Pablo Romero encarna uno de los pasajes más oscuros del correísmo, pero también uno de los más burlescos. Las pretensiones en materia Inteligencia, espionaje y contraespionaje del anterior gobierno solo pueden equipararse a sus pretensiones en materia espacial. Si una agencia, que apenas pudo enviar un satélite que no tardó en extraviarse en el espacio, intentó ser comparada con la Nasa o la Agencia Espacial Europea por un aparato de propaganda que no medía en gastos, una agencia como la Senaín pretendió ser equiparada con el MI16, la CIA, el Mosad, la KGB o hasta los templarios.
¿Qué en realidad hizo la Senaín? Pues al parecer operaciones encubiertas que vistas a la distancia parecen chistes de mal gusto: un intento de secuestro en Colombia que terminó en nada, con cargo a las cuentas públicas del Estado ecuatoriano; intervenciones de conversaciones de WhatsApp de políticos opositores que eran presentadas en interminables sabatinas como grandes conspiraciones contra el Estado. Y ahora sale a la luz detalles de la operación Caminito, gracias al mismo Pablo Romero.
¿Qué era Caminito? Según las palabras de Romero, Caminito una gran operación de contrainteligencia para contrarrestar el trabajo de unos hackers que comenzaron a infiltrarse en los correos electrónicos de los jerarcas del correísmo. ¿Cómo funcionó esa operación de contrainteligencia? Sencillo, hallaron supuestamente a uno de los hackers, Eduard Soler, que era parte del grupo de Los Centauros y le pidieron que trabajara para la Senaín. Eso fue todo. Para eso destinaron más de 100 mil dólares por una asesoría de ocho meses en los que se reunió con aproximadamente 10 funcionarios, sin contar con la asesoría online, claro.
El Ruso, según la investigación recabada por la Fiscalía, tenía la misión de entregar en un medio magnético la identidad de los hackers que habrían atentando contra la seguridad del país. ¿Ellos ya fueron procesados por terrorismo como muchos ecuatorianos que protestaron contra el gobierno del expresidente Correa?, ¿dónde están sus nombres?, ¿están en la cárcel de Latacunga?
Las justificaciones de tamañas operaciones de Inteligencia o Contrainteligencia atentan no contra la inteligencia, sino contra el sentido común. Intentar justificarse con el hecho de que la Contraloría al mando de Carlos Pólit no halló mal uso de fondos públicos en esa operaciones es otra gran broma de mal gusto.
En la Senaín hubo despilfarro de fondos públicos para satisfacer el ego de algunos que se creyeron ejemplo para el universo y sus galaxias y hay responsables de ese despilfarro en operaciones de aprendices de espías, mientras en la frontera norte el narcotráfico extendía su manto, un gran manto del que solo hoy se tiene alguna idea.
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