Con gran sorpresa recibimos en días pasados el nombramiento de Richard Martínez como Ministro de Economía y Finanzas, dirigente gremial e importante representante de las cámaras de país. El nombramiento debe verse como una vuelta de página, un reconocimiento tácito a que el modelo económico practicado en los últimos 11 años, no da más, en el que el motor de la economía es el sector público y no el privado.
Desde el parte privada, el flamante Ministro ha impulsado la reducción de impuesto, eliminación del ISD y del anticipo del impuesto a la renta, reducir el gasto público, que se reconozca el tamaño de la deuda, entre otros aspectos muy criticados a sus anteriores antecesores en el cargo. Su nombramiento genera expectativas, tanto es así que el riesgo país que se ubicada a inicios de la semana pasada en 748 puntos (14 de mayo) y que venía registrando una importante tendencia alcista derivada del equivocado manejo de la información de la deuda y otros deslices de la anterior ministra, cierra el viernes 18 de mayo en 670 puntos por la positiva receptividad del ministro, así como también sus primeras declaraciones respecto a la transparencia de la información económica y el tratamiento que le dará a la deuda externa.
No se puede hablar aún de una tranquilidad total, pues falta la presentación del plan económico que fue anunciada el 2 de abril y que hasta la fecha no llega a la Asamblea, pero por las declaraciones del Ministro el envío se realizará dentro de los siguientes días. Recordemos que lo anunciado fueron las líneas generales del plan, pero cada ministerio responsable y en coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas se encargarían de explicar y presentar cómo se ejecutaría el plan económico.
Es de destacar que no solo el nombramiento de Richard Martínez abre posibilidades de incorporar al gobierno nuevas figuras que puedan contribuir a recomponer el país desde lo económico, sino también desde lo político y la conducción administrativa del mismo, el nombramiento del empresario guayaquileño Eduardo Jurado Béjar como Secretario General de la Presidencia, es también de destacar. Estos nombres más lo que esperemos se sigan sumando por invitación del gobierno, refleja un cambio radical en el manejo del país, es evidente una concertación de fuerzas de diversas tendencias al interior del gobierno. Porque si bien un Presidente llega por un partido o movimiento, este se debe a todo el país; en este sentido invitar a personalidades de diversas tendencias es provechoso para el país.
El Ministro Martínez debe mostrar su habilidad política, puesto que es probable que encuentre algunos obstáculos al interior del gobierno, pues dada la concepción socialista que se ha autoproclamado el mismo, es posible cierta resistencia de algunos sectores y bases. Por ello será fundamental el apoyo que brinde el Presidente Moreno y el de la Asamblea, no solo desde el ala “morenista” sino también de los partidos de oposición para delinear una agenda programática alrededor de diversos temas y en especial los económicos para así establecer una hoja de ruta y apuntar a resolver el grave problema económico heredado del gobierno anterior, pues los cálculos más optimista señalan que entre 5 a 7 años tomaría corregir la situación económica del Ecuador, contados a partir de que se tomen las medidas pertinentes y se cumplan con las mismas de forma persistente en el corto, mediano y largo plazo.
El Presidente Moreno está demostrando que actúa con pragmatismo, pues meses atrás nos mostrábamos hacia afuera como un país que desea atraer inversión extranjera, que fomenta la apertura comercial, etc., pero hacia adentro la evidencia dejaba ver a un país fiscalista, con alta carga tributaria, con dificultad para hacer negocios, en fin, un país con muchas trabas. Ahora la imagen es más coherente entre el frente económico interno y externo, si bien aún falta que se evidencie en acciones, al menos estos cambios alientes nuevos aires.
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