La queja sustentada y la reacción del correísmo

viernes, julio 5, 2019

En estos momentos es necesario y hasta imprescindible recordar el estado de descomposición institucional al que llevó el correísmo al país para hacerse con el control de todas las instituciones del Estado, la justicia primero...

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“¿Para qué hay juicio y jueces? Que juzguen y condenen Celi y Salazar, y, como en la época del peor franquismo, en lugar de decir que “pase el siguiente acusado”, que digan nomás “que pase el siguiente culpable”. ¡Qué trágico lo que estamos viviendo!”, escribió el expresidente Rafael Correa en su cuenta de Twitter al conocer la queja sustentada presentada contra dos conjueces que cambiaron la prisión preventiva por el arresto domiciliario a favor de su exsecretario jurídico, Alexis Mera, su hombre orquesta.

Tal vez por un lapsus brutus, el expresidente escribió franquismo en lugar de correísmo, cuando él en las sabatinas decía que pase el siguiente culpable. El 12 de mayo de 2012, pidió públicamente, directamente y sin presentar queja alguna, a su Consejo de la Judicatura Transitorio, que destituya de sus cargos a los jueces que ponen en libertad a los detenidos en delito flagrante. Necesitaba trasladar la culpa a otros por los problemas de inseguridad.

“El Consejo tiene que cambiar a estos malos jueces. Si hay que sacar a todos (los jueces), sáquenlos y llamen a mil, dos mil de los mejores egresados de la Facultad de Derecho”. Y ordenó sin ningún rubor al entonces presidente de la Corte Nacional de Justicia, Carlos Ramírez, que dé instrucciones a los jueces para que, si hay problemas con los partes policiales, no se libere a los detenidos sino que se corrijan los documentos.

En su cadena de radio y televisión mencionó a Tania Molina González, Santiago Poma Rodríguez, Galecio Luna Santacruz, Juan Hernández Cárdenas, José Chiriboga Saltos, Jorge Almeida Jiménez, Edmundo Naranjo López y Raúl Martínez Muñoz para que su gavilla gritara: ¡Fuera! Ta vez la misma que hoy acompaña al señor Tuárez en sus recorridos de bendiciones, solo que con más años.

Un año antes, en pleno juicio contra diario El Universo por una columna de opinión de Emilio Palacio, por lo que reclamaba $80 millones al rotativo, arremetió contra la entonces presidenta de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, María Leonor Jiménez. “María Leonor Jiménez es la más corrupta del país. Esta señora, en vez de pedir disculpas y quedarse callada, sale como estrella de cine dando declaraciones en los medios y lo que hace es criticar abiertamente al presidente, al juez que dictó sentencia en el caso El Universo, todo eso es prohibido, es antiético… Critica el estado de emergencia pedido por el Consejo de la Judicatura (que son) sus superiores. Yo no sé por qué el Consejo no sanciona a esta señora. Debió renunciar por elemental decencia. Es la mejor muestra de la situación en que se encuentra la justicia”. Sí, el expresidente Correa, quien se rasga las vestiduras por una queja sustentada contra dos jueces, declaró en estado de excepción a la Función Judicial.

Según el expresidente, María Leonor Jiménez debió simplemente agachar la cabeza y la prensa nunca debía haber osado siquiera publicar la carta de la respuesta de Cynthia Viteri a sus insultos. “Es la ‘inmunidad’ de la que abusan, con la complicidad de la prensa corrupta, que nunca debió aceptar publicar esos insultos”, escribió al leer la carta en la que Cynthia Viteri le decía: “Ni a mí ni a mi madre nos importa irnos del puesto por defender nuestro honor, qué diga al país por qué la saca, para poderse sacar los 80 millones de dólares que le está reclamando a Diario El Universo“.

En estos momentos es necesario y hasta imprescindible recordar el estado de descomposición institucional al que llevó el correísmo al país para hacerse con el control de todas las instituciones del Estado, la justicia primero, para intentar creerse un pequeño emperador que decidía quién era inocente y quién era culpable con una sola declaración en una sabatina o con un tuit.

La fiscal Diana Salazar, el contralor Pablo Celi y el delegado de la Procuraduría, Marco Proaño Durán, presentaron una queja sustentada y un pedido de sanción en contra de los jueces Édgar Flores y Luis Enríquez, por haber otorgado medidas sustitutivas a favor de Alexis Mera, exsecretario jurídico de Carondelet, en uno de los más escandalosos casos de corrupción de los últimos años, los sobornos de Odebrecht y otros o el cobro de vacunas a las contratistas con el Estado durante la década del correísmo. Eso para el expresidente es inadmisible, lo admisible era lo que él hizo con jueces, fiscales, militares, policías, estudiantes, trabajadores, indígenas, medios de comunicación, oeneges, ambientalistas…