A lo largo de años atrás, las deficiencias de nutrientes esenciales han disminuido drásticamente, muchas enfermedades infecciosas han sido vencidas, pero simultáneamente, las tasas de enfermedades crónicas, muchas de las cuales están relacionadas con una dieta de mala calidad y la inactividad física, han aumentado. Hoy en día en gran parte de la población tienen una o más enfermedades crónicas prevenibles y que está relacionadas con los estilos de vida relacionados a la alimentación, estas enfermedades son las cardiovasculares, diabetes tipo 2 y sobrepeso y obesidad, algún tipo de cáncer, etc.
Una comida rápida que es una hamburguesa, papas fritas y soda, fácilmente podría sumar toda la cantidad de calorías requeridas durante todo un día, mientras que, por otro lado, es posible deje al cuerpo carente de vitaminas, minerales, enzimas vivas, micronutrientes, grasas saludables y antioxidantes.
Los alimentos ultraprocesados y procesados industrialmente, las bebidas endulzadas y la comida rápida están desplazando a las dietas tradicionales más nutritivas, lo que genera efectos alarmantes en la salud.
En Ecuador, según estimaciones realizadas en 2011, la diabetes mellitus tipo II, la enfermedad hipertensiva y la enfermedad cerebrovascular fueron las principales causas de muerte. (MSP, 2014)
Se estiman las prevalencias de sobrepeso y obesidad presenta tasas muy elevadas entre los escolares (29.9%), adolescentes (26%) y adultos menores de 60 años (62.8%). Si a estas cifras se suma la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los adultos mayores de 60 años (59%), para 2012, 6.649.185 ecuatorianos tienen sobrepeso o están obesos. (MSP, 2014)
Adicionalmente, entre la población de 10 a 59 años, 268.492 ecuatorianos sufren de diabetes tipo II (146.022 adultos mayores de 60 años). Entre quienes no sufren de diabetes, aproximadamente el 40% tiene un alto riesgo de presentar cuadros de diabetes; de ellos, 3.187.665 son prehipertensos y 717.529 ya sufren de hipertensión, mientras 2.608.126 están afectados por el síndrome metabólico.
En términos más generales, los alimentos ultraprocesados se pueden definir como productos alimenticios que contienen uno o más de los siguientes ingredientes:
Ingredientes que no se utilizan tradicionalmente en la cocina .
Cantidades anormalmente elevadas de azúcar, sal, aceites industriales procesados y grasas saturadas que no son saludables .
Sabores, colorantes, endulzantes y otros aditivos químicos artificiales que imitan las cualidades sensoriales de alimentos sin procesar o que están mínimamente procesados (algunos ejemplos incluyen a los aditivos que crean texturas y una sensación agradable en la boca) .
Conservadores y sustancias químicas que extienden antinaturalmente la caducidad de los productos alimenticios.
Ingredientes transgénicos (GE), que además de conllevar posibles riesgos para la salud, también tienden a estar muy contaminados con herbicidas tóxicos, tales como el glifosato, 2,4-D y dicamba.
Entre los ejemplos de alimentos ultraprocesados se incluyen los cereales para el desayuno, pizza, nuggets de pollo, sodas, papas fritas y otros snacks salados/dulces/apetitosos, productos horneados envasados, alimentos congelados para microondas, sopas instantáneas y salsas, entre otros. (Mercola, 2018)
Un sin número de estudios han destacado los riesgos de los alimentos procesadas con alto contenido de azúcar, lo que demuestra que consumir azúcar en exceso es una causa principal de muchas de las epidemias de enfermedades actuales, ya que causa obesidad y resistencia a la insulina.
Muy recientemente, los investigadores franceses advirtieron que los alimentos ultraprocesados aumentaban el riesgo de cáncer, y que cuantos más alimentos ultraprocesados consumía, mayor sería su riesgo. (The BMJ, 2018)
James Gallagher, corresponsal de salud y ciencia de la BBC, presentó la investigación del equipo, de la Universidad Sorbonne Paris, en la que se usaron encuestas de alimentos en dos días para averiguar qué estaba comiendo la gente, en el estudio, que eran en su mayoría mujeres de mediana edad, fueron seguidos durante un promedio de cinco años. Los resultados, en el British Medical Journal , mostraron que si la proporción de alimentos ultraprocesados en la dieta aumentaba en un 10%, el número de cánceres detectados aumentaba en un 12%. El estudio mostró que, en promedio, el 18% de la dieta de las personas fue ultraprocesada; en promedio, hubo 79 cánceres por cada 10,000 personas cada año; al aumentar la proporción de alimentos procesados en un 10% daría lugar a nueve cánceres adicionales por cada 10.000 personas por año.
