El Consejo de la Judicatura dispuso investigar a la jueza, Andrea Moreno Silva, por otorgar la medida de prelibertad al excapitán del Ejército, Telmo Castro, vinculado al cártel mexicano de Sinaloa. El vocal de la institución, Aquiles Rigail, calificó ‘de grave y criminal’ que un narcotraficante haya sido liberado dos veces.
Castro fue detenido y liberado entre 2009 y 2011 por transportar droga. En 2013, fue capturado nuevamente y sentenciado a 13 años de prisión. Su nombre salió a la luz en el juicio que se desarrolla contra El Chapo en Nueva York.
“Tiene que caer el maso de la ley contra aquellos que liberen narcotraficantes… Ya se dispuso que la Dirección General inicie los expedientes, también la Dirección de Transparencia y Gestión Procesal. Tres organismos van a investigar y a resolver para que el Pleno decida lo que es conveniente”, dijo Rigail.
El Ejército aclaró que Castro no era militar cuando fue detenido. Según la institución, el hombre pidió la disponibilidad en julio de 2009. En un comunicado, la institución señala que la justicia ecuatoriana sancionó en su momento a ese ciudadano.
La faceta de Guzmán como negociador salió a la luz el pasado jueves 13 de diciembre en la sala de una corte de Brooklyn cuando el jurado escuchó la grabación de una conversación telefónica entre el narcotraficante mexicano y un miembro de la guerrilla colombiana FARC a quien le quería seis toneladas de coca por $12,6 millones.
“Que la mire primero (la cocaína) y luego le pago las dos toneladas”, se oye a ‘El Chapo’ decirle al guerrillero en tono firme, refiriéndose a que quiere que alguien del cartel de Sinaloa pruebe la cocaína antes de realizar el pago.
La grabación de la conversación de casi 12 minutos ocurrida en mayo de 2010 fue explicada por el ex narcotraficante colombiano Jorge Milton Cifuentes, quien está testificando en el juicio a Guzmán. Cifuentes explicó que Guzmán no había quedado satisfecho con la calidad de la cocaína comprada un par de años antes a las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
En 2008, tras comprar cocaína a las FARC con dinero de Guzmán, la droga pasó a Ecuador y fue transportada hasta dos almacenes en Quito y Guayaquil. Cifuentes dijo que un capitán llamado Telmo Castro cobró $600 mil por realizar esos transportes.
El proceso de llevar la droga a México fue, después, complicado: un barco tiburonero salía de Perú y se encontraba con lanchas rápidas con droga que habían salido desde Ecuador. La droga era trasladada al tiburonero. Después, en aguas internacionales, el tiburonero se encontraba con un barco mexicano donde se colocaba la droga. La embarcación mexicana se acercaba a la costa de México y se reunía con lanchas rápidas que se llevaban el cargamento a tierra mexicana.
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