‘Mi hijo no crece, es el más pequeño del salón, no es tan grande como sus primos’. Estas inquietudes, son algunas de las preguntas más frecuentes de las madres durante una consulta pediátrica. Lo que demuestra que la valoración del crecimiento de un niño es muy importante para cualquier mamá.
La talla baja constituye uno de los principales motivos de consulta en Pediatría y en endocrinología pediátrica. De allí, para el médico la importancia de efectuar una correcta valoración del crecimiento y el desarrollo del niño con una adecuada orientación, diagnóstico y terapia.
Es importante que cada mamá comprenda el proceso de crecimiento en su hijo, un proceso complejo en el que intervienen distintos factores. Uno de los mejores indicadores para saberlo es el estado de salud del niño. De hecho, el retraso en el crecimiento puede ser la primera manifestación de distintos procesos patológicos subyacentes, tanto congénitos como adquiridos.
Para la valoración de la talla, el pediatra considera distintos factores que intervienen e interaccionan en su correcto desarrollo genético como son el patrón de desarrollo y la maduración. Además de los hormonales, étnicos, metabólicos, así como los exógenos en el que se mencionan la nutrición, el ambiente afectivo y el ejercicio.
De este modo, la talla adulta se verá afectada por la interacción de estos factores y obviamente la influencia genética.
Es importante saber que el crecimiento longitudinal, es un proceso continuo que se cumple durante los dos primeros años de vida del niño y se caracteriza por ser rápido. Mientras que la pubertad es un estirón puberal de entre 8-12 centímetros al año, dependiendo del sexo.
Es fundamental contar con tablas y gráficas de referencia actualizadas con información de la población. Generalmente, cuanto mayor es la desviación de la talla con respecto a la media de la población /o con respecto al potencial genético de crecimiento de la familia, mayor será la probabilidad de encontrar una patología subyacente.
En la actualidad, la talla baja se clasifica en talla baja patológica y talla baja idiopática las cuales hacen referencia a todas aquellas condiciones de talla baja en la que se desconoce la causa.
Para llegar a un diagnóstico el médico pediatra en conjunto con el endocrinólogo deben estudiar la velocidad de crecimiento del niño y completar con algunos exámenes. Por ejemplo, al niño se le puede practicar una radiografía de la mano para determinar la edad ósea, perfil hormonal entre otros…
En definitiva, durante una consulta lo más importante es tranquilizar a la madre al explicarle que el patrón de crecimiento es único para cada niño. La talla baja no significa que se encuentra enfermo. Esta condición, puede ser solo un patrón genético y no necesariamente debido a una causa anormal.
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