Los primeros pasos en firme para denunciar y detener el quebrantamiento del orden constitucional en Venezuela los está dando la comunidad internacional, los países de la región que han sentido y se han conmovido con el drama de los miles y miles de venezolanos que huyen por aire, mar y tierra de un régimen nefasto, comparable solo con dictaduras del estilo Videla que murió en su celda de la localidad bonaerense de Marcos Paz, en 2013, a los 87 años.
Perú, el anfitrión de uno de los foros más importantes del continente, la Cumbre de las Américas, ha declarado persona non grata a Nicolás Maduro, alguien que ha sumido a su país en la más profunda crisis humanitaria, institucional, política y económica. Que no ha dudado en recurrir a fuerzas militares y paramilitares para anular a la oposición en las calles, para aniquilar la disidencia. Que ha usado todas las instituciones del Estado para perseguir, amedrentar, encarcelar, expulsar del país a todas las voces declaradas en resistencia.
“No puede hacer elecciones libres y justas con presos políticos, sin la plena participación de los partidos políticos y los líderes detenidos o inhabilitados arbitrariamente, con una autoridad electoral bajo el control del Gobierno, sin la participación de millones de venezolanos en el extranjero imposibilitados de votar, convocada originalmente por la Asamblea Constituyente, órgano carente de legitimidad y legalidad, cuya existencia y decisiones no reconocemos”, dice la declaración del Grupo de Lima, firmada por los Cancilleres y representantes de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía.
Los representantes de los 12 países que firmaron las declaración, con la ausencia de Ecuador, tomaron nota de la decisión comunicada por la Fiscal General de la Corte Penal Internacional de conducir un examen preliminar sobre la situación en Venezuela sobre crímenes de lesa humanidad ocurridos en las protestas de 2017.
Los 12 países reiteraron su preocupación por el creciente deterioro de la situación humanitaria al exhortar al gobierno de Venezuela a que permita la apertura de un corredor humanitario que ayude a mitigar los graves efectos del desabastecimiento de alimentos y medicinas. Un corredor humanitario en el otrora país más rico de América Latina, con las reservas de petróleo más grandes del mundo, convertido en el más pobre gracias a una corrupción galopante.
Pero uno de los puntos a destacar de la Declaración de los 12 países del continente es el acuerdo para coordinar esfuerzos y afrontar de una manera ordenada, solidaria y segura la difícil situación de los miles de venezolanos que huyen de la grave crisis que se vive en ese país.
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