Los investigadores concluyeron: “Estos resultados sugieren que el consumo cada vez mayor de alimentos ultraprocesados puede generar una carga creciente de cáncer en las próximas décadas”. (BBC, 2018)
Enrique Jacoby, asesor sobre Nutrición y Actividad Física de la OPS/OMS, manifiesta: “Los alimentos ultraprocesados y la comida rápida representan una parte cada vez mayor de lo que las personas comen y beben en América Latina, con resultados muy negativos. (…) Estos productos no están diseñados para satisfacer las necesidades nutricionales de las personas. Están diseñados para que se conserven por mucho tiempo en los estantes y generan deseos incontrolados de consumo que llegan a dominar los mecanismos innatos de control del apetito y hasta el deseo racional de dejar de comer. Por eso resultan doblemente perjudiciales: son casi adictivos y eso lleva aumentar el sobrepeso y la obesidad, al tiempo que sustituyen los alimentos frescos, que son la base de una dieta natural rica en nutrientes” (OPS/OMS, 2015)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una guía (denominada REPLACE por su acrónimo en inglés) en la que se indican los pasos que hay que seguir para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial del suministro mundial de alimentos.
Eliminar las grasas trans es clave para proteger la salud y salvar vidas: la OMS estima que cada año la ingesta de grasas trans causa más de 500.000 muertes por enfermedades cardiovasculares.
Las grasas trans de producción industrial están contenidas en grasas vegetales endurecidas como la margarina, y suelen estar presentes en y alimentos horneados o fritos. Los fabricantes suelen usarlas porque tienen un tiempo de conservación más largo que otras grasas. Sin embargo, se pueden usar alternativas más saludables que no afectan al sabor ni al costo de los alimentos.
“La OMS pide a los gobiernos que utilicen el conjunto de medidas REPLACE para eliminar los ácidos grasos trans producidos industrialmente del suministro de alimentos”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “La ejecución de las seis acciones estratégicas de la iniciativa REPLACE contribuirá a la eliminación efectiva de las grasas trans y será una victoria importante en la lucha mundial contra las enfermedades cardiovasculares”.
La iniciativa REPLACE consiste en seis acciones estratégicas para eliminar de manera rápida, completa y sostenida las grasas trans de producción industrial del suministro de alimentos (OPS/OMS, 2018 ):
RE (REVIEW): Examen de las fuentes dietéticas de grasas trans producidas industrialmente en la alimentación y de los cambios de política necesarios.
P (PROMOTE): Fomento de la sustitución de las grasas trans producidas industrialmente por grasas y aceites más saludables.
L (LEGISLATE): Legislación o aprobación de medidas regulatorias para eliminar las grasas trans producidas industrialmente.
A (ASSESS): Evaluación y seguimiento del contenido de grasas trans en los alimentos y de los cambios de su consumo por la población.
C (CREATE AWARNESS): Concienciación de los encargados de formular políticas, los productores, los proveedores y la población sobre los efectos negativos de las grasas trans en la salud.
E (ENFORCE): Obligación de cumplimiento de las políticas y regulaciones.
En Dinamarca, el primer país que impuso restricciones a las grasas trans de producción industrial, el contenido de grasas trans de los productos alimenticios disminuyó drásticamente y las muertes por enfermedades cardiovasculares se redujeron más rápidamente que en países comparables de la OCDE.
“La ciudad de Nueva York eliminó hace un decenio las grasas trans de producción industrial, siguiendo el ejemplo de Dinamarca”, dijo el Dr. Tom Frieden, Presidente y Director Ejecutivo de Resolve to Save Lives, una iniciativa de Vital Strategies. “Las grasas trans son productos químicos tóxicos innecesarios que matan, y no hay motivo para que la gente de todo el mundo continúe expuesta”.
Se precisan medidas en los países de ingresos bajos y medianos, donde los controles del uso de grasas trans de producción industrial son a menudo menos rigurosos, con el fin de que los beneficios se distribuyan equitativamente en todo el mundo.
Michael R. Bloomberg, embajador mundial de la OMS para las enfermedades no transmisibles, alcalde de la ciudad de Nueva York durante tres mandatos y fundador de Bloomberg Philanthropies, dijo: “Prohibir las grasas trans en la ciudad de Nueva York ayudó a reducir el número de ataques cardíacos sin cambiar el sabor o el costo de los alimentos, y eliminar su uso en todo el mundo puede salvar millones de vidas. Un enfoque integral del control del tabaco nos ha permitido progresar a nivel mundial en el último decenio más de lo que casi nadie creía posible; ahora, un enfoque similar con respecto a las grasas trans puede ayudarnos a lograr este tipo de progreso contra las enfermedades cardiovasculares, otra de las principales causas de muerte prevenible en el mundo”. (OMS, 2018)
Con la participación de todos los sectores, se hace imperioso cimentar una estrategia de Promoción de la Salud con la participación de sectores Salud, como líder y también otros ministerios de lo social y del frente económico, dentro de sus competencias. De la misma manera el sector privado comercial e industrial, como actores fundamentales en la oferta de productos alimentarios, asumiendo compromisos en la oferta de alimentos saludables. Así mismo el sector del deporte tiene un rol importante la promoción de la actividad física en todos los espacios coadyuvado con los municipios en la generación de espacios saludables.
Responsabilidad individual: La población adquirir conciencia en salud preventiva con cambios en los estilos de vida y fomentar en la familia la ingesta de alimentos que generen salud, reducir o en el mejor de los casos eliminar el consumo de azúcar, sal, y grasas trans, aumentar el consumo de frutas, verduras, grasas saludables, así como la ingesta de agua y actividad física; en los ambientes laborales desarrollar más fomento y promoción de la salud encaminando a la ejecución de políticas con la convicción de empresas saludables.
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