“Después de haber sido dos veces presidenta de este país (…), sigo más convencida que nunca que la expectativa o la ambición personal tienen que estar subordinadas al interés general. Ese principio siempre remanido y repetido y tantas veces incumplido del peronismo de: «Primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres», bueno… Es hora de hacerlo realidad de una vez por todas (…). En este caso, primero la Patria, segundo el movimiento y por último una mujer -permítanme sólo por un instante, un poco de humor feminista-“.
Con esta carta Cristina Fernández de Kirchner hizo su intento de volver a sus orígenes o evadir la justicia, al mismo tiempo, con un poco de humor feminista. Regresar al poder en un país que dejó en las ruinas, mientras su cuenta bancaria se multiplicaba geométricamente; un sueño de todos los chavistas del siglo XXI, incluyendo a Nicolás Maduro, atorado en Miraflores, ahora ya sin saber por qué intereses. Trump y Putin pusieron en juego la miseria de millones de venezolanos y los dejaron en la indefensión.
“Le he pedido a Alberto Fernández que encabece la fórmula que integraremos juntos, él como candidato a presidente y yo como candidata a vice en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias”, dijo Kirchner en un mensaje de 12 minutos.
La justicia argentina había pedido la detención de la expresidenta por los cuadernos de las coimas detalladas línea a línea, las irregularidades en la importación de gas natural licuado, el fraude en los subsidios al transporte y por la firma del Memorándum con Irán.
Su candidatura la lanzó tres días antes de sentarse por primera vez en el banquillo de los acusados en el primer juicio oral por corrupción en su contra que podría durar un año, cuando estaba segura de encabezar las encuestas. A los patriotas poco les importa eso de los juicios por corrupción, porque primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres. Y como Cristina Kirchner es patriota se permitió un poco de humor feminista al lanzar su candidatura a la vicepresidencia: primero la Patria, segundo el movimiento y por último una mujer, dijo. Para ella el feminismo es suplantar a la patria, el movimiento y el hombre por la patria, el movimiento y una mujer. Esa es su estética del poder, seguramente aplaudida por Castro, Maduro, Morales, Correa, Lula, Ortega…
El sistema político argentino es un poco inexplicable, pero muy explicable a la vez. En un hipotético triunfo de Kirchner, en ese país podría repetirse el caso del Municipio de Quito, donde concejales terminaron siendo concejales, pero con grilletes. Si un tribunal ordena la detención de Cristina Kirchner en los tantos casos de corrupción abiertos en su contra, la pelota debería pasar por el Congreso, ya sea como senadora o como vicepresidenta, para proceder a su detención.
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