Indiscutiblemente una Venezuela anti-democrática ha perdido su derecho a ser parte de la Cumbre de la Organización Estados Americanos (OEA), aunque la vicepresidenta María Alejandra Vicuña trate de afirmar lo contrario defendiendo un gobierno que va con su postura de ser ¨totalmente de izquierda¨, como lo manifestó en el programa Hora 25 del canal Teleamazonas.
Evidentemente, la crisis humana política y económica que vive Venezuela es cada vez más fuerte, y los demás países latinoamericanos no podemos mostrarnos indiferentes. Sin embargo, nuestros funcionarios han usado el principio de no injerencia como una excusa para no enfrentarse a un régimen tiránico liderado por Nicolás Maduro.
La vicepresidenta no puede escudarse en el supuesto respeto hacia la libre autodeterminación de los pueblos, cuando los venezolanos no han tenido elecciones justas, ni democráticas.
La vicepresidenta no puede escudarse en el supuesto respeto hacia la libre autodeterminación de los pueblos, cuando los venezolanos no han tenido elecciones justas, ni democráticas. Mucho menos cuando una vez más la transparencia del proceso electoral es manipulada por el presidente Maduro, quien ha decidido adelantar las elecciones. Esta arbitraria e ilegítima decisión pone en desventaja a los demás candidatos y limita el derecho a votar de los millones de venezolanos que se han visto obligados a dejar su país en búsqueda de una vida digna, y cuyos votos serían, evidentemente, por un cambio que le devuelva la esperanza a Venezuela.
Los doce integrantes del Grupo de Lima, junto con los Estados Unidos, han reafirmado su postura de no admitir a Nicolás Maduro en la Cumbre de las Américas de este abril, por sus constantes violaciones al compromiso de respetar el sistema democrático que todos los miembros de la (OEA) reafirmaron en la Cumbre de Québec. Sin embargo, países como Ecuador, Cuba y Bolivia apoyan la participación del representante venezolano en la Cumbre con la finalidad de escuchar su punto de vista, aun con el conocimiento de que los diálogos que se han llevado a cabo con el mandatario han sido infructuosos.
Es indispensable que el Ecuador cambie su postura en favor de la democracia y del respeto por los derechos humanos, que apoye al Grupo de Lima y que asuma, conjuntamente con los demás países de la región, el compromiso de crear un corredor humanitario y generar políticas públicas uniformes en el bloque latinoamericano que permitan recibir y ayudar a los migrantes que llegan a buscar una estadía temporal hasta poder regresar a casa.
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