El gobierno de Nicolás Maduro ha comenzado a cerrar todos los espacios posibles a la oposición en Venezuela; con las elecciones del domingo, donde obtuvo 305 de las 335 alcaldías, además de la Gobernación del Estado de Zulia, el chavismo ya tiene presencia no solo en los estamentos centrales sino en la mayoría de los gobiernos locales donde lideraba antes la oposición.
La victoria del chavismo fue posible primero gracias a la ausencia de Primero Justicia, liderado por Henrique Capriles; Voluntad Popular, fundado por Leopoldo López, y Acción Democrática, presidido por Henry Ramos Allup, que denunciaron graves irregularidades en las elecciones regionales. Y luego por la apatía de los venezolanos ante una crisis económica y humanitaria sin precedentes.
El chavismo, que ya tenía el control del poder electoral, el judicial y constitucional, ahora tiene un poder de tipo regional, lo que le permite consolidar aún más la dictadura, un régimen que es todo lo contrario a una democracia, en un escenario bastante sombrío, con una oposición dividida.
El chavismo se ha fortalecido, en cierto sentido, por el debilitamiento de la oposición y también porque pese a que su deuda bordea los $150.000 millones, gran parte en manos de China y Rusia, todavía cuenta con recursos importantes gracias a esa inagotable fuente de recursos, los ingresos petroleros que el gobierno no los va a destinar a hacer obras o proyectos de infraestructura o agroalimentarios, porque eso es lo que menos le interesa.
Maduro por lo pronto ya hablado de llamar a elecciones presidenciales adelantadas, eso significa que quiere cerrar totalmente el círculo de poder, hacerlo más reducido, para no dejar ningún espacio a la oposición. La dictadura completa.
Lo que interesa a Nicolás Maduro es mantener la llamada revolución bolivariana, de ahí que todos los ingresos petroleros, los únicos que tiene porque lo único que exporta es petróleo, van directo al gasto corriente, para el pago a las Fuerzas Armadas a sus milicias y a todo lo que ayude a mantener a los chavistas en el poder.
Maduro por lo pronto ya hablado de llamar a elecciones presidenciales adelantadas, eso significa que quiere cerrar totalmente el círculo de poder, hacerlo más reducido, para no dejar ningún espacio a la oposición. La dictadura completa.
Pero la oposición también tiene su parte de culpa en la recuperación de espacios de poder del chavismo, por su fragmentación, por su división… La oposición necesitaba mantener la unión y ser coherente con la gente que salió a protestar en las calles, con los más de 100 muertos que dejaron las protestas, con los encarcelados, con los presos políticos… La división y las pugnas internas solo han contribuido a crear una especie de apatía entre los venezolanos, de resignación…
La oposición comenzó a derrumbarse desde que Maduro convocó e integró su Asamblea Constituyente que fue elegida por ellos, entre ellos. No supo cómo actuar. Eso le permitió al chavismo tomarse la Asamblea Nacional con una mayoría de oposición, elegida legalmente en las urnas. La sacó hasta de su espacio físico. Se tomó toda la infraestructura de un poder del Estado que no controlaba. Todo lo que se llama el orgánico administrativo.
Ese fue el golpe más duro a la oposición, cuyos líderes comenzaron a desarticularse, a actuar de manera descoordinada, pese a que actuaron muy unidos en las masivas marchas contra Maduro que fueron fuertemente reprimidas.
Ahora lo positivo es que con la gran cantidad de venezolanos que han salido y siguen saliendo de su país, hay una oposición afuera que trata de aglutinarse y ha comenzado a hacer oír su voz en la comunidad internacional. Es una oposición en gestación con Antonio Ledesma y otros líderes obligados a estar en el exilio.
La oposición que se están gestando afuera también puede ser un punto de inflexión para volver a juntar a la oposición dentro de Venezuela, gracias a la receptividad que todavía tiene Antonio Ledesma, dentro y fuera de su país, que todavía puede aglutinar a la gente que quiere y sueña con una Venezuela libre.
Es una oposición que puede concitar el interés y el apoyo que existe en la comunidad internacional para el restablecimiento de la democracia en Venezuela. Una oposición que puede dialogar afuera y ser recibida por altas autoridades de otros países
La oposición que se están gestando afuera también puede ser un punto de inflexión para volver a juntar a la oposición dentro de Venezuela, gracias a la receptividad que todavía tiene Antonio Ledesma, dentro y fuera de su país, que todavía puede aglutinar a la gente que quiere y sueña con una Venezuela libre.
Ese puede ser el punto de quiebre para detener el proceso de cubanización en el que ha entrado Venezuela, con el uso político del carnet de la Patria creado a comienzos de 2017 para supuestamente dar algunos beneficios sociales, pero que ya fue usado políticamente en las últimas elecciones, para verificar quiénes no votaban por el chavismo.
Son pasos urgentes que necesita dar la oposición, porque el proceso de cubanización se ha acelerado mucho este año con elecciones en las que los únicos que votan son los chavistas. Votan los que están con el partido, con la dictadura, son ellos los que supuestamente están ejerciendo el poder del voto.
La oposición ni presenta candidaturas ni vota. Y son ellos, los chavistas, los que seguramente cerrarán el círculo para conseguir la reelección de Maduro en 2018.
Los escenarios a corto y mediano plazo son bastante sombríos, porque no existen elecciones libres en los que la oposición pueda volver a tener espacios, porque hay una Asamblea Constituyente espuria que supuestamente tiene todos los poderes y hace todo lo que diga Maduro. Todos los estamentos del Estado están en manos del chavismo, que en poco tiempo ha ampliado su presencia en el poder.
Es muy poco lo que ha hecho y puede hacer la comunidad internacional a menos que haya una decisión en firme de los países de occidente de cerrarle la principal fuente de financiamiento de la llamada revolución bolivariana; eso pasa porque Estados Unidos y otros países dejen de comprarle el petróleo. Es la única forma de evitar que el proceso de cubanización se acelere, porque Maduro se quedaría sin recursos para seguir financiando sus gastos corrientes.
Si bien los ingresos petroleros son menores porque su producción ha caído y gran parte va para el pago de sus deudas, todavía son recursos importantes. En 2015, esos ingresos representaron $72.000 millones que van directo al gasto corriente.
Es la única fuente de financiamiento del chavismo, los únicos ingresos que le han permitido mantenerse en el poder y anular a la oposición, al menos, de momento, porque dudó que Venezuela aguante una dictadura de 50 años como en el caso cubano.
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