Bachelet

martes, diciembre 11, 2018

Triste recordación del setenta aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Día Internacional de los Derechos Humanos, con una representante que se reúne muy alegremente con uno de los representantes de sus principales vulneradores

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Triste el papel de Michelle Bachelet. Y contradictorio. Mientras en el mundo aumenta la presión internacional contra el dictador Maduro, la expresidenta de Chile buscó dar un espaldarazo a Venezuela al reunirse con el canciller de ese país Jorge Arreaza. La reunión no tendría nada de extraña si no fuera porque Bachelet es la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas. Y que el encuentro fue parte de la Conferencia Mundial para la adopción del Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular.

¿Bachelet está enterada sobre las condiciones en las que migran millones de venezolanos por América Latina y el mundo? Al parecer no. Tampoco está enterada entonces de que la Corte Penal Internacional designó al francés Marc Perrin, la belga Reine Adélaide Sophie y el húngaro Peter Kovács para investigar las denuncias realizadas por siete países contra Maduro.

El caso nació en septiembre de 2018. Los presidentes de Argentina, Colombia, Chile, Paraguay, Perú y Canadá firmaron un documento en el que solicitaron “iniciar una investigación sobre la comisión de crímenes de lesa humanidad que habría tenido lugar en Venezuela bajo el gobierno del presidente Nicolás Maduro, a partir del 12 de febrero de 2014, con el fin de determinar si una o más personas específicas deben ser acusadas por la comisión de tales crímenes”.

Crímenes de lesa humanidad.

La imagen de Bachelet sentada frente a un representante de una dictadura que aspira a convertirse en una Cuba en América Latina es lamentable. Triste. La llamada izquierda de América Latina ha perdido referentes y da pretextos para que líderes como Bolsonaro anuncien una salida del Pacto Mundial sobre Migración.

Triste recordación del setenta aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y del Día Internacional de los Derechos Humanos, con una representante que se reúne muy alegremente con uno de los representantes de sus principales vulneradores. Con el representante de un gobierno que obligó a millones de venezolanos a migrar en condiciones infrahumanas.