La oxigenación del frente económico dispuesta por el presidente Lenin Moreno era predecible y ojalá constituya un cambio para la forma como debe plantearse la política económica del país, siendo la misma de apertura.
El mandatario desde un inicio sostuvo que las cuentas no estaban claras y que la mesa dejada por su predecesor no estaba servida. De ahí que es coherente con esta postura el haber pedido a su consejero económico, Patricio Rivera, dar un paso al costado luego de tener digámoslo así, más clara las cuentas, ya que fue ministro de Finanzas y Coordinador de la Política Económica en el gobierno de Rafael Correa.
Distintos actores económicos y políticos reclamaban un cambio en el frente económico. Las dimensiones de la crisis y la gravedad de las cifras exigen un golpe de timón. Por eso es de esperar que el relevo traiga perfiles acordes a las expectativas del mercado y, lógicamente, del gobierno.
La coyuntura del país exige en el frente económico personas que puedan explorar la posibilidad de reducir impuestos, fomentar la competitividad, por mencionar dos aspectos fundamentales para hacer que mejore la economía del país. Hay que aprovechar que al menos tres funcionarios del gobierno anterior ya no están presentes en el frente económico (también se fueron Diego Martínez, de la Junta Reguladora Monetaria y Financiera, y Wilson Mayorga, gerente del Banco del Desarrollo del Ecuador).
Si bien el ministro de Finanzas, Carlos de la Torre, continúa en el cargo es importante que el frente económico sea sólido y brinde tranquilidad de los mercados y generar más confianza en el plan económico del presidente Moreno. Recordemos, que el Ecuador tiene muchos problemas que atender a corto y largo plazo, especialmente la abultada deuda externa, por ello las personas que reemplacen a los funcionarios salientes deben generar una buena imagen hacia estos agentes externos para llevar adelante el proceso de recuperación económica y de búsqueda de nuevos capitales e inversiones extranjeras.
Hoy por hoy la Asamblea Nacional tiene en sus manos dos temas económicos trascendentes: la Pro forma presupuestaria para 2018 y el proyecto de Ley de Reactivación Económica. Tengamos presente que la propuesta del ejecutivo tiene severas modificaciones por parte del Legislativo.
Esperemos que, en lo económico, el 2018 sea un año mucho mejor. El que está por terminar estuvo supeditado a los vaivenes políticos, es evidente que el gobierno quiere pasar con las justas tras haberse hecho cargo de las finanzas públicas a mediados del año, pero es necesaria una política económica con una visión de largo plazo que siente las bases para superar la crisis y fortalecer la dolarización.
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