El asilo se origina en una acción humana de buscar amparo, tomando diversas formas a través de las épocas de las historia. En la Biblia existe un antecedente concreto del derecho al asilo. El libro de Josué narra como Dios ordena al patriarca que designe ciudades de asilo.
El asilo ha pasado por Grecia, Roma, la Edad Media y, en la actualidad, se da el asilo diplomático en las embajadas. Han existido muchos casos de asilo pero quizás ninguno tiene la trascendencia que alcanzó el caso de Julian Assange.
El asilo diplomático solo puede ser concedido a perseguidos políticos; por lo tanto, no pueden favorecerse de esa figura los reos de delitos comunes ni los delincuentes conexos. No es lícito tampoco conceder asilo al desertor, al terrorista ni al homicida.
El Ecuador, soberanamente, le concedió asilo a Julian Assange, independiente de que muchos ecuatorianos estuvimos en contra. Ahora se lo cancela porque también es soberano hacerlo: Assange violó todas las normas y las conferencias del derecho del asilo: la Conferencia de La Habana del 20 de febrero de 1928; Conferencia de Montevideo del 26 de Diciembre de 1933; Tratado de Asilo y Refugio, también en Montevideo, de 1939 y hay una Convención de Asilo, que se dio en Caracas el 28 de marzo de 1954.
En todas estas convenciones se habla del proceso que debe seguir un asilado. Lamentablemente, Assange incumplió ese procedimiento desde el momento en que dijo que Ecuador era un país insignificante, tal y como lo señaló el canciller José Valencia en la Asamblea Nacional.
Cuando el australiano recibió el asilo de Ecuador, obtuvo del jefe de la misión diplomática un documento en el que constan sus datos personales y las normas de convivencia que estaba obligado a respetar -desde el momento en que llegó a la embajada en Londres- y que rompió en reiteradas ocasiones. Assange incumplió los deberes del asilado
Ecuador le concedió el asilo a pesar de que el hacker no es un perseguido político, sin embargo el país le extendió la mano más de 7 años: Ecuador no quiso dejarlo desamparado, es Assange el que ha hecho todo para quedarse fuera de la protección que se le dio pese a su comportamiento.
Ecuador no tiene que justificar su decisión: así como fue soberano para concederle cobijo diplomático, aunque muchos países estuvieron en contra, lo es para retirarle esa condición. Si Assange hubiera cumplido el código de convivencia, como cualquier asilado, no estaría enfrentando esta situación.
Además, el gobierno de Ecuador ha difundido notas diplomáticas enviadas por su par británico en el que asegura que Julian Assange no será extraditado a un país en el que pueda sufrir pena de muerte. Inglaterra es un estado serio en el que prima el derecho; la aspiración es que honre su palabra.
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