Nicaragua vivió este domingo, 22 de abril, la quinta jornada consecutiva de manifestaciones contra la reforma de la Seguridad Social impuesta por el Gobierno del presidente Daniel Ortega. Las protestas, duramente reprimidas por la policía y las huestes sandinistas, han dejado un saldo de al menos 30 muertos, entre ellos un periodista mientras informaba en la calle.
El País, de España, reportó que acosado por las protestas y las críticas internacionales Ortega anunció que retirará la polémica ley, que reduce las pensiones un 5%. El Ejército sigue desplegado en varias ciudades, mientras se recrudecen los saqueos y el vandalismo.
El mandatario aceptó que sus propuestas no tuvieron “viabilidad” y crearon una “situación dramática”, por lo que daba marcha atrás en su decisión. La reforma impuesta el miércoles por Ortega por decreto reduce las pensiones un 5% y aumenta las contribuciones de empresas y trabajadores para rescatar al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). El Gobierno pretende recaudar así $250 millones.
La de este domingo fue la segunda comparecencia de Ortega ante la nación. El sábado había afirmado que su único interlocutor para encontrar una salida a la crisis era la empresa privada, con la que estaba dispuesta a dialogar. Los empresarios rechazaron la propuesta y exigieron el fin de la represión. En su discurso, el mandatario no se refirió a la violencia desatada del Estado contra los manifestantes, ni las decenas de muertos y heridos.
Entre las víctimas de la represión hay un policía y un periodista, Ángel Ganoa, alcanzado por un disparo en la cabeza mientras cubría las manifestaciones en la ciudad de Bluefields, en la Región Autónoma Caribe Sur, confirmó el informativo El Meridiano, para el que trabajaba. Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, los disturbios ya han provocado 30 muertos.
El presidente propuso nuevamente un diálogo, al que invitó a los empresarios y al cardenal Leopoldo Brenes, para “sacar una resolución que asegure el fortalecimiento de la Seguridad Social a largo plazo”. Con esta decisión Ortega espera bajar la tensión en las calles.
Los manifestantes parecían no ceder en sus protestas, pese a la violenta represión de las fuerzas antidisturbios y las huestes motorizadas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, en el Gobierno), conocidas como turbas. “Me manifiesto porque quiero una Nicaragua sin dictadura. No es justo que nuestro país siga sufriendo por un Gobierno que reprime, que no respeta los derechos de las personas”, decía Erik Rocha, un joven de 22 años, en una manifestación en Managua. “Aquí no hay diálogo como lo pidió el presidente, es una estrategia para seguir burlándose del pueblo”, agregó Rocha. Los obispos también tomaron partido por los manifestantes, exigiendo a Ortega poner fin a la violencia oficial.
Después de la tregua de la mañana, por la tarde la gente comenzó a reunirse en puntos neurálgicos de la ciudad. También se registraron manifestaciones en otras ciudades del país. A diferencia de días anteriores, la población parecía haberse organizado en Managua.
Entre las víctimas de la represión hay un policía y un periodista, Ángel Ganoa, alcanzado por un disparo en la cabeza mientras cubría las manifestaciones en la ciudad de Bluefields, en la Región Autónoma Caribe Sur, confirmó el informativo El Meridiano, para el que trabajaba. Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, los disturbios ya han provocado 30 muertos.
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