa experiencia.
Nicolás Romero es un personaje interesante, quien con pasión, erudición, esfuerzo y compromiso contagia a muchos guayaquileños sobre la ópera, mediante cursos presenciales y proyecciones de películas de ópera en las salas de cine.
Ópera en cápsulas agrupa sus artículos periodísticos publicados en el diario Expreso, y hoy está a disposición de todos los que queremos aprender más de la ópera.
Romero es un orgullo de Guayaquil por su eficiencia, orden y su increíble toque artístico para escribir un libro sobre este género musical, y todo sin contagiarse de los delirios de grandeza, tan en boga, ni tampoco de la falsa molestia. Como mujer, también me he emocionado por la dedicatoria a su primera esposa, quien partió prematuramente.
El libro se compone en 11 capítulos y un epílogo. Este arranca con la introducción al tema de la voz y el canto; pasa por la evolución de la expresión musical desde los antiguos griegos hasta que nace la ópera; luego analiza el desarrollo de la ópera en todas sus fases, como la profundización de la ópera italiana, francesa, alemana y la rusa. Se complementa con un agudo análisis dedicado al verismo y otro a la ópera española: la zarzuela.
En el epílogo expresa, con la frontalidad que lo caracteriza y su rico bagaje cultural, su opinión del arte contemporáneo y moderno. Así mismo, incluye el aspecto musical, rescatando su valor experimental bajo ciertas condiciones.
En definitiva, un recorrido extenso sobre los compositores, sus pasiones, sus dolores, sus triunfos y fracasos, es casi una cercanía de carne y hueso a la vida de ellos.
No podría terminar sin hacer un reconocimiento al trabajo editorial y gráfico que le hace honor a esta publicación. Gracias, Juan de Althaus; gracias, Gilda Macías; gracias, Pamela Villavicencio; y gracias, María Cristina Andrade. Ustedes asumieron un desafío bien distinto. Naturalmente, gracias al Municipio de Guayaquil, a nuestra nueva alcaldesa Cynthia Viteri, y el siempre constructivo y ayudador, Melvin Hoyos.
Quiero terminar recordando el pensamiento de un gran maestro americano que decía: “La música tiene el poder de revelar verdades, más allá de la palabra hablada, y cómo la ópera es el matrimonio único de palabras y música en el que el todo es mucho más grande que sus partes”.
Desde muy niño estuve expuesto a este maravilloso género musical español de la zarzuela. Me convertí en un fanático, a tal extremo que me aprendí de memoria muchísimas de sus obras.
Una lectura del libro Las mil y una noche —no apropiado para niños— y escuchar un play que tenía del Cascanueces, determinaron cuáles iban a ser mis vicios de la niñez: la música y la lectura.
En mi juventud, realmente compraba un libro y me lo terminaba en una semana. Oía todo tipo de música: zarzuelas, ópera, música popular y de concierto; quien dice que solo escucha música clásica, realmente es un snob.
Hasta bien avanzada edad adulta, me constituí como un emocionado espectador de las óperas. Muchas veces veía la muerte de Violeta y terminaba con lágrimas en los ojos, como aún me ocurre a pesar de haber visto ya varias veces las obras.
Cuando trabajé en el Banco del Pacífico, convencí a Marcel Laniado de presentar en un escenario los videos de óperas que yo tenía. Tuvimos un éxito extraordinario. En ese momento, empecé a devorar libros sobre ópera y descubrí un mundo nuevo. Un profesor de apreciación musical me dijo que tengo que enamorarme de la ópera, pero a través de los libros me situé en los compositores y estuve en la época que ellos vivieron, las circunstancias en las que se desarrollaron y en la que crearon.
Con eso empecé a adquirir un gusto que no había tenido al ver las óperas, y eso me llevó a preparar un seminario, que me tomó dos años preparar. Este curso trató sobre cómo apreciar y entender la ópera, pues hay muchas personas que les encanta la música de concierto, pero consideran que la ópera es elitista. La ópera es para todo el mundo.
Cuando escribía para el Expreso, siempre era sobre el mismo tema: denunciar todos los errores que cometía Correa y sus consecuencias. Pero la sociedad no reaccionaba, entonces preferí redactar sobre lo que me apasionaba, es decir, artículos que los fui publicando en el diario. Esos textos los recopilé para el libro Ópera en cápsulas, que no pretende constituirse en una gran obra de erudición musical.
Quiero agradecer a Marcia Gilbert, quien me motivó a continuar con este trabajo; a la Dirección de Publicaciones, cuyos colaboradores han realizado un trabajo eficiente de estructurar estas cápsulas.
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