Pedro Pablo Kuczynski, logró en el último momento, y por solo nueve votos, evitar la destitución que había promovido la oposición. La moción que provocaría su caída por “permanente incapacidad moral” necesitaba 87 votos para salir adelante, pero solo logró 79. Hubo 19 votos en contra y 21 abstenciones. Al final le salvó la izquierda, ya que los fieles a Veronika Mendoza se negaron a votar, y un grupo de 10 fujimoristas decidieron abstenerse mostrando la división entre Keiko Fujimori, la hermana mayor, que promovía la destitución, y Kenji, el menor, que se negaba a apoyarla y prefiere mantener a Kuczynski para negociar el indulto a su padre, ya muy avanzado.
Fue precisamente el indulto a Fujimori el factor sorpresa que salvó al presidente peruano. Cuando el abogado de Kuczynski empezaba la defensa en la sesión del Parlamento, circuló en Twitter el informe de una junta médica con la recomendación del indulto humanitario para Alberto Fujimori.
En medio de la sorpresa, circuló también en los medios la solicitud del propio Fujimori de conmutación de pena, recibida por la Comisión de Gracias el 15 de diciembre. La noticia circuló rápidamente y generó comentarios dentro y fuera del Congreso donde se discutía la destitución del presidente, sobre todo entre las redes sociales.
El Ministerio de Justicia rápidamente tuiteó que el documento “no está en la Comisión de Gracias Presidenciales, por lo tanto el documento no existe para el sector”, pero no dijo que fuera falso ni apócrifo. Una fuente del oficialismo señaló que se trataba de un documento no oficial, pero lo interpretaban como un intento de mostrar que hubiera una negociación entre Kuczynski y el fujimorismo. Ello podría inclinar los 20 votos de la izquierda, que siempre han rechazado este indulto, a aprobar el cese del presidente.
Los votos de estos diputados fueron definitivos en una sesión dramática después de una larga noche de negociaciones en la que Kuczynski consiguió mantenerse en el poder tras el escándalo por sus vinculaciones con el caso Odebrecht. Para lograrlo apeló al antifujimorismo, el movimiento más poderoso de Perú, y pidió a los demás congresistas que no colaboren en el “golpe” del grupo del autócrata.
“Está en sus manos salvar la democracia o hundirla por mucho tiempo”, clamó. Esos argumentos, y la amenaza de entregar el poder al fujimorismo y generar una gran inestabilidad, convencieron finalmente a los parlamentarios suficientes, reseña El País. “Peruanos, mañana empieza un nuevo capítulo en nuestra historia: reconciliación y reconstrucción de nuestro país. Una sola fuerza, un solo Perú”, escribió el presidente en las redes sociales nada más conocerse el resultado.
Kuczynski había entrado en el Congreso para defenderse de las acusaciones y evitar su caída. Si le hubieran echado, le tocaría ocupar su puesto al vicepresidente, Martín Vizcarra, un hombre de su confianza. Pero Kuczynski les hizo prometer a Vizcarra y la otra vicepresidenta, Mercedes Araoz, que dimitirían si lo echaban a él.
El poder recaería entonces en el presidente del Congreso, Luis Galarreta, un hombre de Fujimori. Kuczynski ponía así a los antifujimoristas -las dos bancadas de izquierda, el Frente Amplio y Nuevo Perú de Verónika Mendoza, y a algunos parlamentarios de centro- ante la tesitura de que si lo echaban a él entregaban el poder al grupo del autócrata que gobernó Perú entre 1990 y 2000, dio un autogolpe en 1992 y aún está en la cárcel por corrupción.
Hasta el último minuto los fujimoristas buscaron votos y mantener unido su bloque. Las cámaras incluso captaron a parlamentarios abroncando a Kenji, que recibió hasta el último minuto antes de votar varias llamadas en su teléfono móvil. El hecho de que fuera un Fujimori el que salvara a Kuczynski de una maniobra ideada por otra Fujimori mientras el patriarca contemplaba la escena desde la cárcel -algunos medios dicen que llamó personalmente a diputados fieles- y esperaba el indulto que le ha ofrecido el presidente le daba un toque novelesco, según El País.
La posibilidad de que Kuczynski haya pactado el indulto para evitar su destitución se comprobará en los próximos días.
“Vengo a enfrentar de pie y dando la cara una acusación falsa y ominosa, movida por un deseo inconstitucional de apartarme del poder por la fuerza de sus votos. Vengo a demostrar mi inocencia. Lo que está en juego es la democracia, que tanto le costó al Perú recuperar. El pueblo no perdona ni olvida. Todo en mi vida lo he logrado en base al esfuerzo y trabajo honesto. Vengo a decirles mirándoles a los ojos que no soy corrupto y no he mentido. Jamás he favorecido a ninguna empresa. No tengo nada de lo que avergonzarme, siempre he actuado conforme a la ley y a la ética”, diji Kuczynski por la mañana antes de pasar a ofrecer detalles de las vinculaciones de su empresa con Odebrecht mientras él era ministro de Economía de Alejandro Toledo para tratar de demostrar que él no tenía nada que ver en esas gestiones.
Su versión señala que él recibió los beneficios, porque era el propietario de la empresa, pero no hizo ninguna gestión ni se enteró de los contratos de asesoría con Odebrecht, porque cuando entró en política dejó la compañía en manos del chileno Gerardo Sepúlveda.
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